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Un frente marino es una región del océano donde se encuentran aguas de características hidrológicas distintas, produciendo el ascenso de las aguas ricas en nutrientes -aguas profundas- hacia la superficie. Se trata de zonas en las cuales la disponibilidad de luz y nutrientes alcanza el equilibrio necesario para que los organismos de fitoplancton crezcan y se desarrollen. Por este motivo, los frentes marinos constituyen regiones de alta productividad biológica.

En la Plataforma Continental Patagónica es posible identificar numerosos frentes, dado que constituye un gran ecosistema marino, donde habita una comunidad de especies rica y diversa, atraída por altas concentraciones de plancton.

El Frente de Península de Valdés se extiende hacia el sur hasta alcanzar la punta norte del Golfo San Jorge. A diferencia del Frente Estuarial del Río de la Plata y del Frente del Talud Continental, este frente es originado por la energía mareal, que impulsa la capa inferior -rica en nutrientes- hacia la capa superior bien iluminada, generando las condiciones óptimas para que el fitoplancton prospere. Las mareas generan una región frontal definida por el encuentro de masas de agua de diferente densidad, produciendo un patrón de circulación que ayuda a la concentración de organismos planctónicos.

En estas zonas los cambios horizontales son muy bruscos, y pueden ser identificados por una variación en el color o el brillo de la superficie. La serie de imágenes captadas durante el mes de marzo de 2012 por el instrumento MODIS a bordo de las misiones Aqua y Terra de la NASA permite identificar con claridad una floración de fitoplancton en el Frente de Mareas de la Península Valdés.

Las imágenes compuestas en color real revelan en tonos verdosos la presencia del frente de mareas. A su vez, el mapa de concentración superficial de clorofila correspondiente a la semana en que fueron capatadas las imágenes da cuenta de este fenómeno, mostrando las zonas de alta concentración en color rojo. Al momento de interpretar mapas como este, es preciso considerar cierta inexactitud en la información que presentan, encontrando zonas en color rojo que no corresponden a altas concentraciones de clorofila. Generalmente las áreas costeras, las desembocaduras de ríos y algunos cuerpos de agua como lagunas o lagos tienen sedimentos que pueden producir una respuesta alta, similar a las zonas donde efectivamente hay concentraciones elevadas de clorofila. Por este motivo, la interpretación de los mapas satelitales de clorofila requiere contar con otras fuentes de información que permitan validar lo observado. Conocer la ubicación de las regiones frontales permite realizar interpretaciones más ajustadas de los datos que proveen los mapas satelitales.