Presidencia de la Nación

Corresponsabilidad en la crianza y los cuidados


Crianza y cuidados compartidos

La Ley 1000 días promueve la crianza compartida en el entorno familiar y comunitario. Se busca que la responsabilidad por los cuidados de las niñas y los niños sea familiar, comunitaria y de las instituciones del Estado (por ejemplo: la escuela, el centro de salud). Es por esto que hablamos de “corresponsabilidad”.

Los cuidados que brindamos a las personas durante la primera infancia, son imprescindibles para la vida y llevan tiempo, energía, requieren aprendizajes. Todas las acciones que hacemos para acompañar a las niñas y los niños en su desarrollo y crecimiento son tareas de cuidado.

¿Qué son las “tareas de cuidado”?

Son aquellas actividades que hacemos todos los días para satisfacer nuestras necesidades básicas e indispensables: la alimentación, el cuidado de la salud, la educación, la higiene, el descanso, la contención emocional, el abrigo; además de todas aquellas acciones que son necesarias para garantizar el cuidado: hacer compras, cocinar, obtener una vacante en una escuela, limpiar, pedir un turno, etc.

La crianza y el cuidado de niñas y niños en los primeros 3 años, incluye un acompañamiento cercano y cotidiano, especialmente en la alimentación, la higiene, el descanso, la atención de la salud integral. Durante estos años las niñeces necesitan construir vínculos amorosos de apego con las personas que se ocupan de sus cuidados, a través de miradas, sostén, escucha, palabras y momentos de juego. Para una crianza amorosa, las personas adultas debemos buscar los modos de acompañar a las niñas y niños, respetando sus tiempos y necesidades.

Es importante poner en valor todas estas actividades o rutinas de crianza porque suelen ser invisibilizadas y son esenciales para el cuidado de la vida de los niños y niñas pequeñas.
Las personas, en general mujeres, que se ocupan de estas actividades saben todas las acciones que son necesarias, por ejemplo, para acompañar el descanso de una niña o niño o para su alimentación.

Desigualdad y relaciones entre los géneros

Aún hoy, en la mayoría de los hogares las responsabilidades y tareas de crianza y de cuidado recaen sobre las mujeres (madres, pero también hijas, tías, abuelas, vecinas).

¿Por qué las tareas de cuidado recaen en general sobre las mujeres?

Históricamente las tareas de cuidado han sido realizadas principalmente por mujeres, quedando relegadas al ámbito doméstico privado, sin reconocimiento ni remuneración; mientras que los varones han accedido a trabajos reconocidos y remunerados (formal e informalmente) fuera de la casa, en el ámbito público.

Esta división sexual de los trabajos tiene relación con los roles y estereotipos de género que vamos aprendiendo desde que somos niñas y niños, a través de los juegos, la vestimenta, lo que se espera que nos guste según el sexo asignado al nacer: jugar a la pelota o a las muñecas, jugar a cocinar o con autitos, vestir de celeste o de rosa, por poner algunos ejemplos.

De esta forma, crecemos con la falsa creencia de que las mujeres tienen una capacidad especial para las tareas del hogar, el cuidado de las personas y la maternidad; mientras que los varones poseen más capacidad para el liderazgo, los trabajos corporales que necesitan fuerza. Como consecuencia, los varones dedican poco de su tiempo a realizar tareas de cuidado dado que sus actividades principales son fuera del hogar.

Todas las personas podemos aprender a cuidar

Nadie nace sabiendo cuidar, ni existe ninguna predisposición que justifique que, por ejemplo, sean las mujeres las que deban encargarse del cuidado.

En una sociedad en la que la mayoría de estas tareas del ámbito doméstico son realizadas por mujeres, es necesario que las políticas públicas promuevan mayor participación de los varones para una distribución más justa de las tareas de cuidado en los hogares. Esto incluye el cuidado compartido de los niños y las niñas.

La distribución de los cuidados de niños y niñas entre la comunidad y la familia, con una participación más activa de los varones, contribuye a eliminar la desigualdad de género hacia las mujeres.

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