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Agustina Triquell: "La mirada de Alicia D’Amico está atravesada por un proyecto de vida"

Agustina Triquell es curadora de la muestra “Podría ser yo. Alicia D’Amico y la fotografía como experiencia colectiva” y en esta entrevista nos habla sobre el valioso aporte registrado por la cámara de esta reconocida reporter y militante feminista.


Hasta el 2 de abril se puede visitar en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) la muestra Podría ser yo. Alicia D’Amico y la fotografía como experiencia colectiva, con imágenes de la fotógrafa que inspiraron los testimonios incluidos en el libro Podría ser yo. Los sectores populares urbanos en imagen y palabra. El mismo se publicó por primera vez en 1987 por los sociólogos e investigadores Elizabeth Jelin y Pablo Vila, y tres décadas después fue reeditado en versión facsimilar acompañado de un segundo volumen de textos críticos de la cual participó Agustina Triquell, curadora de esta exposición.

Agustina Triquell es docente, artista, editora e investigadora social y vive y trabaja entre Buenos Aires y las sierras de Córdoba. Entre 2013 y 2017 coordina junto a Estrella Herrera el proyecto estético relacional NidoErrante y desde 2015 lleva adelante junto a Alejandra González la editorial Asunción Casa Editora, dedicada a la edición de proyectos de investigación y creación que utilizan la fotografía contemporánea en sus procedimientos. Además forma parte de la platafortma de investigación MATERIAL y coordina el CI/PAC (Centro de Investigaciones/Procedimientos Artísticos Contemporáneos) de la Escuela de Arte y Patrimonio de la Universidad Nacional de San Martín.

-¿Cómo se refleja el trabajo de campo realizado por los sociólogos Elizabeth Jelin, Pablo Vila y la fotógrafa Alicia D’Amico?

-Bueno Podría ser yo en realidad es el resultado de la publicación de Jelin, Vila, con fotografías de Alicia D’Amico que más que reflejar la investigación, es uno de los emergentes posibles de ese trabajo de campo que consistió en pensar cómo era la vida cotidiana de los sectores populares en la transición democrática. En ese contexto, es que ellos pensaron a partir de un sistema poco convencional, llevar fotografías de Alicia D’Amico de distintas categorías que ellos le habían propuesto hacer como fotografías del mundo del trabajo, del tiempo libre, escuelas de educación, salud pública, transporte, y hacer que las personas hablen a partir de esas imágenes. Esas imágenes se fueron organizando de distintas maneras a partir de lo que la gente decía de ellas, y de qué manera esas imágenes organizaban su vida cotidiana y su experiencia. Por eso tanto en el libro como en la muestra, las fotografías no responden a estos temas sino que están organizadas del modo en que las personas fueron dándole sentido. Por ejemplo, hay un capítulo que se llama “La resignación de esperar” y habla de todas las situaciones en las que los actores populares están en situaciones de espera, ya sea la espera de ir muy temprano a la mañana a un hospital, la espera del transporte, la espera en la iglesia, la espera de un milagro, la espera de la suerte con una lotería. Todas esas imágenes componen un único capítulo, y también componen un espacio en la sala.

-¿Por qué las fotografías del libro escapan a la simple fórmula de la foto-ilustración imperante en la época que se publicó por primera vez?

-La primera pregunta de alguna forma responde por qué se escapa de la idea de la foto-ilustración. Esto es bastante novedoso en la investigación, porque en otras investigaciones la fotografía ilustraba algo que ya estaba dicho en el texto, en la palabra, en el texto histórico, en la investigación. Y acá justamente las fotografías son disparadores de relatos. La gente habla a partir de esas imágenes. Y lo que termina dando sentido a toda la estructura es lo que la gente dice. Es como una solidaridad entre imagen y palabra bastante particular. Lo que vemos tanto en el libro como de algún modo también en la sala, es lo que la gente dice a partir de mirar las fotos. También lo interesante, es que al llamarse Podría ser yo no significa que está viendo lo que efectivamente, un retrato exactamente fiel de sí mismo, sino lo que justamente podría ser. Y cómo organiza la reflexión sobre su experiencia con esa estructura.

-¿Qué material se agregó en la segunda edición realizada 30 años después a la publicación original?

-La reedición del libro viene con un segundo volumen que es una reflexión sobre la edición de Podría ser yo. Esta reflexión tiene varias aristas. Por un lado, unas reflexiones personales de Pablo y Elizabeth sobre la experiencia de la investigación. Es un poco la cocina de la investigación, de cómo era hacer ciencias sociales en ese contexto, cómo construir pensamiento social no solo con las imágenes, cómo era el oficio de investigar y cómo Podría ser yo se diseñó. Un texto también que es una reflexión sobre el lugar de este tipo de proyectos y esta mirada de Alicia D’Amico que no estaba reconocida anteriormente. También es un libro que quedó excluido de algunas historias del fotolibro, creería básicamente por ser difícil de clasificar. Además hay un texto de dos investigadores jóvenes, Juan Cruz Pedroni y Francisco Medail, que reflexionan un sobre este lugar de Alicia D’Amico en la historia de la fotografía Argentina.

-¿Cuál fue el criterio utilizado para la selección de las imágenes que integran la muestra?

-Las imágenes del acervo de este proyecto, son más de seiscientas fotografías, muchas de ellas de gran valor y bastante interesantes en pensar exhibirlas. Pero el criterio que se utilizó fue justamente reproducir las imágenes que habían hecho sentido para las personas. Un poco el criterio de edición también es fiel al espíritu estético-político del libro original. Es decir, las imágenes sobre las cuales se pueden tramar algún tipo de experiencia subjetiva de las personas que están mirando, son las imágenes que traemos hoy a sala. Un poco ese mismo criterio. Y también sí, recuperando sobre todo un apartado del libro que lleva por título algo que también dijo una persona que es "Nosotros estamos con la democracia pero ella está con nosotros" fue como una reflexión que dijo alguien a partir de mirar ciertas imágenes. Ese pasaje del libro, tiene como un lugar central en la muestra un poco de cara a la celebración de cuarenta años de democracia que va a suceder este año.

-¿De qué manera aparece la impronta estético-político de Alicia D’Amico en el registro fotográfico de los sectores populares?

-Creo que hay algo de la forma de mirar, que no necesariamente requiere como una etiqueta específica. Pero la mirada de Alicia D’Amico está atravesada por un proyecto de vida, una militancia lesbofeminista en los espacios de lugar de mujer y en relación a la aparición pública y la representación del cuerpo de las mujeres, que si bien no está tematizada directamente en las imágenes de Podría ser yo, es su forma de mirar y construir el mundo. Es algo que está, como la mirada se posiciona y de algún modo yo creo que está no en la literalidad temática del motivo que representa, sino más bien en la forma de construir el mundo y sin duda en la forma de vincularse con los otros. Creo que esto también es de alguna manera, muchas de las imágenes que aparecen en relación a la obra de D’Amico están mucho más asociadas a otra parte de su obra. Y a veces queda sin vida esta militancia. Y creo que en este mes en el que se conmemoró el día de la visibilidad lésbica, amerita también nombrar que su subjetividad estaba atravesada por la militancia en esos espacios. Que no es posible escindir una cosa de la otra.

-¿De qué manera se explica la vigencia del libro “Podría ser yo” que aún interpela al público varias décadas después de su producción?

-Creo que la potencia que tienen las imágenes, son de alguna manera un retrato de una época y que hoy nos permiten contemplarlas con la distancia y la reflexión sobre como siguen siendo algunas cosas y como otras cambiaron. Creo que un poco la apuesta de la exposición, es una interpelación directa a quienes miren, a quienes visiten la sala, a reflexionar a partir de esas imágenes sobre nuestro presente Sobre nuestro presente y sobre como era la realidad de ese momento y cuáles son las consignas que aparecen hoy, cuáles son las que se mantienen, cuáles son las luchas que continúan, cuáles son las las que se han modificado. Creo que un poco la vigencia tiene que ver con una interpelación directa al público a generar esa reflexión.

"Podría ser yo. Alicia D’Amico y la fotografía como experiencia colectiva" se podrá visitar con entrada libre y gratuita hasta el 2 de abril en la sala 42 del segundo piso del Museo Nacional de Bellas Artes, Av. del Libertador 1473, CABA, de martes a viernes de 11 a 20 horas, y los sábados y domingos de 10 a 20 horas.

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