Presidencia de la Nación

El Museo del Libro y de la Lengua ya lleva el nombre de Horacio González

Durante la tarde de ayer, en un acto encabezado por el ministro de Cultura, Tristán Bauer, y el director de la Biblioteca Nacional, Juan Sasturain, fue renombrado el Museo del Libro y de la Lengua en memoria del destacado intelectual argentino, fallecido hace un año. La actividad coronó una jornada maratónica dedicada a la vida y la obra de González, que contó con la participación de numerosas personalidades de nuestra cultura.


A un año del fallecimiento de Horacio González, ayer por la tarde se realizó el acto en su memoria por el que el Museo del Libro y de la Lengua pasa a llevar el nombre del destacado intelectual argentino, quien fuera director de la Biblioteca Nacional entre 2005 y 2015.

La ceremonia fue presidida por el ministro de Cultura, Tristán Bauer, y el director de la Biblioteca Nacional, Juan Sasturain, y contó con la participación del secretario de Gestión Cultural del Ministerio de Cultura, Federico Prieto; el director de Coordinación Cultural de la Biblioteca Nacional, Guillermo David; el coordinador del área de publicaciones de la Biblioteca, Sebastián Scolnik; el director del Centro Cultural Borges, Ezequiel Grimson; la compañera de Horacio González, Liliana Herrero, y las hijas del escritor, Florencia y Ana Lucía González; junto a numerosas personalidades de la cultura argentina como Teresa Parodi, Juan Falú, Delfina Arias, Cristina Banegas, Carlos Bernatek, Cecilia Calandria, Graciela Camino, Rita Cortese, Gustavo Ferreyra, María Pía Lopez, Alejandra Flechner, Mariana Gainza, Liliana Heer, Luisa Kuliok, Guillermo Korn, Alicia Lamas, Cecilia Roth, Verónica Scardamaglia, Lidia Borda, Ricardo Forster, Daniel Tognetti, Eduardo Jozami, Ana Celentano, Eduardo Rinesi, Juan Laxagueborde, Osvaldo Baigorria, María Seoane y Américo Cristófalo, entre muchas otros.

Durante las palabras previas al descubrimiento del nombre de Horacio González sobre la fachada del Museo del Libro y de la Lengua, el ministro Bauer expresó: “Horacio marcó para siempre, definitivamente, a la Biblioteca Nacional. Cuánto le debemos todos los argentinos, todas las argentinas a Horacio González, un referente verdadero de la cultura nacional. Lo que estamos haciendo esta tarde, nombrar, poner un nombre, y que ese nombre sea el de Horacio González es un acto de justicia". Sobre el fallecimiento de Horacio González, cuyos restos fueron velados en la Biblioteca Nacional, agregó conmovido: "Recuerdo ese día triste. La despedida aquí y en el cementerio. Y en esa tarde tan gris, tan de lluvia, se iba una parte de cada uno de nosotros. Se iba una parte de nuestra vida y, al mismo tiempo, Horacio nos dejaba su vida y su ejemplo. Por eso gracias Horacio González, gracias por tu vida, por tu actitud, por tu dignidad. Queda aquí tu nombre, y en los corazones del pueblo argentino queda para siempre tu ejemplo”.

Para el director de la Biblioteca, Juan Sasturain: "Este acto, esta denominación, estas presencias, no son el resultado de la determinación de ningún espacio de autoridad sino que son el resultado de las decisiones de los compañeros. La palabra compañeros abarca no solo a los que forman parte de esta hermosa institución sino a todos aquellos que conocen, aman, leyeron y extrañan a Horacio".

María Moreno, actual directora del Museo del Libro y de la Lengua, no pudo estar presente por razones de salud pero hizo llegar sus palabras que fueron leídas por el escritor Carlos Bernatek: "En el nombre de Horacio González oímos su voz como en los nombres de las salas del Museo la de ellos, en una suerte de “Coloquio de las Ánimas Socarronas”, donde se discuten todas las ideas de este mundo y del otro. Que cuando pasemos por el Museo de noche, oigamos murmullos, risas. Que esa sea la leyenda, el mito que inquiete al barrio. Desde ahora".

El acto de renombramiento del Museo del Libro y de la Lengua fue la actividad culminante en el marco de la Maratón Horacio González, que incluyó distintas actividades que tuvieron como ejes centrales la vida y la obra del gran ensayista argentino.

En la sala de lectura del 5º piso Delfina Arias, Cristina Banegas, Carlos Bernatek, Cecilia Calandria, Graciela Camino, Rita Cortese, Gustavo Ferreyra, Alejandra Flechner, Mariana Gainza, Ezequiel Grimson, Liliana Heer, Luisa Kuliok, Guillermo Korn, Alicia Lamas, Cecilia Roth, Verónica Scardamaglia y trabajadores de la casa leyeron textos de Horacio González.


Foto: Marcelo Huici. Gentileza Biblioteca Nacional

La actriz y directora teatral Cristina Banegas destacó: “participar en este homenaje a Horacio González significa mucho. Este año que pasó lo hemos extrañado mucho, lo hemos celebrado mucho. Esta celebración creo que es parte del amor, del talento, de la originalidad, de la generosidad que él siempre derramó en todas sus acciones, en sus libros, en sus charlas, en sus notas, en sus asados con los amigos. Es un honor estar hoy aquí”.


Foto: Marcelo Huici. Gentileza Biblioteca Nacional

En tanto la actriz Luisa Kuliok afirmó: “Horacio está acá, porque aunque no lo viéramos en lo cotidiano, todo el tiempo estaba con sus escritos, con lo que leía y en este momento también, siempre presente. Pensar en que puedo leer acá en la Biblioteca Nacional, es un momento de la vida en la que una siente que hay algo ahí que bulle y que es único y una pertenece a esa unicidad que siempre propiciaba Horacio. Era un ser excepcional porque siempre tenía, con todo lo que sabía, abierta la pregunta hacia quienes estaban con él. Se lo extraña mucho porque necesitamos su palabra en el hoy, en los momentos de conflicto o de quiebre una no tiene ninguna respuesta para, por lo menos, intentar una salida en el laberinto y él siempre podía ofrecer una gran idea o algo más que una gran idea”.

Posteriormente se realizó la posta musical “Amarrado al recuerdo” en el Auditorio Jorge Luis Borges, donde Cecilia Roth leyó un texto escrito por Fito Páez, quien no pudo estar presente: “Horacio entiende que estamos hechos de restos, pensamientos y balbuceos. Horacio nunca fue funcional, ni siquiera a sus propias estructuras ideológicas que le reclamaban firmeza y frases cortas. Horacio González no es un instrumento de comunicación partidaria, es un hombre que enseña a pensar, no a construir manadas. El fue una voz que la torpeza de real politic argentina no se dignó a consultar. Horacio González como protagonista central de una época que ya pasó y falló. El gran telépata astronauta cósmico argentino, llamado Horacio González, sigue girando alrededor de las esferas celestes, nos saluda desde allí y nos abriga desde su muerte, aquel no lugar igual que este”.

Diego Rolón, Lidia Borda y Daniel Godfried, el trío Ariel Naón, Pedro Rossi y Mariano Agustoni, Teresa Parodi y Juan Falú estuvieron a cargo de las presentaciones musicales con coordinación de Liliana Herrero.

Liliana Herrero, muy emocionada, expresó: “solo tengo una enorme emoción y un enorme agradecimiento. Horacio se estaría riendo y agarrándose la cabeza. Quiero darles un fuerte abrazo a las músicas y los músicos. Si yo dijera por qué vinieron, diría dos cosas: la primera por amor a Horacio y la segunda por la música. Por este lugar donde hemos cantado mucho, donde el piano fue comprado por Gerardo Gandini, donde hay muchas cosas aquí que suenan a la historia profunda de la música y la poética argentina. Solo repito lo que dijo Horacio: “sin nosotros no somos nada”.


Foto: Marcelo Huici. Gentileza Biblioteca Nacional

Teresa Parodi sumó también su emotivo testimonio: “Voy recorriendo los mismos lugares que compartí con él. Es muy difícil para mí, los recuerdos se me vienen a mi corazón. No encuentro palabras pero quizás me ayuda la canción”.

La siguiente actividad fue una charla con quienes compartieron el trabajo editorial con Horacio González, entre ellos, Eduardo Rinesi, Américo Cristófalo, Juan Laxagueborde y Sebastián Scolnik.

Sobre la ausencia de su colega y amigo, Eduardo Rinesi expresó: "Yo tardé en acostumbrarme a que no iba a volver a pasar que me sorprendiera un artículo por la mañana del diario que compro todos los días. Y esa era la diferencia entre un gran día y un día gris". La obra de Horacio, agregó, "es extraordinaria. Se mete con los grandes problemas de la Argentina, los grandes mitos y las grandes instituciones. Horacio fue un pensador de los mitos y las instituciones. Un pensador de los mitos que descubrió que la lucidez no está del otro lado del mito sino que consiste en un modo crítico de habitarlo, y un pensador de las instituciones que supo que la libertad no está del otro la do de las instituciones, sino que consiste en un modo lúcido de habitarlas. Me parece que eso nos enseñó Horacio".

Por su parte, Sebastián Scolnik se refirió al proyecto editorial de González durante su gestión en la Biblioteca Nacional: "Es evidente que Horacio es el gran editor argentino porque toda la política editorial de Horacio se puede rastrear en su libros. Ahí mismo está el plan editorial que efectuó acá. Su plan cultural fue anticipado en sus libros."

En la jornada de ayer estuvo presente también el filósofo Ricardo Forster, amigo de Horacio González, con quien compartió durante años el espacio de pensamiento y militancia política de Carta Abierta. Sobre la iniciativa de renombrar al Museo del Libro y de la Lengua dijo: "Me parece que es un gesto absolutamente justo. Horacio era una especie de buceador de perlas en la lengua argentina. Navegó todos los mares de las escrituras, todas las tradiciones literarias, política y filosóficas. Viene de una generación que le dio a la travesía argentina una intensidad única. Una generación que atravesó pasión política, revolución, dictadura, exilio, democracia. Y Horacio fue el navegante más eximio de todas esas aguas turbulentas."

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