Proyectos con financiamiento externo
Ciclo de los proyectos
1. Identificación
Se detecta una problemática ambiental y se formula una idea de proyecto alineada con las prioridades nacionales y los criterios del fondo donante. Esta etapa suele incluir consultas iniciales con las partes interesadas y la entidad nacional designada, como así también el costo estimado del proyecto.
2. Preparación
Se elabora el documento de proyecto (propuesta completa o nota conceptual), generalmente en conjunto con una agencia de implementación, incluyendo análisis técnico, social, económico y ambiental. Se definen los objetivos, resultados esperados, presupuesto, indicadores de riesgos y resultados y mecanismos de implementación.
3. Evaluación o misiones por parte del donante
El donante o la entidad implementadora realiza misiones técnicas para revisar la calidad del diseño del proyecto, asegurar la coherencia con las políticas del fondo y verificar la capacidad institucional para ejecutarlo.
4. Aprobación del donante
El organismo donante revisa formalmente la propuesta y, si cumple con los requisitos, aprueba el financiamiento. Esta etapa puede incluir ajustes a la propuesta original.
Desde el punto 1. “Identificación” a esta etapa de “Aprobación”, el plazo promedio es de 18 meses.
5. Implementación
Se pone en marcha el proyecto conforme al plan aprobado. Se realizan las actividades previstas, se ejecuta el presupuesto y se coordinan acciones con las partes interesadas, bajo supervisión de la entidad ejecutora.
6. Monitoreo y evaluación
Se realiza un seguimiento continuo del progreso mediante reportes técnicos y financieros. Se evalúan los resultados intermedios y se identifican necesidades de ajustes. Al final, se lleva a cabo una evaluación final independiente para certificar el impacto.
7. Cierre administrativo
Se completan los informes finales, se realiza la auditoría financiera y se cierra formalmente el proyecto ante el donante. Se documentan las lecciones aprendidas y se asegura la sostenibilidad de los resultados alcanzados.
Origen de los fondos de financiamiento internacional
GEF
El Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por su sigla en inglés) es un mecanismo financiero clave para proyectos ambientales en Argentina, actuando principalmente a través de donaciones y movilizando cofinanciamiento. Desde su creación en 1991, el GEF ha apoyado una amplia gama de iniciativas que buscan abordar desafíos ambientales globales en el país, en línea con los convenios ambientales internacionales.
La biodiversidad es una de las áreas de inversión. Los proyectos buscan conservar la biodiversidad, restaurar ecosistemas degradados y fortalecer la gobernanza para su manejo. También contempla inversiones que eviten la degradación de tierras a través de proyectos enfocados en la gestión sostenible de bosques y sistemas agropecuarios para combatir la desertificación y la degradación de suelos, especialmente en zonas afectadas por la sequía.
El GEF aporta recursos que contribuyen a la implementación de los compromisos internacionales que Argentina ha asumido en materia ambiental, ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes.
Además del financiamiento directo del GEF, los proyectos suelen movilizar un cofinanciamiento significativo de otras fuentes, lo que multiplica el impacto de las donaciones.
Este financiamiento ha sido crucial para impulsar y consolidar políticas públicas en Argentina. En resumen, es un socio estratégico para Argentina para la conservación de la biodiversidad, el abordaje de la gestión climática, el combate de la degradación de tierras y la reducción de la contaminación, con un impacto directo en el fortalecimiento de la Subsecretaría de Ambiente.
PNUMA
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) se financia principalmente a través de contribuciones voluntarias de los Estados miembros y otros donantes.
Además, canaliza fondos climáticos como la Agencia de Implementación del FMAM, la Entidad Acreditada del Fondo Verde para el Clima (FVC) y la Entidad de Implementación Multilateral del Fondo de Adaptación.
Ayuda a los países a mejorar la ambición, aumentar la financiación y ejecutar acciones para gestión climática, incluyendo la elaboración de planes nacionales de adaptación y mitigación.
El PNUMA también gestiona fondos para apoyar proyectos de gestión segura y sostenible de productos químicos y residuos, incluidos el Marco Mundial sobre Productos Químicos, las energías renovables y la protección de ecosistemas.
Asimismo, ayuda a los países a fortalecer la gobernanza ambiental y la legislación ambiental.
Protocolo de Montreal
El Protocolo de Montreal cuenta con un mecanismo financiero conocido como el Fondo Multilateral, destinado a ayudar a los países en desarrollo a cumplir con sus obligaciones de eliminación gradual de sustancias que agotan la capa de ozono. Este fondo, establecido en 1990, proporciona asistencia financiera y técnica para la conversión de procesos de manufactura, capacitación, pago de patentes y establecimiento de oficinas nacionales de ozono. Su propósito es financiar proyectos y actividades en países en desarrollo para la eliminación de sustancias que agotan la capa de ozono (SAO).
El Fondo Multilateral opera a través de agencias internacionales como el PNUD, PNUMA, ONUDI y el Banco Mundial, así como a través de agencias bilaterales. El mismo proporciona asistencia para la conversión de procesos industriales, capacitación, transferencia de tecnología y fortalecimiento institucional en los países en desarrollo. Este permite ajustes y enmiendas para acelerar la eliminación de sustancias y responder a nueva información científica.
Fondo Verde para el Clima
El Fondo Verde para el Clima (FVC) es un fondo multilateral creado para financiar proyectos de acción climática en países en desarrollo, con el objetivo de atender la gestión climática con financiamiento público y privado para proyectos que promueven el desarrollo sostenible y la transición a economías bajas en carbono. Es una entidad operativa del mecanismo financiero de la Convención Marco de las Naciones Unidas.
Su objetivo es apoyar a países en desarrollo en la transición hacia un futuro con bajas emisiones de carbono y resiliente al clima. También busca movilizar financiamiento público y privado para proyectos de adaptación y mitigación.
Además ofrece diferentes instrumentos financieros como subvenciones, préstamos, garantías y capital, para adaptar las soluciones a las necesidades de cada proyecto.
El FVC no financia directamente a los países, sino mediante entidades acreditadas. En el ámbito internacional se destacan el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) o el Banco Mundial. Estas entidades son responsables de la gestión y supervisión de los proyectos.
Euroclima
Euroclima es un programa de la Unión Europea que busca promover el desarrollo sostenible y resiliente al clima en América Latina y el Caribe. El financiamiento para EUROCLIMA proviene principalmente de la Unión Europea, así como de contribuciones adicionales de Alemania, Francia y España. Este financiamiento se destina a apoyar proyectos y acciones de gestión climática que contribuyen a la mitigación y adaptación, la resiliencia y la inversión en la región.
El programa facilita tanto financiamiento directo para proyectos específicos, como asistencia técnica para fortalecer la capacidad de los países en la gestión de proyectos ambientales y el acceso a otras fuentes de financiamiento.
EUROCLIMA se centra en áreas vinculadas a la inversión en sectores estratégicos como energías renovables, eficiencia energética, agricultura sostenible y gestión climática promoviendo la sostenibilidad y la resiliencia al clima.
BID
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) es una de las principales fuentes de financiamiento multilateral para el desarrollo en América Latina y el Caribe, siendo nuestro país un socio clave.
El financiamiento del BID a nivel ambiental en Argentina se caracteriza por:
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Préstamos para el sector público y privado: el BID ofrece préstamos tanto a gobiernos como a empresas privadas (a través de BID Invest, su brazo para el sector privado) para proyectos que tienen un impacto ambiental positivo o que buscan mejorar la sostenibilidad.
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Integración ambiental en la planificación: el BID busca integrar consideraciones ambientales y sociales en todos sus proyectos, y no solo en aquellos explícitamente "ambientales". Esto se refleja en su Marco de Política Ambiental y Social (MPAS), que establece estándares para minimizar los riesgos e impactos negativos y promover la sostenibilidad.
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Financiamiento de políticas públicas: además de proyectos específicos, el BID también apoya políticas públicas que promueven el crecimiento sostenible y resiliente, incluyendo acciones relacionadas con la planificación y financiamiento de la acción climática, finanzas sostenibles, economía circular y descarbonización.
Fondo de Adaptación
El Fondo de Adaptación para el Clima (Fondo de Adaptación - FA) es un fondo internacional establecido bajo el Protocolo de Kioto y que ahora sirve al Acuerdo de París. Su objetivo principal es financiar proyectos y programas concretos de adaptación en países en desarrollo que son particularmente vulnerables a los efectos adversos del impacto del clima.
El FA privilegia proyectos que tienen un impacto directo y visible en la capacidad de las comunidades y sectores vulnerables para adaptarse. Esto puede incluir, por ejemplo, obras de infraestructura hídrica para garantizar el acceso al agua en zonas áridas, sistemas de alerta temprana para eventos climáticos extremos, implementación de prácticas agrícolas resilientes al clima, o la protección y restauración de ecosistemas costeros que actúan como barreras naturales.
El Fondo de Adaptación se financia principalmente a través de una cuota del 2 % de los Certificados de Reducción de Emisiones (CER) emitidos bajo el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) del Protocolo de Kioto, así como contribuciones voluntarias de países desarrollados. Esto le otorga una fuente de ingresos innovadora y relativamente estable.
En resumen, el Fondo de Adaptación para el Clima es un mecanismo financiero vital para Argentina, a través de donaciones para proyectos específicos y concretos de adaptación que buscan aumentar la resiliencia de las comunidades y sectores más vulnerables a los impactos climáticos, con un énfasis en la implementación directa mediante entidades acreditadas.
Agencia Francesa de Desarrollo
La Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) es un banco público de desarrollo que implementa la política de Francia en materia de desarrollo y solidaridad internacional. En Argentina, tiene un rol creciente en el financiamiento de proyectos con un fuerte componente ambiental y de sostenibilidad, buscando apoyar al país en la consecución de sus compromisos internacionales y nacionales.
Su principal herramienta de financiamiento son los préstamos a largo plazo, a menudo con condiciones favorables, para el sector público (gobiernos nacionales, provinciales, municipales) y también para el sector privado. Además de los préstamos, la AFD ofrece financiamiento no reembolsable (donaciones) para asistencia técnica, estudios de factibilidad, desarrollo de capacidades institucionales y diseño de políticas. Esto es crucial para la preparación de proyectos y para el fortalecimiento de la gobernanza ambiental. Por ejemplo, ha destinado fondos para el análisis de herramientas de valoración económica de los costos de acciones climáticas y el diseño de la estrategia nacional de biodiversidad. A menudo se asocia esta institución con otras instituciones financieras internacionales (como CAF) y fondos climáticos (como Euroclima+) para cofinanciar proyectos, amplificando así el impacto de sus inversiones.
El financiamiento de la AFD no solo se traduce en obras, sino también en un apoyo fundamental para el diseño e implementación de políticas públicas ambientales en Argentina, incluyendo el fortalecimiento de las capacidades de la Subsecretaría de Ambiente.
En resumen, el financiamiento de la AFD en Argentina a nivel ambiental se caracteriza por ofrecer préstamos y asistencia técnica (donaciones) para proyectos y programas de gran envergadura enfocados en la transición energética y la acción climática (mitigación y adaptación), la protección de la biodiversidad, la gestión integral de residuos y el desarrollo de ciudades sostenibles, siempre con una fuerte alineación con los compromisos de Argentina bajo el Acuerdo de París y buscando fortalecer las capacidades institucionales del país.