Presidencia de la Nación

Homenaje a los Veteranos de Guerra del Regimiento de Infantería 4

A pocos días de conmemorarse el aniversario de los combates de monte Harriet y Dos Hermanas, el jefe del Ejército presidió la ceremonia de homenaje a los héroes de Malvinas del Regimiento de Infantería 4 en Monte Caseros.


La ceremonia fue presidida por el jefe del Ejército, general de división Guillermo Olegario Pereda, quien estuvo acompañado por el jefe honorario del regimiento, el general de brigada (R) VGM Diego Alejandro Soria.

Luego de los saludos protocolares, de la entonación del Himno Nacional y que el capellán de la unidad realizara una invocación religiosa, se entregaron pines recordatorios por los 40 años de Malvinas y un cuadro a los familiares de los héroes del Regimiento 4 caídos en las Islas.

A continuación se colocaron ofrendas florales en el cenotafio, se tocó Silencio Militar y se trasladó la Bandera Nacional de Guerra que acompañó a nuestros soldados a Malvinas hasta el centro de la formación de los Veteranos de Guerra.

Allí, el general de brigada (R) VGM Soria (quien fuera jefe de la unidad en el conflicto), dio un emotivo discurso -que a continuación transcribimos- y les instó a renovar su juramento a la Enseña Patria.

En las islas debimos enfrentar no solamente a un enemigo muy superior en potencia, sino también a un clima hostil y a una situación que dificultaba el abastecimiento, lo cual aumentó las penurias que debíamos soportar en la guerra. Finalmente, en la noche del 11 al 12 de junio, se produjo el ataque final de la IIIra Brigada de Comandos de Royal Marines contra nuestras posiciones en los Monte Harriet y Dos Hermanas.
Se combatió intensamente toda la noche. Se cumplió la misión que teníamos como escalón seguridad de la posición de defensa de Puerto Argentino, pero fuimos derrotados.
El Regimiento de Infantería 4 tiene una gloriosa historia que comienza como tercio de montañeses en la defensa de Buenos Aires en 1807 y culmina combatiendo contra el mismo enemigo en 1982.
Nuestro Ejército ha tenido grandes victorias que le permitieron conseguir la independencia nacional y dar la libertad a países hermanos bajo las órdenes de nuestro arquetipo, el general José de San Martín.
Pero también tuvo derrotas, derrotas que fueron gloriosas. Lo cual honra a nuestro Ejército. Y voy a recordar especialmente una de ellas.
En 1845 las dos mayores potencias mundiales agredieron a la Confederación Argentina y se formó un convoy de más de un centenar de buques para remontar el Paraná a fin de comerciar con los enemigos de la Confederación.
Ese convoy estaba escoltado por una poderosísima flota anglo francesa para impedirle el paso. Nuestro Ejército tomó posiciones en la vuelta de Obligado a las órdenes del general Lucio Norberto Mansilla. El 20 de noviembre se combatió intensamente y nuestras armas sufrieron una aplastante derrota.

El enemigo forzó el paso y cumplía su misión. Pero al año siguiente, cuando regresaba ese convoy con esa fuerte escolta, nuevamente la enfrentó el general Mansilla con sus fuerzas y lo sometió a un duro castigo, en Punta del Quebracho, en Tonelero, en San Lorenzo. Tal es así que eso disuadió al agresor de volver a intentar navegar por el río Paraná.
Pero hoy muy pocos recordamos la victoria del Quebracho y las otras acciones. Y todos recordamos la derrota de la Vuelta de Obligado. Tan es así que su aniversario ha sido declarado el Día de la Soberanía Nacional.
¿Por qué? Porque fue una derrota gloriosa. Como también recordamos en la victoriosa guerra del Paraguay. La derrota gloriosa en el asalto a Curupaity en el cual al frente del 4 de Línea murió su jefe, el coronel Manuel Fraga, cuyo nombre ostenta hoy la unidad.
Malvinas también fue una derrota gloriosa de la que debemos estar orgullosos. Y yo estoy convencido de que fue el primer hito de la recuperación de las islas que se va a producir a la larga por otros medios, aunque ninguno de nosotros llegara a verlo.
Pero yo espero que las generaciones sucesivas sí lo vean. Hace 68 años, cuando era cadete de Ier año del Colegio Militar juré la bandera. Sucesivamente lo hicieron los oficiales y suboficiales del Regimiento y finalmente, hace 41 años, en el centro de nuestra ciudad de Monte Caseros, juraron la bandera los soldados de la clase 62 y al año siguiente, ya en las islas desplegadas en nuestras posiciones, lo hicieron los de la clase 63.
En cumplimiento de ese juramento, muchos entregaron su vida y otros conservan en sus cuerpos cicatrices gloriosas. Hoy los Veteranos de Malvinas vamos a renovar nuestro juramento a la bandera, a la misma bandera que flameara en Malvinas. Ahora es muy difícil que la Patria vuelva a exigirnos arriesgar nuestra vida en su defensa. Pero sí nos exige que la amemos y que la sirvamos.
¿Y como tenemos que hacerlo?, siendo hombres decentes, honestos, trabajadores, veraces, preocupados por sus familias y siendo ciudadanos respetuosos de la ley, de las autoridades, del orden de los derechos de sus conciudadanos y conscientes en el cumplimiento de sus deberes cívicos. A continuación voy a proceder a tomarles el juramento.

Tras el sonoro Si, Juro de nuestros Veteranos de Guerra hizo uso de la palabra el general Pereda, quien expresó:

Hoy tenemos el privilegio de honrar a quienes se batieron en combate durante las jornadas del 11 y 12 de junio de 1982. Aquel cuatro de línea defendió con tesón su frente de combate, haciendo gala de su tradición bicentenaria. Una vez más, como en tantas batallas, este glorioso regimiento de la infantería argentina cumplió con su misión.
Veteranos de Malvinas, una vez más les reitero la admiración y el respeto de las generaciones más jóvenes (...) Los caídos en la gesta, constituyen una bandera que nos señala no olvidar que las Malvinas son argentinas.

Finalizado el discurso del jefe del Ejército se entonó la canción del Ejército y se realizó el tradicional desfile militar.

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