Presidencia de la Nación

Día del Artista y la Artista Plásticos

A 150 años de su muerte, rendimos homenaje a Prilidiano Pueyrredón.

Prilidiano Pueyrredón murió joven un 3 de noviembre hace 150 años de una diabetes que lo dejó prácticamente ciego. Hoy queremos recordarlo con alegría y agradecimiento porque sus retratos, sus cartas, sus paisajes, su paso por esta casa y este jardín son para nosotros una fuente inagotable de inspiración, lugares donde indagar al momento de generar las propuestas y reflexiones que le dan vida a este museo.

Creció en esta casa entendiéndose con la barranca y el rio; a los 13 años emigró con su familia a Europa y cuando volvió, con una sólida formación de ingeniero y pintor, dejó aquí huellas significativas: jerarquizó dos de las fachadas, la que da al río con la imponente galería de columnas toscanas y, la del norte, con un jardín de arbustos de boj que, a la manera francesa, adorna la entrada principal.

Su formación europea lo distinguió en el ambiente cultura porteño y fue así que rápidamente se convirtió en el retratista más requerido por la alta burguesía. Pero Prilidiano no fue solo un dotado alumno de la academia, sino que fue un artista sensible que supo convertir nuestra pampa en paisaje y al hombre y a la mujer del pueblo ̶ al capataz, a la cocinera, al gaucho, al pescador ̶ en protagonistas de escenas cotidianas.

Prilidiano Pueyrredón no fue un hombre común. Su carrera fue vertiginosa; en solo 16 años se convirtió en el pintor más importante de su época mientras producía obra como arquitecto, ingeniero y urbanista. Al talento artístico se le suma un ingenio y un humor que se refleja en las cartas que dejó.

Scroll hacia arriba