Debido a que gran parte de la Tierra está cubierta por agua o deshabitada, la probabilidad de que una persona sea afectada por un reingreso es muy baja ya que es muy probable que los fragmentos que resistan el reingreso lleguen a la superficie sobre los océanos o sobre zonas desérticas.

Según estimaciones de la Aerospace Corporation, la probabilidad de que una persona en particular sea afectada por un reingreso es de 1 en varios miles de millones. Por ejemplo, la Agencia Espacial Europea, ESA (European Spatial Agency por sus siglas en inglés), para el caso de la reentrada de la Estación Espacial China Tiangong 1 ocurrida en 2018, estimó la probabilidad de que una persona sufriera el impacto de alguno de los restos de esta estación como diez millones de veces menor que la probabilidad anual de que le caiga un rayo.