Presidencia de la Nación

Vicealmirante Eduardo O’Connor


Hombre clave de la Armada Argentina entre fines del siglo XIX y comienzos del XX, Eduardo O’Connor se destacó, entre otras cosas, por sus aportes al conocimiento hidrográfico, marítimo y cartográfico de la Patagonia y de Tierra del Fuego, elementos que fueron de suma importancia para la futura soberanía de nuestra Nación en aquellas desconocidas y alejadas latitudes.

Nacido en Mercedes, provincia de Buenos Aires, el 18 de octubre de 1858, ingresó como cadete a la Escuela Naval Militar en 1874 y tres años más tarde fue dado de alta como Guardiamarina. Debido a su destacado desempeño, la Armada lo envió a Francia para desarrollar mejor su formación profesional.

Luego de su paso por la Armada francesa fue destinado a la cañonera “Paraná”, donde ascendió a Teniente, y en breve pasó a prestar servicios a la cañonera “Uruguay”; al cabo de un tiempo, fue asignado a la Escuadrilla del Río Negro que estaba al mando del Teniente Coronel de Marina Erasmo Obligado. La misma tenía fines exploratorios y de soberanía. Para dicha misión tenía que complementarse con efectivos del Ejército, liderados por el General Conrado Villegas para converger desde distintas direcciones en la zona del lago Nahuel Huapi.

Entre 1881 y 1883, el personal a órdenes del Teniente Coronel de Marina Erasmo Obligado relevó minuciosamente los ríos Negro y Limay hasta el río Collón Curá, siendo su vapor detenido por la difícil corriente. Su segundo oficial era el Teniente O’Connor, quien ante la última varadura pidió continuar en botes. Obligado le negó el permiso por necesitarlo para el regreso del vapor.

Cuando el Teniente Coronel de Marina Obligado fue enviado a Inglaterra para adquirir nuevos vapores para la Marina, el joven oficial Eduardo O’Connor quedó a cargo de la Comisión Exploradora, la nueva expedición. Bajo precisas instrucciones solicitó al maquinista inspector ingeniero Guillermo Parfitt que construyera una ballenera para ser empleada en el río Limay. Sería bautizada “Modesta Victoria”.

A bordo del vapor “Río Negro” llegó la expedición hasta el Collón Curá y desde allí debió continuar en la ballenera, en la que cargaron instrumental de navegación y víveres para 5 meses. Luego de luchar con el Alto Limay para vencer sus bravos rápidos y sinuoso cauce, el 13 de diciembre de 1883, la comisión exploradora logró unir por vez primera el Mar Argentino con el lago Nahuel Huapi. En sus más de 50 días en el lago, los exploradores relevaron flora, fauna, corrientes, profundidades y 27 islas y 3 islotes, nombrando los accidentes geográficos que encontraban a su paso.

El éxito de la misión de relevamiento hidrotopográfico le permitió ascender al grado inmediato superior por decreto del entonces Presidente Julio Argentino Roca.

En 1884, O’Connor fue dado de pase a la bombardera “República”, donde permaneció por cuatro años, hasta que, en 1888, ya ascendido a Teniente de Navío, ejerció como Subprefecto de Tierra del Fuego.

A raíz de sus conocimientos cartográficos y geográficos, en 1890 fue integrante de la Comisión de Límites con Chile; posteriormente desde el aviso “Golondrina” realizó trabajos hidrográficos de enorme valor en toda la región austral de nuestro país, casi desconocida por aquellos tiempos. Estudió la costa atlántica, la entrada al río Grande y el recorrido del mismo hasta la frontera con Chile. También analizó la orografía y la flora de la zona y pudo recorrer dos veces todo el litoral de la isla de Tierra del Fuego.

Entre 1893 y 1895 fue enviado nuevamente a Francia, pero en esta oportunidad como asesor técnico en la delegación argentina de aquel país. En 1896 ocupó el cargo de delegado del Estado Mayor General de Marina en la provincia de Buenos Aires y al año siguiente desempeñó el comando en el crucero “9 de Julio”; luego haría lo mismo en el crucero “Buenos Aires”.

En septiembre de 1899 fue ascendido a Capitán de Navío pasando a ser titular de la Dirección General Administrativa hasta 1901, fecha en que se hizo cargo del Despacho del Estado Mayor General de la Armada. También en este año, de junio a octubre, ejerció el mando en el acorazado “Garibaldi”.

En los años siguientes ocupó cargos mayoritariamente administrativos y de importancia en la estructura naval de nuestra Nación. Fue vocal de la Comisión Administrativa de la Intendencia de la Armada, Jefe de la División Instrucción, Director General de Administración y Jefe del Arsenal de Puerto Militar.

Al poco tiempo de asumir la presidencia Hipólito Yrigoyen, el entonces Contraalmirante Eduardo O’Connor pasó a desempeñarse como Comandante en Jefe de la Escuadra de Mar y en septiembre de 1918 fue promovido a Vicealmirante. A partir de febrero de 1921 formó parte del Consejo Supremo de Guerra y Marina, puesto que ejerció hasta su fallecimiento el 5 de abril de ese año.

El Vicealmirante Eduardo O´Connor, al momento de su muerte, además de poseer en su haber una destacada carrera naval, había sido condecorado tanto por el Congreso Argentino como por el de la República de Chile con motivo de los centenarios de ambos países. También recibió la mención de Expedicionario al Desierto.

Sus restos fueron inhumados en el Cementerio de la Recoleta y la ceremonia estuvo liderada por el Presidente de la Nación y amigo personal, Hipólito Yrigoyen, quien decretó duelo nacional.

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