Hasta 1937 el Cementerio de Azul contaba con un peristilo neoclásico que dejaba en- trever la “ciudad de los muertos”, con sus pequeños edificios y esculturas destinados a sepulcros y mausoleos. Dentro del plan del gobernador Manuel Fresco se le encomendó al ingeniero arquitecto Francisco Salamone la construcción de un nuevo pórtico, que realizó la empresa SADOP. El edificio de esquina es en realidad un “altar urbano” –opaco, simétrico y escultóricamente articulado–, un “portal al más allá” de fisonomía vanguardista.
Es también, además de un hecho artístico, un manifiesto estatal de propaganda política del conservadurismo gobernante en el país. En su centro se alza una gran cruz sobre una inscripción tridimensional del epitafio latino R.I.P. (Requiescat in pace) como telón de fon- do de la esfinge apocalíptica e intimidante del “Ángel Vengador”, obra del escultor Santiago José Chierico. Esta severa deidad cubierta por un manto es una escultura cubista de cemento reforzado inspirada en las “archicaricaturas” del autor. Frente a este hierático escenario se teatraliza el drama de la vida y de la muerte, resonando el bíblico final del Réquiem o Misa de Difuntos, que reza: “Dales, Señor, el descanso eterno. Y brille para ellos la luz perpetua. Descanse en paz”.
El operístico conjunto exuda una fuerza expresionista que emana de la rígida armadura de los pectorales y de la espada-cruz, que algunos críticos han definido como “himno triunfante al exterminio”. Los contrastes rasantes de la luz sugieren curiosas sombras arrojadas por las alas del vengador, que imitan el vuelo de la paloma como Espíritu Santo. Un pasaje oculto detrás del ángel abre paso al interior secreto del los difuntos.
La retórica futurista del hormigón, con su geometrismo ornamental, refuerza el mensaje de este nuevo orden conservador. El zigurat escalonado de 22 m. con contrafuertes –que alberga capilla, crematorio y otras dependencias– tiene algo de necrópolis egipcia monumental, como la de Ramsés II, en la que la simbología funeraria, con sus pebeteros entorchados en decoizante zigzag, funden aquí la celebración de la Eternidad con el mito contemporáneo de la electricidad.
Textos: Sergio López Martínez.
Ubicación
Provincia: Buenos Aires.
Ciudad: Azul.
Dirección: Necochea y Lamadrid.
Declaratoria: Decreto N° 1.138/2014
Categoría: Monumento Histórico Nacional.