Las marcas del Atlántico negro en la música argentina, en la Manzana de las Luces
Este jueves 19, la investigadora y productora cultural Berenice Corti presenta Músicas Negras. Cuerpos racializados y sensibilidades afro atlánticas en Buenos Aires. En vivo, además, el grupo de afrojazz Leandro Mellid Quinteto, con Nicolás Muntaabski como músico invitado.
No hay duda de que la música nos habita. Y como tal es también una de las formas que adopta nuestra memoria social. Como gestora cultural, Berenice Corti sabe bien que en ella se pueden rastrear las marcas que la diáspora africana ha dejado en nuestra cultura, pese a los intentos de borrarla.
Como investigadora, en su primer libro Jazz argentino. La ‘música negra’ en el país ‘blanco’ ya se había propuesto desarmar ese latiguillo de que los argentinos descendemos solo de los europeos, que circula incluso en el género más afro de todas las músicas.
En su segunda publicación Músicas Negras. Cuerpos racializados y sensibilidades afroatlánticas en Buenos Aires -que se presentará el jueves 19 a las 18 h en la Sala de Representantes de la Manzana de las Luces- amplía la mirada y se mete con el mundo de la música popular negra: el jazz y las músicas afrobrasileñas producidas en Buenos Aires y sus alrededores. De esa manera, revela que, a pesar de esa invisibilización de la presencia negra/afro en la Argentina, sus prácticas artísticas nos permiten comprender las formas en que la sensibilidad y los modos de pensamiento del Atlántico Negro nos habitan, a pesar, justamente, de esa clausura.
La presentación está organizada por el Grupo de Estudios de Músicas y Artes Afrobrasileñas en Buenos Aires (GEMAA Bs. As.), adscrito al Instituto de Investigación en Etnomusicología de Buenos Aires con el apoyo de la Cátedra Libre de Estudios Brasileños (FFyL UBA) y contará con la participación de la autora y con comentarios de Pía Paganelli. Además, se presentará en vivo el grupo de afrojazz Leandro Mellid Quinteto, con Nicolás Muntaabski como músico invitado.
— ¿Cómo surgió la propuesta de presentar el libro en la Manzana de las Luces?
— La propuesta surgió en el evento Manzana Malungo, un paseo de libros afro indígenas y festival de poesía antirracista que se realizó en el mes de mayo de este año. Hacía pocos días que mi libro había sido editado y la gente de la Manzana me propuso presentarlo ahí.
Me resulta muy emocionante que sea en ese lugar, que tiene tanta relevancia histórica para la comunidad afrodescendiente en y de la Argentina: en 1828 se le reconoció allí a María Remedios del Valle el grado de capitana en reconocimiento a sus servicios en las luchas por la independencia. También, en el ingreso a la Sala de Representantes está la obra ganadora del concurso María Remedios del Valle de 2021; es un lugar muy especial.
— En tu primer libro investigaste sobre el jazz en la Argentina. ¿En esta investigación, qué otras músicas se suman?
— Aquí se suman algunas de las músicas afrobrasileñas que se practican en Argentina, como el samba, los blocos afro y los ritmos de candomblé en relación a la danza de simbología de orixás. De ellas abordo algunos aspectos históricos de su inserción en la escena musical argentina, los desafíos de su práctica aquí, y su participación en el espacio público en las marchas del 24 de marzo. En este libro también continúo con el jazz argentino, en este caso enfocándome en cómo la tradición afroamericana, las mezclas musicales y la experimentación aparecen en la performance.
El hilo conductor es cómo en nuestra escena musical aparecen las prácticas y símbolos del Atlántico Negro, a pesar de que durante tanto tiempo las músicas negras fueron consideradas músicas "otras".
— ¿Qué significa “Atlántico negro” y que implicancias tiene para el campo de la etnomusicología?
— El Atlántico Negro es la conceptualización que el historiador afrodiaspórico Paul Gilroy utiliza para pensar las formas culturales negras, tras su dispersión con la trata esclavista y su posterior circulación en la industria cultural del siglo XX. Esto implica no sólo repensar su presencia ineludible en la cultura contemporánea, sino también hacerlo desde sus matrices epistémicas propias que dialogan con la modernidad occidental, a veces confrontándola o desafiándola, ofreciendo otros modos de existencia, resistencia y de visiones de mundo. Analizar estos procesos en las músicas es un desafío enorme para la etnomusicología, sobre todo en la Argentina.
— A pesar de la invisibilización de lo Afro en nuestro país, ¿qué influencia pudiste notar que tuvo en la cultura y la música local?
— Lo que encuentro interesante es cómo esas formas nos habitan, a pesar de la negación de la presencia afro en nuestra población y cultura. En este caso, fueron y son las músicas populares, ya sea difundidas por la industria cultural o por trabajadorxs culturales migrantes que llegaron a la Argentina, las que nos traen esa memoria que resurge de manera sensible en las prácticas musicales de los argentinos.
Como cuento en el libro, tanto el jazz como las músicas afrobrasileñas están presentes en nuestra historia musical desde la segunda década del siglo pasado. Por supuesto que estos procesos no están libres de tensiones: la construcción de otredad en el marco de relaciones raciales de imposición de blanquedad es un tópico que atraviesa las prácticas.
— ¿Qué aporte considerás que le da tu rol como gestora cultural a la investigación académica?
— El rol de gestora cultural, que comenzó con el Jazz Club a fines de los años noventa, es el que me permitió acceder por un lado a una intimidad, si se quiere, de la práctica musical; y también es el espacio que me facilitó las preguntas para el trabajo de investigación.
Puntualmente a esta presentación la organizamos junto con el Grupo de Estudios en Músicas y Artes Afrobrasileñas en Buenos Aires (GEMAA), con quien estoy trabajando desde hace varios años, que está integrado por artistas que investigan e investigadorxs que practican.
Nos anima investigar situadamente sin distanciarnos de nuestro campo de estudios, reflexionando, creando y produciendo acción cultural. Los comentarios van a estar a cargo de Pía Paganelli, coordinadora de la Cátedra Libre de Estudios Brasileños de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA e integrante del GEMAA, y la música en vivo será ofrecida por Leandro Mellid Quintento con Nicolás Muntaabski de invitado, ambos también integrantes del GEMAA.
Acerca de Berenice Corti
Es doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires e investigadora del Instituto de Investigación en Etnomusicología de la Ciudad de Buenos Aires, profesora del Conservatorio Manuel de Falla y docente en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.
Su primer libro Jazz Argentino. La música ‘negra’ del país ‘blanco’ obtuvo el 2017 Book Prize de la Asociación Internacional de Estudios en Música Popular (IASPM), otorgado a obra novel en idioma no inglés.
Entre 2011 y 2018 co-coordinó el Grupo de Trabajo Jazz en América Latina de la Rama Latinoamericana de la IASPM, y desde 2019 el Grupo de Estudios en Músicas y Artes Afrobrasileñas en Buenos Aires.
Ha compilado junto a Claudio Díaz Música y Discurso. Aproximaciones analíticas desde América Latina (2017), y publicado más de medio centenar de artículos sobre jazz, músicas afrodiaspóricas y gestión cultural de la música.
Foto portada: Paul Wyer y la Dixy Pals en fotografía promocional del film Radio Bar de 1936.