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Paul Groussac, el francés que dejó huella en la Argentina

Escritor, crítico, historiador y bibliotecario fue quien, además de su aporte a las letras en esta parte de la región, llevó adelante la dirección de la Biblioteca Nacional durante 44 años. En esta nota, lo homenajeamos a 96 años de su fallecimiento.

Si bien había nacido en la ciudad francesa de Toulouse, el 15 de febrero de 1848, fue a sus dieciocho años –y sin saber una palabra de castellano– cuando Paul-François Groussac emigró a la Argentina. No se sabe muy bien el motivo, pero hay quienes aseguran que estaba disgustado por el nuevo matrimonio de su padre. No obstante, ya en Buenos Aires, no solo aprendió el idioma, sino también se convirtió en uno de los grandes referentes intelectuales de la época.

El autor Paul Groussac.

Durante sus primeros años en la ciudad porteña, se formó de manera autodidacta en las bibliotecas a las que pudo acceder y llegó a dar clases en la Escuela Normal y en el Colegio Nacional de Tucumán. Muy interesado en la cultura, la literatura y la historia, comenzó su carrera de escritor.

“Hombre de pluma versátil, publicó artículos en Revista Argentina, Revista de Filosofía y Caras y Caretas, entre otras. La Nación y El Diario lo tuvieron como columnista, corresponsal de viajes y crítico literario y musical. Dirigió diarios tucumanos –La Unión y La Razón– y el Sud-América de Buenos Aires. Fue responsable de Le Courrier Français y escribió en Le Courrier del Plata, periódicos destinados a la comunidad francesa en el país. Publicaciones extranjeras también dieron cabida a sus escritos”, comentó Paula Bruno, autora del libro Paul Groussac. Un estratega intelectual y Pioneros culturales de la Argentina. Biografías de una época 1860-1910.

Monumento a Paul Groussac en el Parque Tres de Febrero.

Como ensayista, agregó Bruno, “se cuentan las reunidas en Del Plata al Niágara, las dos series de El viaje intelectual y el libro de misceláneas Crítica literaria. Entre sus obras literarias se destacan Le cahier des sonnets, la novela Fruto vedado, la compilación Relatos argentinos y la obra teatral La divisa punzó. Como historiador escribió, entre otros textos, Santiago de Liniers, conde de Buenos Aires y Mendoza y Garay, las dos fundaciones de Buenos Aires. También, Ensayo histórico sobre el Tucumán; Historia de la Biblioteca Nacional y la compilación Estudios de historia argentina”.

Por otra parte, comprometido con su tiempo, Groussac no fue indiferente a los vaivenes políticos de las Islas Malvinas. Se mostró en defensa de la región con una perspectiva histórica y jurídica, en contra de los planes británicos y a favor de la Argentina, soberana legítima de las Islas luego de independizarse de la corona española. Y así lo expresó en su libro Las Islas Malvinas.

A través del ejercicio intelectual, Groussac reflexionó y debatió con distintas personalidades de su tiempo. Entre ellos, Lucio Vicente López, Miguel Cané, Eduardo Wilde, Lucio V. Mansilla, Bartolomé Mitre, Miguel Cané, Eduardo Schiaffino, Leopoldo Lugones y Rubén Darío. Mediante aquellas discusiones, Groussac definió posiciones e ideas no solo sobre artes, sino también acerca de la política y las tensiones que se vivían en el país. Sobre sus primeras ideas acerca de la Argentina, la especialista Bruno comentó: “Lo describía como un escenario de contrastes y oportunidades en el que un inmigrante podía amasar una fortuna ‘empezando como peón de saladero para concluir de rico cañero en la provincia azucarera’. De hecho, su propia trayectoria mostraba que un extranjero podía llegar a Buenos Aires sin demasiadas expectativas y ser bien recibido por el mundo letrado”.

Groussac fue también un gran amante de la música y las artes escénicas. En el diario La Nación escribió críticas de ópera y teatro. En esos textos, “disparó dardos fulminantes y supo elogiar sin reservas cuanto a su juicio debía ser celebrado”, destacó la musicóloga argentina, Pola Suárez Urtubey, quien las recopiló en sus libros Críticas de música (2007) y Paradojas sobre música (2008), editados por la Biblioteca Nacional Mariano Moreno.

Jorge Luis Borges en el escritorio de Paul Groussac. Foto de Sara Facio, 1965. MNBA.

Luego de una breve estadía en su Francia natal, en 1883, regresó a Buenos Aires y fundó el diario liberal Sud-América, junto con otras personalidades como Lucio Vicente López, Delfín Gallo, Roque Sáenz Peña y Carlos Pellegrini. Y fue en 1885 cuando lo designaron Inspector de Educación y Jefe de la Biblioteca Pública de Buenos Aires, durante el mandato presidencial de Julio Argentino Roca. Ese mismo año, por orden del Poder Ejecutivo, se nacionalizó la Biblioteca y pasó a denominarse Biblioteca Nacional. **Allí, durante 44 años, Paul Groussac permaneció como director del organismo hasta su muerte, el 27 de junio de 1929, a la edad de 81 años. Gracias a su gestión, la Biblioteca Nacional aumentó considerablemente su acervo patrimonial, destinado a todos los habitantes del país.

Ser director de la Biblioteca Nacional no solo fue una de las semejanzas con Jorge Luis Borges; sino también, al igual que el autor de "El Aleph", Groussac comenzó a padecer la ceguera mientras dirigía la institución bibliotecaria. De ello el propio Borges hizo alusión en "Poema de los dones" y, por otra parte, escribió otros textos en referencia a la obra de Groussac: dedicó una selección de los mejores escritos del francoargentino para una publicación de la Editorial Fraterna.

Pasaron 96 años del fallecimiento de Paul Groussac, el francés que no solo dejó huella en la Argentina, sino también en otras partes de la región, al convertirse en influencia no solo de escritores argentinos, sino también latinoamericanos. Por ejemplo, del mexicano Alfonso Reyes, quien una vez le confesó a Jorge Luis Borges: "Groussac, que era francés, me enseñó cómo debe escribirse en castellano".

Fuentes: Biblioteca Nacional Mariano Moreno / argentina.gob.ar / aacademica.org / Diarios nacionales /

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