En alguna fecha incierta del siglo XVIII el mestizo Juan Serrano creyó ver luces en un antiguo algarrobo. Cabe mencionar que los santiagueños llaman “árbol” al algarrobo, sin precisar su nombre: cuando un santiagueño dice “árbol”, está refiriendo a un algarrobo. Bernardo Canal Feijóo y José Luis Grosso han creído ver en el algarrobo un árbol sagrado vinculado a la tierra y persistente en las prácticas religiosas populares.
Al acercarse al “árbol”, Serrano descubrió una cruz de madera pintada que representaba a Cristo crucificado, generándose así la devoción a la imagen. José Herrera, propietario de las tierras, realizó entonces una donación para construir una capilla que albergara la imagen, cuya fama se fue expandiendo hasta la construcción de una iglesia en 1870, reemplazada por la actual en 1904.
Ubicada en una esquina frente a la plaza, posee tres naves en cruz latina con dos torres-campanario; su arquitectura simple pareciera remitir a la Catedral santiagueña, con cuya fachada podrían establecerse vínculos: un nártex angosto entre dos torres con tres tramos de órdenes superpuestos y un frontis triangular; hasta aquí la comparación, pues lo apuntado del frontis y los vanos en ojiva de los campanarios marcan una sensible diferencia.
En el interior se muestra otra calidad de diseño: un sistema que superpone las dos preceptivas clásicas de los Tratados de Arquitectura –arco sobre pilar y dintel sobre columna–, que en este caso deviene en pilastras toscanas de mejor calidad de ejecución. La fiesta del Señor de los Milagros mueve una multitud que peregrina hasta la pequeña Villa de Mailín cada año en el mes de mayo, convocando unas 180.000 personas en una población que no cuenta con más de 2.000 habitantes.
Textos: Rodolfo Legname.
Ubicación
Región: NOA.
Provincia: Santiago del Estero.
Ciudad: Sumampa; Depto. Quebrachos.
Dirección: Av. Eva Perón e Hipólito Yrigoyen.
Declaratoria: Decreto N° 1.180/1973.
Categoría: Monumento Histórico Nacional.