Presidencia de la Nación

Perspectiva de derechos y enfoque de género


Perspectiva de derechos

Los derechos reproductivos son definidos como la posibilidad de decidir, en forma autónoma y sin discriminación, si tener o no hijas/os, el momento de tenerlas/os, cuántos hijas/os tener y con quién, y el espaciamiento entre sus nacimientos. Una amplísima variedad de acciones del equipo de salud se vinculan con la posibilidad de ejercicio de estos derechos. La información, el acceso a métodos anticonceptivos, la atención oportuna y respetuosa son algunas de las claves en el ejercicio de estos derechos.

Los derechos sexuales son los referidos al disfrute de una sexualidad libremente elegida, sin sufrir violencia ni abuso sexual, con posibilidades de evitar los riesgos de transmisión de enfermedades, y con respeto de la orientación sexual y de la identidad de género de cada persona sin discriminación. En la atención es central respetar el nombre elegido por cada persona, formular preguntas amplias que no presupongan la heterosexualidad, identificar posibles situaciones de abuso y/o violencia sexual, y facilitar la escucha sobre temores, molestias y dificultades de las personas en el disfrute de su sexualidad.

Los derechos sexuales y los derechos reproductivos son reconocidos como derechos humanos básicos y, por lo tanto, son inalienables, integrales e indivisibles. Son inherentes a la condición humana, sin distinción de género, edad, clase, etnia, nacionalidad, orientación sexual, religión o se viva o no una discapacidad. Son derechos tan importantes como el derecho a la vida, a la salud, a la calidad de vida y a la libertad, con los que están directamente relacionados.

Enfoque de género

Comprender a las personas como sujetos con derechos implica también reconocer que están insertas en un contexto cultural y social que genera desigualdades en la posibilidad de ejercer dichos derechos.

Se llama enfoque de género al abordaje que tiene en cuenta que las relaciones entre los géneros son asimétricas y que esta asimetría afecta de manera desigual la vida de las personas. Esto quiere decir que las desigualdades de género ponen en situación de mayor vulnerabilidad a las mujeres, personas trans, personas intersex, personas gays, lesbianas y bisexuales, etc.

Los mandatos y estereotipos de género afectan gravemente a las personas, sometiéndolas a situaciones de violencia que dificultan su autonomía y posibilidades de autodeterminación especialmente en relación con sus cuerpos.

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