
La creación de un planetario municipal va tomando cuerpo hacia 1958 en el contexto de una etapa fundacional de la ciencia argentina, en la que se crea el CONICET y se obtienen los Premios Nobel de 1947 y 1970. El proyecto, cargado de un complejo simbolismo místico-científico, se debe al arquitecto Enrique Jan de la Dirección General de Arquitectura, quien lo proyectó a modo de “ideograma arquitectónico” fuertemente influenciado por el concepto de síntesis de la escritura oriental y de la dialéctica Cielo-Tierra, en una atmósfera de época signada por la Ciencia Ficción y la exploración del espacio (1960-1968).
El diseño –que se asemeja a un satélite futurista aterrizado entre meteoritos provenientes del Campo del Cielo del Chaco– representa al sistema de anillos del planeta Saturno gravitando sobre el espejo de agua de un profundo cráter sobre el que discurren libremente un puente peatonal, el ascensor hidráulico helicoidal y los planos de las escaleras como pasarelas inclinadas de una aeronave. La trama matemática del edificio deriva de la relación entre numerología, geometría y figura humana, entendida ésta como parte del Todo Universal. La unidad cósmico-arquitectónica así obtenida parte del modulo elemental del triángulo equilátero –expresión sagrada del número 3– como generador del hexágono, del círculo y del tetraedro, corporización tridimensional de la molécula de carbono.
La metáfora espacial se refuerza mediante la analogía entre la naturaleza circular del tiempo, los ciclos vitales, la evolución humana y la innovación científico-tecnológica, por medio del desafío estructural del hormigón armado con sus tensores y arcos parabólicos monumentales. La cúpula superior –una semiesfera geodésica de 20 m. de diámetro revestida con placas de piedra– simboliza un cráneo humano artificial, cuyo domo interior de aluminio funciona como pantalla de realidad virtual en la que se proyectan espectáculos astronómicos.
El corredor panorámico del piso alto –donde hoy se exhibe el primer proyector provisto por la Casa Zeiss de Alemania– se abre al Parque Tres de Febrero frente al lugar histórico donde funcionara entre 1864 y 1950 el Buenos Aires Cricket Club, que mereció la declaratoria de Lugar Histórico Nacional por ser el primer campo de deportes del país.
Textos: Sergio López Martínez.
Ubicación
Provincia: Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Dirección: Avenida Sarmiento y Avenida Belisario Roldán.
Declaratoria: Ley N° 26.203.
Categoría: Bien de Interés Histórico y Artístico.