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Las doradas que rompieron la sequía olímpica

En Atenas 2004, Argentina se subió a los más alto del podio, algo que no ocurría desde 1952.


Las doradas que rompieron la sequía olímpica

Había sido allá, por 1952, en los Juegos Olímpicos de Helsinki, cuando Argentina había visto por última vez flamear su bandera en lo más alto. Fue cuando Tranquilo Capozzo y Eduardo Guerrero ganaron la prueba de doble par sin timonel. Tuvieron que pasar 52 años para que Argentina volviera a festejar una medalla dorada. Y fue por partida doble.

El fútbol y el básquet consiguieron el 28 de agosto de 2004 en Atenas colgarse la dorada por primera vez en la historia. Con caminos diferentes pero idéntico final. Dos triunfos que también quedaron en la historia, como aquel de Capozzo y Guerrero.

En el fútbol, Argentina festejó su primera medalla dorada. El equipo conducido por Marcelo Bielsa fue un indiscutido campeón: ganó los seis partidos que disputó con actuaciones brillantes. En la primera ronda superó a Serbia y Montenegro (6-0), Túnez (2-0) y Australia.

Luego, en cuartos, la Selección aplastó a Costa Rica (4-0) y en la semifinal despachó a Italia (3-0). En el choque decisivo, Carlos Tevez marcó el 1-0 ante Paraguay que, además, lo consagró como goleador del certamen. Para redondear una campaña sin fisuras, Argentina mantuvo su valla invicta en todo el torneo.

El básquetbol no fue menos y también se colgó la dorada, aunque el camino hacia el oro fue más complicado. El sueño comenzó con aquella palomita de Ginóbili ante Serbia y Montenegro en el último segundo para un ajustado 83-82. España se quedó con el invicto (87-76) del equipo de Magnano, que luego venció a China (82-57) y Nueva Zelanda (98-94), para sufrir una derrota ante Italia (76-75) en la primera fase. Sin embargo, lo mejor estaba por venir.

Porque en cuartos Argentina no se achicó ante el ambiente local y dejó en el camino a Grecia (69-64) y en la semifinal Manu anotó 29 para derrotar al Dream Team (89-81). En la final, son sabor a revancha, la Selección hizo el partido perfecto y venció a Italia por 84-69. Allí nació, entonces, el apodo de la Generación Dorada, que perduró en el tiempo.

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