Teatrino para mano 1 / Teatrino para mano 2
Malena Pizani
Artista: Malena Pizani (Venezuela, Caracas, 1975)
Título: Teatrino para mano 1 / Teatrino para mano 2
Origen: Premio Adquisición de Artes Visuales 8M, 2023
Fecha de creación: 2022
Tipo de obra: Fotografía
Técnica | Materiales: Fotografía digital
Medidas: 110 x 160 x 5cm
Malena Pizani estudió Filosofía en la UBA y se formó en la Clínica y taller de Diana Aisenberg. Es una artista que trabaja con múltiples técnicas y formatos: fotografía, instalaciones, dibujos, textiles y videos. En sus obras se despliegan investigaciones sobre las connotaciones simbólicas y poéticas de la oscuridad, las sombras, la luz, el esoterismo, la noche y las emociones intensas. Interesada en desarrollar ideas que sirvan para entender o desconfigurar las lógicas del presente, Pizani saca fotos, corta o une telas, arma títeres y sus teatros, filma y dibuja, entre otras actividades. Esto demuestra un anclaje importante en la dimensión material de la obra, la cual acompaña de manera armónica a su contracara más conceptual. La evidencia de hilos sueltos, algunos pixeles en la foto o un descuido en el dibujo son algunas de las características más evidentes de sus piezas y que tienen el objetivo de corromper el estatuto de prolijidad, buena presencia y terminaciones excelsas que supuestamente deben poseer las obras de arte: si la pieza es un desborde energético de interrogantes y preocupaciones, esto debe verse evidenciado en cada imagen. Cuentos de hadas, historias de fantasmas, narrativas infantiles, gestos del teatro, la presencia de personajes misteriosos y la ausencia de colores dan cuenta de un componente siniestro que busca generar un efecto contundente en los espectadores.
Teatrino para mano 1 / Teatrino para mano 2 es un díptico a partir de dos fotografías digitales. En ellas se puede observar dos manos que emulan gestualidades humanas, una pintada de amarillo y otra de celeste. Los colores contrastantes construyen un centro compositivo que guía al ojo hacia estas dos figuras que parecieran llorar o estar desencantadas con el mundo que las rodea. Con una referencia al teatro de manos, Pizani construye un escenario mínimo que va en el sentido contrario a lo que se espera de una escenografía espectacular. Aquí sólo hay un par de telas con pliegues que dan cuenta de un espectáculo intimista, dedicado a pocas personas y que no propone diversión sino una catarata de pensamientos inquietantes. Aquí las manos funcionan como títeres de dudosa calidad o unas máscaras sospechosas que no revelan la verdadera cara del personaje. Los colores pasteles en las fotografías y en los marcos compensan la densidad visual que propone la obra con un poco de humor, picardía y un gesto burlón para con su propia práctica artística, intentando así despegarse de la solemnidad. Las caras y las máscaras son símbolos de la ficción que implica crear una obra y también de las infinitas ficciones que los individuos experimentan en su día a día. La idea de artificio se presenta en la construcción de escenarios, esos espacios creados para una narración que relata una mentira seductora o su propia verdad irrevocable. “Me interesa el estado y el uso precario de los materiales con los que trabajo, que suelen ser telas, cordones, sogas, arcilla, tinta, papel y textos. Construyo escenas que apelan a recursos teatrales y litúrgicos, ficcionalizando lo más posible lo que ahí se muestra. Se pueden ver vínculos con el surrealismo, el tableau vivant, los teatrinos callejeros, el cine de terror y la fantasía”, afirma la artista.