Presidencia de la Nación

El impacto ambiental de los residuos tóxicos del tabaco fue el eje de un encuentro organizado por Salud

Participaron referentes de los Programas de Control de Tabaco de las 24 jurisdicciones, representantes de organizaciones de la sociedad civil y especialistas en el tema

En el marco del Día Mundial sin Tabaco, que se conmemoró el 31 de mayo, el Ministerio de Salud de la Nación organizó la jornada “Residuos Tóxicos de los Productos de Tabaco. Desafíos ambientales” con el objetivo de analizar los efectos del tabaquismo en el medioambiente y aunar estrategias con organizaciones de la sociedad civil para trabajar en pos del cuidado de las personas y del planeta.

“Desde el Ministerio nos propusimos trabajar para reducir el impacto del tabaquismo en el medio ambiente. Es necesario contribuir a la salud de la población desde lo individual y desde lo colectivo. Pensar en un entorno saludable es poner en consideración cómo el tabaco afecta la calidad de la tierra, el aire, el agua y de nuestras vidas. Nos importa el impacto en el futuro y pensar en la vida de hoy y en quienes nos sucedan. Es necesario definir acciones con miras al presente y al futuro”, afirmó durante la apertura el subsecretario de Estrategias Sanitarias, Juan Manuel Castelli.

En Argentina, cada año, se desechan 32.000 millones de colillas de cigarrillos que liberan en el suelo muchas sustancias tóxicas como nicotina, arsénico, níquel, cadmio, plomo, entre otros. Las colillas están hechas de acetato que es un material que tarda más de 20 años en degradarse y son la principal causa de basura en el mundo. Una sola colilla de cigarrillo tiene la capacidad de contaminar entre 50 y 1000 litros de agua dulce.

“El impacto que tiene el tabaco en el ambiente tiene que ver con todo el proceso de producción, desde la desforestación, la tala de árboles, el packaging y la utilización de energía. Tenemos que centrarnos no sólo en la salud de las personas sino en cómo afecta en el entorno”, explicó la coordinadora de Salud Ambiental, Marina Orman.

“Celebro esta reunión en donde recolectamos experiencias, buscamos alternativas y pensamos en un trabajo conjunto en pos de la salud pública y del cuidado del medio ambiente”, expuso por su parte el coordinador del Programa Nacional de Control de Tabaco (PNCT), Mario Virgolini, quien sostuvo además que la Organización Mundial de la Salud este año puso en relevancia este tema. “Es un buen momento para colocarlo en la agenda pública. Desde el Estado y desde las organizaciones de la sociedad civil estamos trabajando la importancia de generar conciencia y cuidado. Es necesario que este tema también se traslade como ley a la responsabilidad de las empresas. El tabaco mata, produce enorme morbilidad y ocasiona un gasto gigantesco para los Estados en atención de los enfermos y daños al ambiente”, añadió.

En la jornada expusieron además Carolina Talio, investigadora de la Universidad de San Luis, quien explicó los contenidos tóxicos hallados en las colillas de cigarrillos; Hugo Destillats de Berkeley Lab. Indoor Environment Energy Technologies Area, quien detalló cómo se hallan y en qué consisten los tóxicos del humo de tercera mano; Federico Pellegrino de Eco House, que presentó el proyecto de ley porteño que prohíbe arrojar colillas de cigarrillos en espacios públicos y otras iniciativas nacionales tendientes a la responsabilidad extendida de las empresas; María Marta Cozzarin, que habló de la iniciativa “A limpiar Ushuaia”; y finalmente Laura Garmendia, quien contó la experiencia de gestión de residuos sólidos urbanos de la Secretaría de Ambiente de Monte Hermoso.

Durante el encuentro se concluyó que las colillas deben ser consideradas y tratadas como residuos peligrosos, y en consecuencia los gobiernos, entidades ambientalistas y de salud, deben establecer con urgencia medidas que se aseguren su correcto tratamiento y destino final.

En ese sentido, algunas de las acciones concretas que se plantearon fueron: generar conciencia y responsabilidad en el consumidor; prohibir fumar en playas, lagunas y otros lugares; disponer las colillas en recipientes adecuados y separados; realizar acciones de recolección y disposición como residuo peligroso. Además de la necesidad de generar normativas nacionales y locales de responsabilidad extendida del productor para reducir los daños que generan.

Del evento participaron también el director Nacional de Abordaje Integral de Enfermedades No Transmisibles (DNAIENT), Nicolás Haeberer; referentes de los Programas de Control de Tabaco de las 24 jurisdicciones, e integrantes de diversas organizaciones de la sociedad civil.

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