Los encargados del lugar, obligaban a sus compradores a circular por una especie de laberinto antes de permitirles comprar la mercadería, que consistía principalmente de “paco” y marihuana.

Agentes de la División Operaciones Área Metropolitana Oeste inició una serie de tareas de investigación en diciembre del año pasado con el ojo puesto en el domicilio mencionado a propósito de denuncias que señalaban la comercialización de sustancias prohibidas en el lugar. Utilizando distintas técnicas de auscultación, los efectivos lograron visualizar maniobras de narcomenudeo que eran realizadas por distintas personas rotativamente.

Los investigadores también observaron que los mismos compradores de drogas sufrían el maltrato de estos sujetos, quienes exhibían sus armas de fuego a modo de amenaza. Además, previo a adquirir las sustancias, los consumidores debían circular por un laberíntico pasillo a cielo abierto, donde al final los esperaba un “soldadito” armado que les permitía o les negaba el acceso. Finalmente, la transacción se llevaba a cabo a través de un hueco en una pared que poseía rejas, lo cual impedía tener contacto visual con los individuos que se encontraban dentro.

Con las pruebas aportadas por los investigadores federales, la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Temática de Estupefacientes Departamental a cargo del juez López ordenó el allanamiento de la vivienda donde se logró la detención de dos hombres y una mujer, todos mayores de edad. Asimismo, durante el procedimiento se lograron secuestrar más de un kilo de pasta base, casi 400 gramos de marihuana, una pistola marca Bersa modelo Thunder9, dos cargadores y 23 municiones calibre 9 mm, 13.000 pesos, una funda de chaleco antibalas, 2 teléfonos celulares y un juego de esposas sin número de serie, entre otros objetos de valor para la investigación. Los detenidos junto a los elementos secuestrados, quedaron a disposición del magistrado interventor.