Presidencia de la Nación

Muestra de Arte


En el marco de entender la salud como una construcción social y por lo tanto atravesada por componentes históricos, socio-económicos, culturales, psicológicos y biológicos, su mejoramiento implica el compromiso de toda la sociedad para su concreción como derecho humano. En este sentido, la distribución y la accesibilidad al capital cultural es la premisa fundamental que se busca fomentar con las exposiciones de obras en el Centro Cultural.

Curador: Omar Panosetti

Muestra actual: Luis Altieri

Se puede visitar de lunes a viernes de 9 a 18 horas en Pasco 2140

Las obras de Luis Altieri, como el propio artista, se ubican en un lugar entre el arte y la meditación. Aparte de su prolífica práctica pictórica, Altieri es un experimentado yogui, lo que se manifiesta literal y conceptualmente en todo su trabajo. En sus piezas expresionistas en gran medida abstractas se yuxtaponen imágenes de la cultura de Asia oriental, siendo el Om hindú la más reconocible. Sus pinturas recuerdan las obras de Robert Rauschenberg, pero son más espirituales que políticas. El corazón de la práctica de Altieri es el gesto, que el artista describe como algo nacido de lo más profundo, que tiene como fuente la memoria ancestral. Estos impulsos viscerales cimentan sus pinturas mediante un flujo de formas oscuras, una descarga meditativa que va del espíritu al brazo y de este a la superficie; un puente, en palabras del artista. Los colores vibrantes se suman al lienzo como contrapunto a estas líneas gestuales; ellos connotan emociones y aportan exuberancia a algunas piezas en respuesta al minimalismo de otras. Altieri habla de la danza de la poética expresionista en la que las pinturas representan una coreografía de línea, gesto y color. Las obras resultantes forman un cuerpo que contiene pequeños momentos de expresión subsumidos en un campo de color, navegando constantemente el balance entre caos y silencio.

Jared Christensen, Miami EEUU, 2023
Fotógrafo, curador y crítico de arte europeo


Guillermo Irmscher

Hace unos años el artista Guillermo Kuitca hizo una exhibición en Buenos Aires. Su obra de mapas realizados sobre pequeños colchones, me inspiraron en mi proceso creativo, siendo ese encuentro el punto de partida. Luego se sumaron otros mapas, vistas aéreas, jeroglíficos, petroglifos, las Líneas de Nazca. Con esas tramas que me nutren, creó ciudades. Dentro de estás, aparecen personajes, fechas, frases y símbolos.

En el año 2016 fui padre de mi primera hija Juliana, con su llegada mis trabajos en blanco y negro sumaron colores. A los años ella fue diagnosticada con autismo. Mis ciudades imaginarias se convirtieron en laberintos, mi trama se agrandó para crearlos. Juntos, Juliana y yo, su papá, recorremos estos laberintos, en ocasiones muy cerrados, oscuros y otras veces más amenos, llenos de color. Aprendemos los dos, es un camino que necesito hacerlo con ella.

Ricky Crespo

Francisco Hugo Freda

Siluetas

En el arte contemporáneo, la silueta es una importante expresión visual para transmitir ideas, emociones y simbolismos de una manera aparentemente simplificada, pero potente. El artista reduce las formas a lo esencial, eliminando detalles y enfocándose sólo en el contorno que emparenta a las personas.

Francisco Hugo Freda se vale de la silueta para crear un fuerte impacto visual donde la mirada se sensibiliza frente a temas como la identidad, la ausencia o la invisibilidad. Freda exalta de la silueta su contorno, su exterioridad, pero nos oculta los detalles internos. Podemos relacionar la pintura como Imago: una imagen mental idealizada de otra persona o de uno mismo. Lacan lo explica como una representación abstracta que no refleja la totalidad de la persona o su ser profundo, sino solo una percepción externa que lleva consigo significados y deseos proyectados. No se orientan hacia el objeto real, sino hacia una imagen que se persigue como "silueta" del objeto de deseo.

La planimetría del color es otro acierto en la presentación de la obra. Cada tonalidad irradia su propia energía. En esa diversidad se funde la vida y la pasión de nuestro artista.

"Silueta"
"En la luz del crepúsculo indeciso,
de mi ventana me veo la silueta,
vaga mancha que tiembla en el vacío,
un yo que está y que no se va como saeta."
Alfonsina Storni

Julio Sapollnik
Lic. Historia de las Artes


Ernesto Pablo Pesce

Cosmos

Según Carl Sagan, el Cosmos es todo lo que es, o lo que fue, o lo que alguna vez será. Dentro de este postulado podríamos hablar de la obra de Ernesto Pesce.

En esta muestra, el artista despliega diversos mundos y galaxias imaginarias. Pequeños universos, círculos y circuitos; laberintos borgianos surgidos a partir de su mirada puesta en las constelaciones, algunas reales y otras, producto de su propio Cosmos.

Los artistas a veces logran realizar sus propios mundos, en donde navegan en potentes naves interestelares o a través del tiempo.

En estas increíbles pinturas, no tenemos detalle específico a cerca de qué espacio temporal estamos, pero si nos dejamos llevar por la nave de Ernesto, podemos viajar por su bello Universo. Pasar de la Constelación de Orión hasta ver, a de Google Earth, los campos sembrados, los circuitos tecnológicos o el interior de un volcán.

Todo está en este bello imaginario de un universo propio.

Omar Panosetti

Beby Figuerero, Celeste Ledezma y Cintia Orellana

Esta muestra reúne obras de las artistas Beby Figuerero, Celeste Ledezma y Cintia Orellana, que indagan acerca de los universos símbolos, rituales, poéticos y metafóricos sobre la categoría PIEL.

Tres visiones singulares de representación y ejecución. Cada una despliega una serie de imágenes, con tratamientos diversos que apelan a sus diferentes interpretaciones.

Beby Figuerero en sus pinturas explora los rostros de individuos, alterándolos, cambiando sus formas, con máscaras que los cubren o quizás, como una forma de descubrirlas y presentarlas en otro mundo. Una búsqueda ritual de conocer y de encontrar sus vínculos con la tierra.

En los óleos y dibujos al grafito de Celeste Ledezma, la piel se transforma en cuerpos que buscan sus deseos y obsesiones. Seres que se comunican, se funden, se penetran entre ellos y así mismos.

Perpetuando un misterio profundo, tal vez, el que todos atravesamos y buscamos.

Cintia Orellana concibe "lo vivo" como un gran entrecruzamiento minúsculo, en movimiento, mutante, heterogéneo, que se extiende en infinitas formas, que respira y vibra. Establece un micro acercamiento, en la invención de tejidos. Piel como intercambio contingente y efímero.

Omar Panosetti y Cintia Orellana

Miguel Ronsino

Humo
“el instante se abisma y se penetra,
como un puño se cierra, como un fruto
que madura hacia dentro de sí mismo
y a sí mismo se bebe y se derrama
el instante translúcido se cierra
y madura hacia dentro, echa raíces,
crece dentro de mí, me ocupa todo,
me expulsa su follaje delirante,
mis pensamientos sólo son sus pájaros,
su mercurio circula por mis venas,
árbol mental, frutos sabor de tiempo”

Octavio Paz
"Piedra de sol" (fragmento)

Dicen que todo lo que habita este planeta tiene un alma; que no somos más que las formas perceptibles de los espíritus. Cuentan que entre ellos existe uno tan singular que es capaz de abrirse paso entre el cielo y la tierra. Es en ese intervalo entre lo visible y lo invisible, lo tangible y lo inasible, entre el misterio y el presagio, la luz y la sombra, ahí, entre mundos, es donde se vuelve magia y echa raíces lo más sagrado de su existencia. El humo llega siempre como una invitación a habitar los intersticios, a sumergirnos en lo desconocido y juntar el coraje de afrontar lo divino y lo terrible. Así, con la fuerza de la llama que se extingue para nacer humo, se abren las puertas a la pintura de Miguel Ronsino. Las pinceladas se funden, se superponen; a veces opacas, a veces traslúcidas, van creando un espacio fuera de este mundo, una grieta donde florece un universo nuevo que oscila entre el cielo y el infierno, donde todo nace, se hace y se deshace constantemente. Un universo donde las primeras impresiones se desvanecen, haciéndonos saber que nos hemos dejado descansar en un ocaso donde habita lo terrible, echándonos a volar en esponjados unicornios para ser devorados por lo ominoso. Por momentos, pareciera que la única alternativa es perder la esperanza, dejarse arrastrar por las paletas lúgubres de escenas desoladas y ver marchitarse los sueños a medida que la oscuridad lo va tomando todo. Es importarte no ceder ante la superficie, más allá del engaño habrá siempre una puerta de salida que nos transporte al más luminoso de los cielos, a la más florida de las primaveras. En este universo donde nada es pero todo se está haciendo, el follaje se abre, revelando portales que nos llevan invariablemente al otro lado en una espiral infinita donde el sueño se confunde con la vigilia hasta llegar al final del recorrido. Volveremos a la inequívoca materialidad de lo cotidiano bajo el hechizo de las pinceladas de humo, sabiendo que también aquí todo está siendo, también aquí el fuego se vuelve humo y los sueños marchitos vuelven a florecer.

Victoria Chacón

Marcelo Pelissier

Crítica de la razón impura

Volver a exponer esta serie de trabajos que abarca un período de veinte años desde los años noventa del siglo pasado (qué fuerte suena eso) hasta el 2010 aproximadamente, es una forma de pensar otra vez mi relación con el arte y con la vida.

En la "serie de los cerebros" mi interés estaba centrado en una crítica del mito de la razón, de nuestra racionalidad, de nuestras certezas. Ahí aparecen la muerte y la disolución, los gusanos y la mosca que rascan un cerebro sobre un cielo estrellado de pequeños cráneos.

Después vino la serie ósea con trabajos donde lo gráfico, más silencioso, comienza a desplazar a lo pictórico, (Equilibrio) formas óseas sobre fondos planos; solo dos colores, o también el chiste filosófico cruzado con la historia del arte (Buonarroti after Nietzsche) o el homenaje a René Magritte.

Siempre la conciencia de la finitud: la mía, la de todo lo que existe.

Pasaron muchos años ya, pero estas obras siguen diciendo lo que pienso; lo que temo.

Marcelo Pelissier

Nadia Bautista, Ana Harff y Matías Roth

La mirada que pretende homogeneizar los cuerpos, queda despojada de razones ante estas obras fotográficas de Ana Harff, Nadia Bautista y Matías Roth.

En ellas, el cuerpo no es el cuestionado sino que es éste quien cuestiona la mirada.

En las obras de Harff, poderosas desnudeces femeninas gordas, reafirman quienes son y denuncian, con figura y palabra, lo que no pueden obligarlas a ser.

Bautista por su parte, construye lo amoroso, lo vulnerable y lo seductor, a través de identidades transgéneras, de un modo que logra dejar expuesto el sinsentido del rechazo a lo que no sigue las normas de masa heterogénea.

Los trabajos de Roth, también componen cuestionamiento, a través de fragmentos de figuras humanas que, luego de una deconstrucción que intenta librarse de prejuicios, se transforman en algo nuevo, habilitador de vínculos más genuinos.

La histórica conflictividad de lo diferente, en un mundo que insiste en constituirse en una imposible suma de iguales, ya no puede ocultar la belleza, el valor, y el derecho a ser, de cada quien, en cada cuerpo.

Laura Cesanelli

Myriam Díaz y Victoria Mataran

Ciertos rollos II

Mostramos en itinerancia Ciertos rollos.
Primero en el Museo de la Mujer Argentina, ahora en el centro cultural Laura Bonaparte psicoanalista y miembro de Madres de plaza de Mayo.
Compartir percepciones amplía la red haciendo diferente cada muestra, el contacto modifica.

¿Qué rollos nos afectan?
Exhibir Ciertos rollos es un trabajo reflexivo que hacemos desde distintos cuerpos de obra. Es una acción creativa, un movimiento lúdico.
Género, inclusión social, no violencia, naturaleza, derechos humanos, afectos, memoria, miedos, mandatos, goce; son algunos conceptos que aparecen.
Las respuestas de Myriam con sus colores y compromiso.
Victoria monocromática, abriendo acepciones, nos dan un atisbo .
El arte para transformar.
Los sentidos rollos continúan.

Roberto Rey y Fabián Attila

La ciudad es el alimento necesario para la creación de estas obras producidas por los artistas visuales Fabián Attila y Roberto Rey. En ellas, la arquitectura urbana aparece representada en primera instancia según “es”, para luego ser claro objeto de transformación.

En el caso de la obra de Rey, algunas edificaciones se manifiestan en ocasiones, a través de una poética exacerbación de luces y sombras. En otras, el reflejo riguroso de una realidad geométrica se distorsiona porque sus líneas sólo llegan a vislumbrarse. Están dibujadas pero el trazo es tan tenue que empuja la pregunta de por qué. Qué pasó allí, en esa casa, en ese puente. Qué es lo que (casi) las des-dibuja.

Quizá sea una respuesta posible, lo que relatan algunos manuscritos grabados en el lienzo por el autor, que se entrelazan con las construcciones urbanas de algunas de estas pinturas. Quizá como un modo de manifestar el vínculo entre la historia que -dinámica- fluye y sucede y la construcción que -rígida- permanece.

Por su parte, la obra del artista Fabián Attila, en la que se despliegan complejos puentes trazados con precisión de ingeniería, refleja a priori una pulcritud y desolación que hacen difícil imaginar la presencia de algún ser vivo. Sin embargo, la irrupción de un nuevo tipo de trazos, irregulares, flexibles, coloridos, que sobresalen sobre lo edificado, abren definitivamente la pregunta acerca de las razones de dichas interrupciones. La pregunta sobre lo imperfecto, sobre lo inesperado, sobre lo humano.

El encuentro de las obras de ambos artistas, su convivencia, su diálogo, su puesta frente a frente, en un mundo en el que las grandes ciudades son cada vez más amenaza y menos refugio, más asfixia y menos oxígeno, más expulsión y menos guarida, resulta un acercamiento enriquecedor.

Laura Cesanelli

Ricardo Ajler

“Para el artista dibujar es descubrir. Y no se trata de una frase bonita; es literalmente cierto. Es el acto mismo de dibujar lo que fuerza al artista a mirar el objeto que tiene delante, a diseccionarlo y volverlo a unir en su imaginación”, John Berger.

Ricardo, siempre se presenta como “dibujante” y es su manera de ver el mundo, a partir de la línea. Pero también es un gran hacedor de pinturas, es un gran contador de historias de vida. Sus pinturas y dibujos hacen un recorrido por la ciudad y su sociedad, Ricardo es un cronista que nos cuenta la vida desde su particular visión.

En su serie “El rey pordiosero”, nos muestra un personaje que es un símbolo de los años 2000, yendo por una ciudad muy lastimada y buscando un reino que ya no encontrará, también descubrimos en su conjunto de obras “El arlequín” una suerte de vendedor ambulante, que vive e investiga la vida de los suburbios en la ciudad. Nos interna con sus pinturas y dibujos en una ciudad particular casi una ciudad geométrica y lúdica, pero también feroz.

Omar Panosetti

Germán Gárgano

“La pintura no debe ser comunicación, es más, debe interrumpirla”, Baselitz (pintor alemán, 1938).

Por el contrario la contemporánea cultura del espectáculo da a ver una vidriera gozosa de imágenes visuales, en la que ni la mirada del mundo ni la nuestra es provocada. Así parece haber salido a pasear el arte estetizando la vida, y aún el vacío, lo oscuro, como “nuevo arte” centrado en el diseño, la imagen-idea y el objeto cosificado.

La pintura no es el cuadro. Si la pintura sigue pintando, aunque puedan cambiar sus soportes y manifestaciones, es por ser el lugar de un movilizante encuentro donde el pintor pone a producir y trabajar su mirada en busca de su reencuentro imposible. “El pintor –como dijo P. Valéry- aporta su cuerpo”, que más que suponer tenerlo nos tiene; y así no se trata de que aporta una concepción del mundo sino su posición en el mundo.

Omar Panosetti

Jorge González Perrín

Un paralelismo ineludible existe entre esta selección de la vasta obra de Jorge González Perrín y la conmemoración de los cuarenta años de democracia en Argentina.

Hay en estos trabajos, una convivencia de obras que recuerdan, denuncian y cuestionan los hechos ocurridos durante la dictadura militar argentina, y otras que aluden a lo vital, lo que perdura, a la capacidad humana de transformarse y hacer con lo que se destruyó.

Algunos de estos trabajos se componen de siluetas negras de personas que dialogan, como agujeros negros estampados en el presente. La pregunta sobre quiénes son y el porqué de estas ausencias, puede remitir a la desaparición de personas durante los gobiernos de facto.

Pero más concreta se hace la denuncia, en los poéticos retratos de desaparecidos, a través de los cuales Perrín exige de manera explícita, que las víctimas sean devueltas, aún hoy - lógica temporal que no lo permite- pero con el fundamento de la incuestionable eternidad de la que goza el reclamo por un reparo de la lesa humanidad más atroz.

La serie de obra “Construir en la destrucción”, evoca la supervivencia. Allí, aparece la mancha como recurso plástico, la cual domina el lienzo y actúa como inventora de algo nuevo. Invade lo ya hecho, lo destruye y lo transforma en una nueva construcción en la que el impulso del deseo más auténtico puede más que lo impuesto.

Persiste en otra serie de trabajos, el cuestionamiento sobre el ser. En este caso, el artista utiliza una protagónica letra ”e”, cargada de un significado dicotómico: Por un lado, la letra se hace símbolo de la no existencia, a través de una dinámica en la que el ser pareciera estar determinado por un otro -que no es cualquiera- sino uno que mata. Y en contrapartida, la misma letra funciona también como símbolo y sistema de lo que sí existe y se transforma: lo que vive.

Laura Cesanelli

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