Hablar del exilio
A las 19 h, en el Centro Cultural Kirchner, se proyecta el documental de Silvia Di Florio "Partidos, voces del exilio" en el que hombres, mujeres y sus hijos, que tuvieron que dejar sus vidas en Argentina para comenzar otra vida lejos de su patria durante la última dictadura cívico-militar, relatan sus experiencias de vivir y criar fuera de la tierra natal. En esta nota, su directora nos cuenta detalles del documental y del exilio que marcó su vida.
Silvia Di Florio tenía 18 años cuando se tuvo que exiliar junto a su familia, primero en Brasil y luego en Suecia. Estaba embarazada de siete meses de su hija Mariana. En 1983 volvió a Argentina y 35 años después, a Suecia, pero de visita. Otras personas decidieron quedarse en los lugares a los que llegaron de manera forzada, allí gestaron y criaron a sus hijos.
En Partidos, voces del exilio Silvia Di Florio entrevista a esos hombres y mujeres que tuvieron que dejar sus vidas en Argentina para comenzar otra vida lejos de su patria. Ellas y ellos cuentan acerca de las dificultades para hablar del dolor del destierro y las múltiples consecuencias del exilio. También hablan sus hijos, algunos nacidos en el exterior, otros criados allí, con la reminiscencia permanente a un país lejano, herederos de una identidad partida.
Su experiencia en primera persona y las charlas con su amigo Juan Carlos Gastaldi, quien se quedó viviendo en España, su país de exilio, motivaron a Silvia Di Florio a contar esta historia. Como Suecia quedaba muy lejos de Argentina y Gastaldi, productor del documental, vive en Madrid, el rodaje sería más ameno en esa ciudad y Silvia podría tomar un poco más de distancia de su historia personal, o eso creyó en los inicios.
"Cada entrevista fue un momento de mucha movida emocional tanto para los testimoniantes como para mí, porque con cada uno de ellos revivía pedacitos de mi propia historia. El exilio marcó mi vida, como la de todos los que lo atravesamos", cuenta Silvia.
-¿Cómo le interpeló, como directora, escuchar la voz de hombres y mujeres que vivieron una historia muy parecida a la suya?
- Fue un tránsito muy intenso el de recoger los testimonios porque me vi reflejada en cada uno. En el testimonio de Carola, que llegó a Madrid con 8 años y vivió de chica cosas que estaban relacionada con la militancia de sus padres me removían muchas historias personales. Mis padres fueron colaboradores militares, yo de chica había vivido cosas que tenían que ver con la clandestinidad, y después mi propia militancia...los testimonios de la gente de mi generación removieron todo el tiempo mi propia historia. Son 14 testimonios los que aparecen en la película. Cuando la convoco a Marcela Sáenz para el montaje, yo había seleccionado algunos relatos y Marcela me dice: 'negra, haber convocado a todas estas personas y haberlas hecho revivir aquellos años de tanto dolor creo que merecen estar todos'. Yo entendí y atendí lo que ella dijo y decidí ponerlos a todos y contar una historia coral, con vivencias distintas pero con el denominador común del exilio.
-En Partidos, voces del exilio aparecen los relatos de las hijas e hijos criados o nacidos en el lugar de exilio de sus padres, ¿qué descubrió en esas historias?
- A fines de 2016 con Gustavo Cataldi, director de fotografía, hicimos un primer viaje a Madrid y decidimos entrevistar a Juan Gastaldi y a sus hijos. Y cuando entrevisto a los hijos de Juan me sorprendo al encontrar una voz que yo no había escuchado y atendido, por lo me pareció importantísimo que esa voz estuviese en la película y puse un acento particular en buscar y en registrar a varios de los hijos de este exilio. El punto común que encontré en los hijos fue la dificultad de abordar el tema con sus padres, y al revés también. Los padres esperando que los chicos pregunten y los chicos no preguntaron. Ninguno desconocía la historia pero no la conocían en detalle, en profundidad, no se reunieron a conversar qué les había pasado, cómo habían procesado cada uno esa etapa de la vida, poder abordar el dolor es muy difícil, el desgarro, el desarraigo, los compañeros, amigos y familiares desaparecidos, asesinados. Por eso me pareció importante tener la voz de estos chicos que ya son adultos.
-¿Qué aportes siente que hace esta historia a los procesos de Memoria, Verdad y Justicia y también a la historia de las migraciones?
- Cuando estrenamos la película en Buenos Aires se acercó mucha gente conmovida hasta las lágrimas para contarme la identificación que sentían con muchas frases y partes de la película, cuando de pronto sus abuelos era exiliados ucranianos, o de la Guerra Civil Española. Me decían “mi abuela nunca habló, jamás, me decía 'cuando aquello'”, y ese 'cuando aquello' era el momento del dolor. Las migraciones son universales, mas allá que esta historia tiene que ver con un exilio forzoso de la dictadura cívico militar, creo que hay muchas migraciones en el mundo, acá en España, donde me encuentro ahora, están super presente. La película toca esas aristas en común.
Yo me propuse hacer un documental que tenga que ver con lo humano más que con lo político, Sí digo que es una ventana para seguir reconstruyendo memoria y sí lo hice desde el alma y desde el corazón porque mi propia vida y mi propia historia está allí presente, y ese es el aporte. Ojalá sirva para seguir construyendo memoria, tanto en Argentina en España.