Vicente López y Planes
Febrero, 1852.

La mágica palabra de libertad no será ya la máscara falaz de la barbarie convertida en despotismo. El Gobierno Provisorio no quiere mas poder que el que se cimenta sobre vuestros leales corazones, y a ellos apela en los momentos mas críticos de su existencia. Bien sabeis que la tiranía ha sumido en el silencio de las tinieblas, durante treinta años, todas las voces el espíritu público: bien sabeis que los mas caros derechos del ciudadano se han revuelto hasta aquí en la infernal cabeza de un tirano, opilado de pasiones frenéticas, de hábitos brutales, de instintos atroces, que no se ha complacido en otra cosa, durante su gobierno, que en destruir cuanto era público, y en amalgamar horriblemente la práctica de sus vicios, con los nombres mas santos que las sociedades han construido para designar sus grandes instituciones.

Habias caído en la ignominia! ... y este pueblo de Buenos Ayres, que tanto había hecho para tener una historia despejada de crímenes y de abominaciones como la de la Confederación del Norte, tiene ya una página de vergüenza que recorrer, y si no hubiera sido que el cielo había predestinado al ilustre General Urquiza para cerrarla, esa página sería hoy continuada! ... El Gobierno Provisorio sabe que no necesita excitaros al entusiasmo del agradecimiento: él sabe que para vosotros y para nuestra posteridad, su nombre será colmado de las bendiciones y del respeto con que los grandes hombres son nombrados por los pueblos que ellos crearon, y tal vez no andará mucho el tiempo sin que el Gran Washington tenga un paralelo histórico entre nosotros.

(...)

VICENTE LOPEZ Y PLANES