El personal dependiente del Escuadrón 22 de Gendarmería Nacional contaba con información sobre el traslado de una gran cantidad de cocaína y marihuana a bordo de una camioneta. Al tratarse de una zona prácticamente inhóspita, con temperaturas límites bajo cero, los gendarmes debieron permanecer en el lugar durante cinco días a la espera de la llegada de los vehículos. Durante las noches debieron dormir entre pircas para resguardarse de las condiciones climáticas y evitar ser descubiertos.

Luego de esa larga espera, los gendarmes vieron dos camionetas con las luces apagadas, ubicadas a 150 metros de su posición. En ese momento, los narcos se percataron de la presencia federal y comenzaron a huir. Uno de los vehículos tomó el camino rumbo a Chile, mientras que el otro se desvió del camino y fue a dar hacia una barranca empinada.

El vehículo de Gendarmería que los perseguía tuvo el mismo destino –dadas las condiciones del terreno y que el operativo fue en horas de la noche- lo que provocó múltiples daños en la carrocería y leves lesiones a los gendarmes.

Dos integrantes de la patrulla debieron caminar a pedir auxilio hasta el Paso Internacional Sico para comunicarse con su Escuadrón, desde el cual partieron dos camionetas en ayuda de los efectivos accidentados.

Luego de brindarle atención a sus compañeros, revisaron la camioneta de los narcos y detectaron 23 bolsas de arpillera con 644 paquetes que contenían 195,325 kilos de cocaína y 453 paquetes con 372,375 kilogramos de marihuana.