Lula vive actualmente en Chivilcoy y desde finales de 2020, cuando la pandemia del COVID-19 nos obligó a quedarnos en nuestras casas, redescubrió su pasión por la pintura, primero en papel y luego la tela. En esta entrevista nos cuenta lo terapéutico que fue para ella el arte, cómo recibió la invitación a la Bienal de Florencia y cuáles son sus motores para seguir apostando fuertemente a la vida de una artista con discapacidad.

Cuando tus papás te aconsejaron estudiar arte, ¿cómo arrancaste?

Si bien arranqué cuando tenía 26 años a pintar todo el tiempo, mi pasión por la pintura comenzó en la primaria estudiando con una profesora de Capital Federal que me dio ciertas técnicas para que yo me pueda orientar. El grabado, el informalismo y el arte abstracto con diferentes elementos como la pintura asfáltica, la acrílica y los materiales como esponjas, espátulas, pinceles y diferentes materiales que yo iba adaptando por mi discapacidad ya que me costaba manipularlas. La profesora me enseñaba a aplicar los colores.

¿Cómo decidiste pasar del papel, un formato más chico, a la tela y los grandes cuadros?

En el 2020 arranqué en mi casa trabajando con papel y ya en 2021, pasé a la tela. En el papel no me podía explayar ni mostrar mis sentimientos y mis movimientos. Cuando pasé a la tela me sentí libre para expresarme mejor con la pintura. Poder arrancar con ciertos materiales y poder poner un poco más de pintura acrílica que lo que hacía en el papel.

Su obra titulada “Los Iluminados” (foto) fue una de las que estuvo exhibida en Casa Evita de los Toldos junto con el video Los Iluminados - Lula Cornejo donde vemos el paso a paso de la pintura. Para Lula fue muy importante demostrar el proceso de creación por el que ella transita al momento de crear una obra.

En el Museo de Artes Plásticas “Pompeo Boggio”, en Los Toldos, fue su debut como artista. Luego expuso en Dolores, en la Universidad Nacional de Lanús donde fue invitada a pintar en vivo y en el MACAB.

¿Cómo te enteraste de la invitación a participar de la Bienal de Florencia?

La invitación a la Bienal de Florencia llegó un día que me levanté de la cama y al ver en el celular los mails, llegó ese correo y me sentí anonadada, salté de la cama, corrí y se lo mostré a mis papás. La verdad que fue un exabrupto de emociones haber sido seleccionada para participar de la Bienal de Florencia. Un logro máximo. No me lo veía venir, y por ello decidí exponer un cuadro enorme, mas grande que cualquier que había expuesto en las galerías de acá.

La Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Florencia es la principal exposición del mundo del arte. Esta se realiza en la Fortezza da Basso y cuenta con expositores de todo el mundo que viajan allí para mostrar sus obras. El cuadro de Lula medía 1,85 por 1,61 metros.

¿Qué se sintió haber llegado a una de las exposiciones de Arte Contemporáneo más conocida del mundo?

Fue un viaje maravilloso poder salir del país por primera vez, estar representando a la Argentina una persona con diversidad intelectual que fue la primera de ellas. Porque siempre hay personas convencionales exponiendo en distintas partes del mundo. El arte es esa disciplina que comenzó a existir sin ser representativo de nuestro país. La verdad que les digo que afrontar estos desafíos que nos da la sociedad, perseguir nuestros sueños a través del arte, nos alienta a mejorar, como me paso a mi. Fue una experiencia que nunca voy a olvidar.

Por último, ¿qué significa para vos el arte y la pintura? ¿Cómo cambió tu vida?

El cambio lo sentí después de que tuve que afrontar un montón de problemas y situaciones de salud que me han llevado a estar semanas en cama. De ahí comenzó a surgir en mi la idea de poder levantarme con el arte y la pintura. Me ayudaron a estar mas animada y tener otro enfoque que tapen los pensamientos negativos. Poder expresarme a través de las emociones cambio mi vida.