Eladia Blázquez, la poetisa del tango
La Secretaría de Cultura recuerda a una de las grandes voces femeninas de la música popular y el tango, a 20 años de su fallecimiento.
Compositora, cantautora, pianista y guitarrista, Eladia Blázquez nació en Gerli, provincia de Buenos Aires, el 24 de febrero de 1931. En 1970 editó su primer disco de tango, irrumpiendo en el machismo tanguero cuando este género se encontraba en plena crisis. Gran poetisa y talentosa para la escritura, compuso temas de variados estilos, los que contaron siempre con intérpretes de primer nivel, como Ramona Galarza, Roberto Yanés y los Fronterizos, entre otros. Primero fue la canción española, luego la melódica y sudamericana; más tarde, el folklore, y finalmente la atraparon el tango y la balada. Dentro del folklore, compuso la zamba Al viejo río Paraná.
Como escritora editó los libros Mi ciudad y mi gente y Buenos Aires cotidiana.
En su trayectoria grabó más de diez discos, con canciones memorables como Honrar la vida, Prohibido prohibir, Mi ciudad y mi gente, El corazón al sur, Sueño de barrilete, Viejo Tortoni, Que vengan los bomberos, Bien nosotros, A un semejante, Con las alas del alma, Si Buenos Aires no fuera así, Somos como somos, Sin piel y Convencernos. Además, agregó letras al gran tango instrumental de Astor Piazzolla Adiós Nonino.

Nombrada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires en 1992, a lo largo de su trayectoria recibió múltiples distinciones y reconocimientos, entre ellos, dos Premios Konex de Platino (1995 y 2005) como mejor autora/compositora de tango de la década en la Argentina.
Nunca olvidó su origen, su esencia, ni su historia: “Nací en un barrio donde el lujo fue un albur / por eso tengo el corazón mirando al sur / Mi viejo fue una abeja en la colmena / las manos limpias, el alma buena / Y en esa infancia, la templanza me forjó / después la vida mil caminos me tendió / y supe del magnate y del tahúr... por eso tengo el corazón mirando al sur”, cantó en El corazón al sur, cuya última estrofa dice: “La geografía de mi barrio llevo en mí / será por eso que del todo no me fui / la esquina, el almacén, el piberío... lo reconozco... son algo mío... Ahora sé que la distancia no es real / y me descubro en ese punto cardinal / volviendo a la niñez desde la luz / teniendo siempre el corazón mirando al sur”.

Falleció el 31 de agosto de 2005 a los 74 años.