“Arriba que la vida sigue” por Marcelo Percia
El Hospital Nacional en Red “Lic. Laura Bonaparte” llevó adelante el jueves 12 de noviembre un nuevo encuentro del Ciclo de Teleconferencias con la disertación del licenciado en Psicología Marcelo Percia.
El Hospital Nacional en Red “Lic. Laura Bonaparte” llevó adelante el jueves 12 de noviembre un nuevo encuentro del Ciclo de Teleconferencias con la disertación del licenciado en Psicología Marcelo Percia.
“Agradecemos su participación en esta propuesta a un colega de amplia trayectoria. Es una alegría y un orgullo para nuestro Hospital que hoy nos acompañe”, argumentó la licenciada Edith Benedetti, Interventora General de la institución en el momento de apertura de la disertación.
Además manifestó, junto con la magister Mariana Camilo de Oliveira, Jefa del Departamento de Formación, Capacitación e Investigación el interés de conocer sus reflexiones instaladas desde el inicio de la pandemia: “pensamientos cautos del tiempo de incertidumbre que nos toca vivir”.
“El título que elegí es un fragmento de una novela de Hebe Uhart que se llama “Mudanzas”. Allí aparece una frase que nos habita en este tiempo y en todos los tiempos. Porque está ocurriendo que este tiempo empieza a resinificar todas las maneras que tenemos de vivir el tiempo político, cotidiano, amoroso”, apuntó el expositor en sus primeras palabras.
Luego, hizo un recorrido sobre distintas expresiones y pensamientos propios con la recuperación de temas y citas de diverses autores a fin de compartir reconsideraciones sobre la presente coyuntura.
“En primer lugar hay una lectura fragmentaria o retazos de ideas. Y me parece que esta idea nos auxilia en este momento, donde es muy difícil tener una pieza completa de una teoría. Siempre fue difícil, pero entiendo que ahora está más a la vista que sólo podemos pensar a través de formas inconclusas”, expresó para luego continuar con una cita de William Shakespeare a fin de compartir dos asuntos: la relación entre poder – ambición y la idea de lo irrepresentable. “Esto que aparece en los tiempos de la pandemia deberíamos pensarlo como una lente de aumento o exageración de aquellas cosas con las que vivimos siempre”.
De esta manera, expresó que la experiencia del dolor se presenta como un estallido que no tiene representación e introdujo el concepto de misterio: “Hasta este momento, nosotros hemos hablado mucho del misterio de lo ausente. De lo ausente como lo fantasmal y paradójicamente hoy nos estamos enfrentando a tener que pensar la presencia como un misterio. La presencia cuando está siendo extrañada, como ahora, revela sus misterios. El extrañamiento, la distancia, la imposibilidad de la presencia nos hace presentir, extrañar los misterios. El ministerio también es impresentable. La sustracción de la presencia pone a la vista esa atracción misteriosa de los cuerpos presentes.”
También cobró interés el concepto de “común orfandad”. “No pensar el desamparo, la intemperie como desgracia, sino como potencia de lo común. Hay algo que podemos llamarlo común porque hay orfandad. Hay un tema político, la común orfandad, el desamparo, la intemperie, pensada como una condición de existencia de la vida en común se encuentra y tropieza con el problema de la desigualdad. No es lo mismo la intemperie de quién no tienen casa, comida, ingresos, trabajo, que ésta intemperie que se construiría como ideal de lo común. No hay común intemperie en cuanto haya desigualdad.”
Desde estas posturas y tomando los planteos de Nietzsche reflexionó sobre el ser y el estar. “Estamos en un común estar, pero cuando no pasa eso, cuando no estamos en un común, más allá del bien y del mal, Nietzsche sugiere que lo que se dice tiene que escucharse como síntoma de lo que se calla. Un saber encriptado duele enmudecido a la vez que habita el silencio como espacio de resistencia”, determinó para luego agregar: “En la idea de que en esto que estamos diciendo hay algo que callamos habría que pensarla no sólo como represión o inhibición. Hay un callar que calla porque no sabe decir y porque no sabe pensar. Entonces hay algo callado por la inhibición, por la moral, pero también hay algo acallado que tiene que ver con el pensamiento mismo”. De esta forma, estableció que no está bien desoír lo que ocurre o pasa. “La necedad no reside en no saber, sino en no querer saber o todavía peor en actuar como si eso que si se sabe no se supiera”, determinó.
Otra cuestión tuvo que ver con la diferencia que estableció entre negacionismo y negaciones. Los negacionismos conquistan adhesiones seguidoras; las negaciones defienden vidas excedidas por lo insoportable. “Los negacionismos culpabilizan y se ensañan con las víctimas, las negaciones confiscan dolores en el silencio”, determinó.
Una reflexión aparte fue la concepción “vivir al día”. “Están quienes viven al día porque apenas tienen qué comer y no saben dónde van a dormir mañana. Están quienes disfrutan cada día como si fuera el último, están quienes ven pasar los días con indiferencia. En tiempos de pandemia se vive el día a día sin saber hasta cuándo”.
En relación a ello, conversó sobre la coreografía del cuidado, “la idea de la distancia de los cuerpos plantea una coreografía que se ve en las calles, movimiento de acercarse y tomar distancia. Hermosas coreografías de la cercanía trazan figuras que se mueven respetando dos metros entre pieles, secreciones, alientos. Esas coreografías no merecen el nombre de distanciamientos social, ¿cómo nombrar vidas que hablan con los ojos, con la voz, con los gestos, que traman cercanías a dos metros? ¿Cómo nombrar esa protección necesaria? Si estamos con deseo de participar en ese campo tenemos que pensar cómo nombrar estas formaciones del presente”.
En este contexto y para concluir su presentación determinó que “solo hay que luchar por un común vivir donde no hay forma de desengancharse. Esto lo puso en juego la pandemia”.
El Ciclo de Teleconferencias propone un espacio de encuentro, una pausa en el tiempo que nos toca vivir, para pensar y reflexionar sobre las propuestas clínicas y asistenciales en pos de brindar respuestas integrales a los problemas actuales.