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Jardín Botánico "Carlos Thays"


Foto: Luis Picarelli.

En el proyecto del Jardín Botánico (1892-1898) el paisajista francés Carlos Thays sumó a su habitual excelencia en el diseño una propuesta cientificista en donde se aúnan la botánica y la aclimatación de especies, incorporando por primera vez al paisajismo local los más bellos árboles nativos, como tipas, lapachos, jacarandás, palos borrachos, ibirá pitás, horcos, carnavales o cebiles, entre otras variedades. El predio de disposición triangular presenta un diseño de estilo compuesto, combinando en su traza el geometrismo francés de arbustos regimentados y macizos de flores con la disposición pintoresca inglesa.

El sector geométrico se desarrolla mediante un eje que une la entrada de Plaza Italia –resaltada con araucarias–, los estanques de plantas acuáticas y un bosquecillo de diferentes tipos de palmeras que da paso a los parterres donde se ubican las esculturas “Los primeros fríos”, de Miguel Blay Fábregas; “Saturnalia”, copia del bronce de Ernesto Biondi, y un “Mercurio”, entre otras obras. El eje se completa con la casona ladrillera de estilo victoriano construida en 1881 por el ingeniero Jordán Wysocki –y utilizada por la familia Thays durante la gestión de éste al frente de la Dirección de Paseos– y el gran invernáculo de hierro y vidrio (1900), frente a los cuales se dispone el acceso principal, rematando en la rotonda con la Columna Meteorológica (1910-1911) en el sector de coníferas y cactáceas.

El trazado regular se extiende hasta el ingreso sobre República Árabe Siria mediante diagonales, pérgolas y un canal con puentecillos rústicos, sector en donde se ubican las estatuas “IV y V tiempos de la Sexta Sinfonía de Beethoven”, de Leone Tommasi; “El despertar de la Naturaleza”, de Juan de Pari, y “Sagunto”, de Agustín Querol. A partir de este eje ordenador se liberan los senderos irregulares con amplias curvas y óvalos que concluyen en la barranca natural del terreno y en la escalinata con palmeras del acceso de Las Heras, en cuya conformación se destacan ejemplares de robles, ficus y eucaliptus, y las obras “Flor indígena”, de Gonzalo Leguizamón Pondal, y “Pureza”, de Alfredo Bigatti.

Para el Centenario, la colectividad del Imperio Austro-Húngaro encarga al arquitecto croata José Markovich un monumento que resulta en la original idea de un indicador meteorológico, una suerte de oráculo para pronosticar un futuro fecundo a la joven Argentina. Esta metáfora mística y científica, en la que el Tiempo juega un rol metafísico, está encarnada por la esfera de la bóveda celeste con el círculo zodiacal, englobando en su interior a la Tierra con sus cinco continentes.

Textos: Sergio López Martínez.


Ubicación

Provincia: Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Dirección: Avenida Santa Fe 3951, Avenida Las Heras y República Árabe Siria.

Declaratoria: Decreto N° 366/1996.
Categoría: Monumento Histórico Nacional.

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