Presidencia de la Nación

Monólogos de lo cotidiano

Una charla con Nadia Chiaramoni y Diego Sacco, referentes del stand-up.


Nadia Chiaramoni y Diego Sacco, referentes del género y participantes del ciclo de Stand Up de los Atardeceres de Tecnópolis, comparten las claves de este tipo de monólogo humorístico que tanto dice y entretiene.

El Stand Up es un estilo de comedia que surgió a mediados del siglo XX en Estados Unidos, precisamente en los nightclubs de la época. Allí se gestó este nuevo tipo de comediante que, parado solo en el escenario, con su monólogo humorístico y desnudo de disfraces, hacía reír al público.

Más tarde, los programas televisivos popularizaron el género y en la década del '70 surgieron los Comedy Clubs (Clubes de Comedia), logrando la masificación de este modo de hacer comedia. La época dorada fue en los años 80, con comediantes como Robin Williams, Whoopi Goldberg, Jim Carrey, entre otros.

En los años 90, muchos bares cerraron sus puertas y los canales de televisión redujeron de su programación semanal los segmentos cómicos. Fue en ese momento cuando nació un **canal dedicado exclusivamente al ***Stand Up, Comedy Central*** (que actualmente tiene una señal de Latinoamérica), siendo Jerry Seinfeld y Chris Rock los dos comediantes más populares de la época.

En Argentina el Stand Up surgió recién en el nuevo milenio, aunque ya existía el género Café Concert, con figuras como Antonio Gasalla y Carlos Perciavalle, y monologistas como Enrique Pinti y Tato Bores. La primera propuesta fue Cómico Stand Up, donde se presentaban referentes del género como Martin Rocco, Peto Menahem, Diego Reinhold, Sebastian Wainraich y Dan Breitman, entre otros. En los últimos años han aparecido otras propuestas en el circuito comercial, aunque la mayoría de los shows se desarrollan en el circuito off, en teatro-bares y salas alternativas.

Stand Up en Tecnópolis

En los Atardeceres de Tecnópolis se realizó un ciclo de Stand Up, con la presentación de Diego Wainstein y referentes de la escena local. Pasaron por el escenario comediantes como Dalia Gutman, Lucas Lauriente, Juan Barraza, Martin Pugliese, Verónica Loca, Charo Lopez, etc.

El viernes 6 de marzo, en la última fecha del ciclo, darán su show Lea Igounet, Nico Braun y Natalia Carulias.

Entre los participantes también estuvieron Nadia Chiaramoni y Diego Sacco, con quienes dialogamos sobre este modo de hacer comedia.

Para Nadia Chiaramoni, doctora en Biotecnología e investigadora del CONICET, el humor siempre fue una forma de sortear los malos momentos: “Siempre usé el humor como salida para todo, en momentos feos también. Por ejemplo, mi papá falleció cuando yo tenía 12 años. Cuando terminé la secundaria quería que la medalla me la diera mi padrino. Entonces la regente del colegio, que no tenía idea de esto que había ocurrido, dijo: 'no, sólo los padres, ¿No puede venir tu papá?' Y yo le respondí: no, está un poco descompuesto”. Comenzó a incursionar en el Stand up en 2012, luego de terminar una relación y pasar momentos un tanto tristes. Chiaramoni explica que si bien había realizado actividades relacionadas al teatro, este tipo de comedia la atrapó por el hecho de hablarle directamente al público. Dos años después, en 2014, dos experiencias hicieron que la ciencia la llevara a distinguirse en sus monólogos:

El Ministerio de Ciencia y Tecnología tenía un programa que se llamaba popularización de las ciencias, que buscaba acercar la carrera científica a los egresados de colegios secundarios. Entonces, nos entrenaron a un montón de cientifiques en herramientas que tenían que ver con el humor. Así fue como Diego Wainstein nos dio un curso especialmente a cientifiques. Desde ahí empecé a relacionar el humor con la ciencia. Siempre había hecho chistes ajenos a la ciencia porque decía: a quién le puede importar o no me van a entender. Además, un comediante amigo, Pablo Picotto, que en ese momento me estaba ayudando a armar un unipersonal me dijo: "vos me hablás de cosas muy terribles -porque hablaba de la muerte de mi papá-, y no me hablas de tu trabajo que es interesantísimo y todo el mundo quiere escuchar”.

Diego Sacco, actor, músico y comediante, se acercó al Stand Up de una manera diferente: "Lo descubrí de una forma rara. Siempre estuve alejado de lo que son escenarios, a exponerme así frente al público, fui muy tímido”, explica. Más tarde, en el último año de secundaria, lo empujaron a participar de una obra de teatro para una feria que organizaba la escuela. Al principio se negó, pero finalmente le dio una oportunidad al papel de la famosa obra La Nona: “Hicimos la obra, salió muy bien. No me acuerdo nada, desde que comenzó hasta que terminó, que fue una hora y cuarto, no me acuerdo nada. Fui como fluido, viví otra vida. Ahí me di cuenta de que tenía vocación para el teatro”. De esa obra del secundario surgió un grupo de teatro independiente, dirigido por la profesora de Lengua y Literatura que había llevado el proyecto de la feria, y un Sacco dedicado a la lectura e interpretación de libretos, pero también a la escritura de obras de teatro. Finalmente, el Stand Up llegaría a su vida años después: le faltaban seis meses para finalizar la carrera de Analista en Sistemas cuando decidió dejarla para dedicarse enteramente al teatro. En ese momento fue que se dispuso a buscar algo para hacer en los meses que quedaban en el año:

“Me puse a buscar escritura para monólogos de humor y veo que me sale stand up. Ahí empiezo a ver que hablaban de cosas cotidianas de la vida. Me fascinaba ese mundo de hacer reír con pequeñas cosas, que por ahí uno no tiene muy en cuenta. Eso me atrapó del stand up”.

Para el comediante los temas de sus monólogos generalmente aparecen en lo cotidiano, sobre ello explica: "los temas surgen solos, porque vivo conectado con la observación. A veces me siento y digo, hablo de la escoba, sin pensar nada, fuerzo a mi cerebro a generar cosas, pero en general surge de alguna situación que me ha pasado, que he visto. Normalmente ese algo tiene que tener una carga negativa para que sea gracioso".

Sacco y Chiaramoni coinciden en que el Stand Up es una parte importante de sus vidas. Así lo expresa Nadia: “el humor es una forma de comunicación que utilizo bastante en varias áreas de mi vida. Soy docente en la universidad y, obviamente, no doy una clase subida en un pedestal y seria, relatando lo que dice un libro, sino que utilizo muchas herramientas de humor y de contar historias. También me ha pasado de estar experimentando alguna desgracia y en la cabeza se me ocurre cómo lo diría al público. Ya se me arma el chiste en la cabeza”.

Por su parte, Sacco dice:

“Vivo, duermo, corro, juego al fútbol, siempre pensando en Stand Up, siempre pensando ideas, soy muy observador en ese sentido, y soy de escribir mucho, aunque no haga todo lo que escribo. El lugar que ocupa es un lugar principal, pelea el primer puesto junto con mis hijos”.

Hace diez años ingresar al circuito era dificultoso porque era mucho más pequeño y los espacios para hacer presentaciones eran pocos. Ahora la realidad es distinta, los lugares para desarrollar este tipo de shows abundan y, además, las redes sociales son un buen medio de difusión. No obstante, los comediantes señalan que lo importante es el trabajo fuera del escenario.

En este sentido, Chiaramoni subraya la necesidad de "estar constantemente haciendo. Vos tenés 20 minutos que funcionan bien, pero no te podés quedar con eso. Tenés que ir modernizándote y deconstruyéndote. Si uno piensa en el humor que se hacía hace 10 años, no tiene nada que ver con las cosas que se dicen hoy. Para hacerte un lugar tenés que encontrar tu particularidad para explotarla al máximo".

Sacco apunta a lo mismo: "es difícil a menos que trabajes mucho y demuestres que sos bueno en el escenario, pero si no vas a laburar a fondo, si esto no es tu vida, te va a costar un montón. En mi caso, esto es mi vida, yo vivo de esto, dependo de esto".

-¿Cómo logran no tentarse durante? ¿Se ensaya?

Chiaramoni: Lo que hace reír es la sorpresa, esa ruptura de lógica que te sorprende, y eso no lo experimento cuando estoy arriba del escenario, no me tiento y no me río pero sí la paso bárbaro cuando genero una conexión en el público. Quizás me tiento, y no me parece mal que pase esto en un show, por alguna cosa que pasa en el público, alguna reacción que hace que te tientes pero no por mi monólogo.

Sacco: El ensayo te da eso, yo pienso algo, lo escribo y mientras lo voy a escribiendo me aparece algo en la cabeza, un remate, algo gracioso. En ese momento me río, me causa gracia. Pero cuando lo empiece a ensayar se me va a ir yendo, porque las cosas salen bien cuando te aburren. Sí me he tentado con situaciones del momento que se dan mientras estoy actuando. Una vez me pasó que tuve que cortar antes y me tuvo que salvar el presentador del show. Después volví a entrar.

-¿Les sucedió que el público no se ría o que cueste que salga la risa? ¿Cómo hacen para que no influya anímicamente en su presentación?

Chiaramoni: Me ha pasado y más de una vez. Lamentablemente influye, y es muy difícil que eso no pase. Idealmente lo que uno hace es salir de ese momento cambiando la temática, usando materiales diferentes que ya tiene preparados. Si arranco con un tema general que no tiene que ver con ciencia y no funciona, voy a tratar de sorprender por otro lado. Capaz hablo más de ciencia y rescato el hecho de que no se rían o estén aburridos. Si tenés una mala noche y pasa que no se rieron en ningún momento, te bajás del escenario y a otra cosa mariposa, la próxima se reirán. También depende de dónde uno actúe. Antes de la pandemia, en los clubes de comedia donde se come y se toma, a veces hay mucho mucho ruido en el lugar y la gente pierde la atención. O quizá algunos camareros o camareras no están acostumbrados a manejarse con un show de stand up, pasan por delante tuyo y te distraen. Todas estas cuestiones van restando a la risa y hay que tener la cintura como para esquivar esos momentos.

Sacco: Me ha sucedido a mí y a todo el mundo que se dedica a subirse al escenario. Y no hablo de la gente que recién empieza, hablo de gente con trayectoria. Cada tanto te toca una función que la gente no se ríe. Muchos dicen que el público estaba medio raro. Yo siempre me hecho la culpa a mí. Si la gente no se ríe, o no está explosiva, como a mí me gusta que esté, es porque no estuve conectado, no estuve a la altura de la situación. No interpreté bien mi personaje, lo que estaba haciendo o diciendo, no le puse la energía y la actitud que le pongo siempre. Influye anímicamente, siempre. Al principio (en los primeros años) me iba apagando durante el show, pero ahora no. Ahora me muero arriba del escenario, voy a la guerra, arranco y termino como corresponde, si no se engancharon no importa, pero yo dejé la vida.

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