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4 de octubre: Día Mundial de los Animales

En la fecha en la que el mundo recuerda la importancia de la protección de la fauna, te presentamos las cuatro especies que en la Argentina cuidamos muy especialmente: los Monumentos Naturales yaguareté, taruca, huemul y ballena franca austral.


En 1929 la Organización Mundial de Protección Animal declaró al 4 de octubre como el Día Mundial de los Animales con el objetivo principal de generar conciencia y buscar soluciones al problema de las especies en peligro de extinción.

En nuestro país cuatro especies amenazadas han recibido por ley del Congreso de la Nación la categoría de Monumento Natural Nacional que representa las máximas garantías de protección. Aquí te contamos de cuáles se trata, donde habitan y cuáles son sus características principales.

Yaguareté

El más grande predador terrestre de América fue declarado Monumento Natural en el año 2001 debido a su riesgo extremadamente alto de extinción en estado silvestre. Antiguamente se distribuía desde el sudoeste de los Estados Unidos hasta las orillas del río Negro, en la Argentina. Hoy en nuestro país habita en selvas del Norte y en ambientes como los que protegen los Parques Nacionales Iguazú, en Misiones; Calilegua, en Jujuy; Baritú, en Salta; Copo, en Santiago del Estero; y Río Pilcomayo, en Formosa. Su población actual se estima en alrededor de 250 individuos adultos.

El yaguareté es un gran caminador que puede recorrer entre diez y quince kilómetros diarios. Solitario y esquivo, tiene hábitos predominantemente nocturnos. Y a diferencia de otros felinos es un buen nadador: cruza ríos anchos y caudalosos como el Paraná, el Iguazú o el Bermejo. Cada individuo posee un diseño único de manchas que permite identificarlo, algo de gran utilidad para los investigadores que trabajan en su protección.

Yaguareté. PH: Matías Rebak

Taruca

Designado Monumento Natural en 1996, este ciervo de los pastizales altoandinos y yungueños, propio de las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán y La Rioja, supo recorrer sin barreras vastas extensiones de territorios en grupos de hasta cuarenta individuos. Pero cuando el entorno natural fue volviéndose hostil y peligroso por la acción el hombre comenzó a desaparecer y hoy se lo ve de manera aislada en grupos reducidos de tres a quince animales, trepando laderas escarpadas gracias a las pezuñas de sus patas cortas.

De cuerpo macizo y mirada atenta, se camufla con su color entre los cerros, y tiene grandes orejas que le permiten oír el sonido de las serranías.

Taruca

Ballena Franca Austral

Protegida en aguas territoriales argentinas como Monumento Natural desde 1984, un siglo atrás enfrentó su máximo riesgo de extinción. Actualmente su población se encuentra en lenta recuperación: las hembras tienen una cría cada tres años.

Habitante del sector austral de los océanos Atlántico, Pacífico e Índico, cada año entre los meses de junio y noviembre alrededor de 600 ejemplares llegan hasta la Península Valdés, en Puerto Madryn, para reproducirse. Su llegada es esperada por viajeros de todo el mundo que, además de maravillarse con el espectáculo de sus saltos, colaboran en la difusión de la toma de conciencia en cuanto a su conservación y la de su ambiente, puesto que, así como en el pasado fue la caza la principal amenaza de su extinción, hoy lo son, entre otras, la contaminación de los mares y océanos.

Ballena franca austral. Ph: personal del PIMCPA en colaboración con WCS.

Huemul

Popularmente conocido como “el fantasma de los Andes”, este carismático cérvido es una de las dos especies de ciervos nativos presentes exclusivamente en los bosques patagónicos de la Argentina y Chile. En nuestro país originalmente se distribuía en forma continua desde el norte de Neuquén hasta la provincia de Santa Cruz, y desde la Cordillera hasta los pastizales subandinos del Este. Actualmente, sus poblaciones son pequeñas y se presentan en forma fragmentada y arrinconadas contra los Andes, en los Parques Nacionales Nahuel Huapi, Lago Puelo, Los Alerces, Perito Moreno y Los Glaciares.

Herbívoro rumiante, puede vivir solitario o formando pequeños grupos. Su apareamiento tiene lugar desde fines del verano hasta promediar el otoño. Durante el celo se le conocen varias “voces”: en alerta y de contacto hembra-cría. Excelente nadador, cruza ríos y lagos con facilidad y cuenta con un pelaje denso y grueso que lo protege del clima riguroso de la Patagonia.

Para ofrecerle las máximas garantías de conservación fue declarado Monumento Natural Nacional en el año 1996.

Huemul

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