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Sitio arqueológico “Incahuasi”


Mina Incahuasi es quizá la mayor y más interesante expresión arquitectónica conservada del período hispanoindígena de la Puna argentina. ¿Qué hace tan especial a este sitio? En primer lugar, el magnífico estado de conservación del poblado; segundo, que es una expresión sincrética reveladora del interés minero de la Puna conjugando tres expresiones culturales: el Imperio Inka, la Conquista española y la Argentina moderna. El sitio se ubica unos 80 km al norte del pueblo actual de Antofagasta de la Sierra, cabecera del departamento homónimo, en la Puna de Catamarca, sobre los cerros ubicados a la derecha de la ruta a la provincia de Salta y muy cercano al Salar del Hombre Muerto. Algo más abajo y sobre la margen del Salar se localizan las ruinas de una mina de oro moderna, abandonada en la década de 1950.

Además se ha recuperado en superficie cerámica inka y su arquitectura muestra vestigios imperiales. Adicionalmente, su importancia en épocas hispánicas se evidencia por ser, junto a Antofagasta, el topónimo más antiguo hallado en las escasas crónicas disponibles para la región. En el Auto de Jurisdicción de la quinta fundación de Londres en el valle de Hualfín, se nombran por primera vez a Antofagasta e Incahuasi en un documento escrito. Al trasladarse la jurisdicción política de Londres a la ciudad de San Fernando, en 1716 el obispo de Tucumán reconoce la jurisdicción eclesiástica específica de Catamarca: Antofagasta pertenecía y se administraba desde San Fernando.

El fragmento que nos interesa dice así: “y pasando del valle de Londres en que se incluye Andalgalá y otros muchos pueblos al valle de Calchaquí, llega y se incluye el pueblo de Calián hacia el norte, y por la parte del poniente hasta Antofagasta y Hualfín con 50 leguas adelante, y treinta leguas delante de Abaucán hasta confinar con el valle de Capayanes, jurisdicción de La Rioja” (Lafone Quevedo, Samuel. 1888. Londres y Catamarca, Buenos Aires). El 24 de mayo de 1766, el gobernador Fernández Campero otorga este inmenso territorio como merced a don Luis José Díaz, vecino de San Fernando, quien pedía la concesión de la merced de Antofagasta por considerar que tenía suficientes méritos y se comprometía a explotar las tierras concedidas, instalando allí ganados y molinos para moler el metal que se sacaba de Inca Huasi.

El núcleo central del poblado es un espacio abierto que bien pudo haber sido una plaza y a cuyo alrededor se disponen grupos de edificios en forma algo dispersa. Algunas construcciones afectan planta de Rectángulo Perimetral Compuesto incaico, y en ciertos casos se ha abierto un paso en el perímetro para adosarle una estructura o patio con técnica de pircado menos cuidada. En estos "patios" es común que se incluyan unos hornos de forma hemisférica construidos en piedra y argamasa de barro sobre una plataforma rectangular-cuadrangular. Ignoramos la funcionalidad precisa de estos "hornos", pero la cercanía de los yacimientos de oro y los antiguos socavones, abiertos aún en el mismo espacio del poblado, hacen presumir su relación con la minería.

En la técnica constructiva de los edificios existen variantes: lajas horizontales ligadas con argamasa; bloques –algunos imitando el canteado y que parecen seleccionados intencionalmente– unidos con argamasa, e incluso adobes rectangulares. La resolución de techo más común es a dos aguas, como lo atestiguan los hastiales que aún se conservan. Se detecta resolución trapezoidal en vanos de puertas y nichos (hornacinas), ubicados en las paredes interiores de algunos recintos. Asimismo, hay un caso indudable de arco verdadero y evidencias de revoque de barro en algunas paredes. Existen restos de canales que, en ciertos tramos, conservan un tapizado de lajas en su interior. Finalmente, la iglesia frente a la "plaza" está construida en adobe español, con un cimiento de piedra, y posee características netamente coloniales.

En un plano aún especulativo, parece tratarse de un sitio de época hispana construido sobre un asentamiento incaico más antiguo. La disposición espacial de las estructuras, la persistencia de rasgos arquitectónicos de tipo incaico, las evidentes diferencias cronológicas en la construcción de algunos recintos y la situación general del asentamiento parecen apuntar hacia esta hipótesis, pero sólo futuras investigaciones permitirán un juicio más seguro.

Textos: Daniel Olivera.


Ubicación

Región: NOA.
Provincia: Catamarca.
Ciudad: Depto. Antofagasta de la Sierra.
Dirección: Ruta Provincial 43, Salar del Hombre Muerto.

Declaratoria: Decreto N° 16.482/1943.
Categoría: Monumento Histórico Nacional.

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