El operativo “Pánico y Locura en La Selva” se dio cuando efectivos del escuadrón 11 “San Ignacio” de Gendarmería, apostados a 1500 metros de la desembocadura del arroyo "Nacanguazú" en el río Paraná, visualizaron movimientos de personas a pie en adyacencias a un camino vecinal. De esta manera, continuaron observando en forma discreta dichos movimientos, ante la presunción del tráfico de estupefacientes.

Fue así que horas después, hizo su aparición un camión volcador. Ante este hecho, se instaló un control de ruta eventual, para proceder al control de dicho rodado en caso de su paso de regreso. Así fue que, efectivamente, se constató el tránsito del mismo rodado en dirección inversa, por lo que el personal de la fuerza hizo señas lumínicas para que detuviera la marcha.

En ese momento, el conductor intentó evadir el dispositivo armado, pero perdió el control del transporte y quedó atascado en una zanja profunda. Los dos narco tripulantes descendieron del camión y huyeron internándose en zona de monte, pero los miembros de la fuerza que comanda Gerardo Otero lograron detener al acompañante a pocos metros del lugar. Se trataba de un ciudadano de nacionalidad paraguaya, mayor de edad.

Asimismo, al registrar la caja volcadora del rodado, los gendarmes hallaron muchos bultos de varios colores envueltos en papel tipo film con ladrillos de marihuana. Frente a testigos, los uniformados contabilizaron 3.618 paquetes rectangulares que sometidos a pesaje arrojaron un total de 3.560 kilogramos de marihuana.