Presidencia de la Nación

Discurso del General Justo J. de Urquiza

Firma del Acuerdo de San Nicolás de los Arroyos
1° de junio de 1852


Señores Gobernadores:

Acabo de prestar un solemne juramento, por el que me obligo ante Dios, ante la Patria, y ante vosotros, a sostener los derechos y las libertades públicas de los pueblos argentinos, como a conservar la paz interior y exterior de la Confederación, robustecido con el poder que me habéis confiado, y el que cumpliré para hacer ejecutiva la voluntad soberana de la Nación, para repeler las agresiones extrañas y refrenar las maquinaciones de los que osaren despertar en el territorio de la República, las funestas pasiones que nos han precipitado a la más funesta anarquía y al más sangriento despotismo.

Yo os prometo, que el pueblo argentino dentro de poco se presentará al mundo, constituido, organizado y feliz, y esta promesa os la hago porque cuento con el apoyo de vosotros, con la voluntad de los pueblos, y con la ayuda de todas las reputaciones e inteligencia de mi Patria, y más que todo, porque estoy decidido a consagrarme exclusivamente para hacer el bien a mis compatriotas, y para lo que no reservaré ningún sacrificio, porque las conveniencias personales, como las pasiones, deben sacrificarse en aras de la Patria. Mi programa político que está fundado en los principios de la fraternidad, orden y olvido de todo lo pasado, y los actos de mi vida pública, son la garantía que os doy de la promesa que acabo de hacer, y es con ella que debéis reposar tranquilos, que cuando el Congreso Federativo dicte la Constitución del Estado y los pueblos confederados entren en la senda constitucional, yo devolveré a él el depósito que me habéis confiado, con la conciencia tranquila y sin tener el fallo de la opinión de los hombres y el juicio de la posteridad.

San Nicolás de los Arroyos, 1° de junio de 1852

JUSTO J. DE URQUIZA

Podés escuchar el discurso del Gral. Urquiza aquí

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