Presidencia de la Nación

Cifra récord de donaciones para los Museos Nacionales

Con una cantidad inédita de obras y objetos ingresados, el patrimonio de los Museos Nacionales crece y se diversifica. Las 28 incorporaciones registradas durante este mes representan un total de 137 nuevos bienes.

El Comité de Evaluación de Ingreso de Bienes Culturales aprobó, en su reunión de agosto, 28 incorporaciones que pasan a integrar las colecciones del Museo Nacional de Arte Decorativo, del Museo Casa de Yrurtia, del Palais de Glace – Palacio Nacional de las Artes, del Museo Histórico Nacional, del Palacio San José - Museo y Monumento Histórico Nacional Justo José de Urquiza y del Museo Nacional del Grabado. Los objetos, cedidos por artistas y particulares, fueron sometidos a un riguroso análisis, que culminó con la formalización de su entrada al acervo del Ministerio de Cultura de la Nación.

Aunque este año aún resta una última sesión del Comité (en noviembre), las altas ya marcaron un récord: en las reuniones de abril, junio y agosto se han revisado en total 42 solicitudes de donación, cada una de las cuales involucra varios objetos. La cifra resulta impactante con relación a las 27 incorporaciones totales de 2022, las 11 de 2021 y las 10 de 2020. El listado de agosto resalta por su relevancia histórica y simbólica, dado que comprende un amplio arco de piezas que constituyen valiosos testimonios tanto del pasado como de la contemporaneidad.

El Museo Nacional de Arte Decorativo suma a su colección una porcelana francesa de Sėvres del siglo XIX, decorada con un motivo alegórico de la música; una pintura de Delphine Francois que se une a otros dos cuadros de esa autora que el Decorativo ya posee, y un desnudo de Ignacio Pirovano (1909-1980), quien fue el primer director del Museo. En simultáneo, incorpora un sillón Skell del arquitecto Ricardo Blanco de 1972 y dos sillas del diseñador Juan Azcue de 1999.

Es habitual que las nuevas adquisiciones de los museos se orienten a complementar colecciones ya existentes. Así sucede con Naturaleza muerta, pintura de 1951 de Lía Correa Morales que se agrega al acervo del Museo Casa de Yrurtia. La artista, esposa de Rogelio Yrurtia, asumió la dirección de esa institución tras la muerte del escultor. Esta pieza contribuirá a dar cuenta de la continuidad de la obra personal de Lía, quien siguió pintando en paralelo a su trabajo de gestión. Lo mismo sucede con un abanico de pericón (ca. 1880) de Dolores Costa (esposa del general Justo José de Urquiza), que, gracias a una donación de sus descendientes directos, integrará la voluminosa colección de bienes personales de la familia Urquiza que se conserva en el Palacio San José, en Entre Ríos.

El Palais de Glace concreta, en esta oportunidad, una serie de adquisiciones procedentes de artistas galardonados y galardonadas con los premios del Salón Nacional de Artes Visuales: Rocío Coppola (Buenos Aires), Milagro Tejerina (Jujuy), Jimena Croceri (Buenos Aires), Agustín González Goytía (Tucumán), Virginia Buitrón (Buenos Aires), Pablo Guiot (Tucumán) y Mariano Villalba (Buenos Aires). Esos trabajos, de técnicas y temáticas variadas, se suman al patrimonio actualmente guardado en el Complejo Histórico Cultural Manzana de las Luces hasta la reapertura del edificio del Palais, que se encuentra en obras de restauración, puesta en valor y adecuación tecnológica.

Por su parte, el Museo Histórico Nacional no solo continúa afirmándose como depositario de objetos antiguos de nuestra historia sino que se consolida como destino posible para piezas que apuntan a la construcción de relatos sobre el pasado reciente. Es el caso de una serie de cartas enviadas por una madre a su pequeña hija desde el Penal de Devoto en 1976, durante la última dictadura cívico- militar, cuando en esa cárcel porteña funcionaba un centro clandestino de detención. De la misma época, el Histórico recibe el pañuelo blanco de Haydée Esther Gastelú de García Buela, integrante de Madres de Plaza de Mayo - Línea Fundadora; 8 ejemplares de las revistas El Descamisado y La Causa Peronista con rastros de haber sido enterrados para su ocultamiento, y un lote de afiches, boletines, volantes y autoadhesivos elaborados por la Asamblea Popular del Parque Lezama, tras la crisis de 2001.

También remite a esos años otro valioso lote de 13 bienes que incluye, además de revistas y documentos de diversas agrupaciones, la bandera argentina que perteneció a Darío Santillán, militante del MTD asesinado junto con Maximiliano Kosteki en el Puente Pueyrredón de Avellaneda el 26 de junio de 2002. La institución obtiene, asimismo, un lote completo de documentos y objetos de la Asamblea Popular de Colegiales fechados entre 2001 y 2003, que incluyen una lechera abollada, protagonista elocuente de cacerolazos y protestas. De tiempos aún más cercanos proviene otro lote, vinculado a los activismos antiglobalización que actuaron en la Cumbre de las Américas realizada en Mar del Plata en 2005. Los ingresos del Museo Histórico Nacional se completan con una expendedora de boletos de la línea 307 acompañada de los rollos correspondientes a los diferentes tramos y un lote de 17 objetos (bastón, tintero, anteojos, máquina de escribir y placas, entre otros) pertenecientes a los líderes radicales Hipólito Yrigoyen y Ricardo Balbín.

El Museo Nacional del Grabado es el otro museo nacional que, en esta oportunidad, recibe una buena variedad de nuevos bienes: un pequeño aguafuerte de 1952 del artista chileno Nemesio Antúnez titulado Los amigos; un afiche del artista José Luis Meirás; 10 serigrafías del ilustrador y diseñador Santiago Pozzi y un lote de afiches contemporáneos del prestigioso taller La Linterna de Cali (Colombia). La donación más llamativa es, quizás, la del archivo del Taller Popular de Serigrafía (TPS), agrupación de gráfica política que operó en Argentina entre 2002 y 2007 haciéndose eco de los reclamos de movimientos piqueteros, estudiantiles y sindicales, entre otros. Ese conjunto incluye 17 estampas, 1 carpeta, 1 video y 2 impresos que dan cuenta, tal como consta en el informe, de la labor de “un colectivo representativo de la puesta en práctica de una gráfica al servicio de la visibilidad y las luchas de los movimientos populares”.

Mientras las piezas donadas pasan a habitar oficialmente sus flamantes espacios de guarda, con la posibilidad de formar parte de exhibiciones y proyectos eventualmente, los Museos Nacionales continúan desarrollando sus habituales labores de cuidado y preservación. Para Marisa Baldasarre, responsable de la Dirección Nacional de Museos, “esta cantidad récord de ingresos es una excelente noticia, que habla de la visibilidad de las acciones encaradas últimamente por los museos para la difusión y el cuidado de los patrimonios. Hay muchísima gente que hoy tiene deseos de donar y que confía en que el mejor destino es un museo nacional”.

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