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Velo: "Los Murciélagos vamos a ir a Tokio por lo que nos falta"

Con 48 años, Silvio Velo es uno de los jugadores más veteranos en la historia del fútbol para ciegos y en cuarentena no para de entrenarse con la ilusión de ganar la dorada olímpica. Una gran historia de vida.


Cada día Silvio Velo se levanta a las 7 como lo hacía antes de la cuarentena. Se entrena fuerte, come bien y sano; trata de dormir siesta y además de estar al tanto de todas las necesidades de su familia tiene días de prácticas en doble turno. Su cabeza está enfocada en los Juegos Paralímpicos de Tokio y su ilusión, como la de todos los Murciélagos, ganar la medalla dorada.

“A nosotros nos falta la de oro paralímpica, somos campeones mundiales, medallistas paralímpicos, pero queremos la que falta. Los Murciélagos tenemos hambre”, asegura Velo, goleador histórico del seleccionado y capitán desde 1991, uno de los más veteranos en el mundo en el fútbol sala de ciegos, con 48 años.

Y analiza: “Estoy en un plantel de muchos jugadores jóvenes, la competencia interna es importante y yo quiero estar por lo que todavía puedo dar, sería horrible que me citen sólo por lo que gané. Somos más de 20 y serán 10 los citados para Tokio, como en cada viaje; y yo quiero estar entre los 5 titulares, para eso tengo que esforzarme mucho. Es maravilloso formar parte de esta Selección”.

Puede distinguir todas las voces de la Bombonera

La cancha de Boca revienta de gente. Silvio grita entre la multitud, se escuchan muchísimas voces y él si alguna vez las escuchó previamente las reconoce al instante. “Distingo voces entre más de 10.000 personas, es una virtud que tengo. Recuerdo de ir a la Bombonera y reconocer a quien estaba hablando entre la gente”, comenta el histórico artillero.

Su infancia no fue común a la mayoría de los chicos ciegos. Ya era el 9 en los picados de los pibes del barrio y aunque daba ventaja por no poder ver, jamás se quejó de eso y hasta se las ingeniaba para hacer goles. “Por suerte mis padres no fueron sobre protectores, nunca sentí limitaciones. Hice deporte desde muy chico, recuerdo aquellos partidos en el potrero, golpeándome, corriendo entre mis amigos. Soy un agradecido a la vida, siento una gran motivación por el sólo hecho de estar vivo”, relata Velo para deportes.gov.ar

Y finaliza: “Hay cosas que jamás se olvidan, como el gol que le hice a Brasil en la final del mundo en un estadio repleto que se construyó en el CENARD. Este equipo siempre mantuvo la entrega a lo largo de los años, eso no se negocia. El que se pone la camiseta de los Murciélagos lo sabe. Y la gente también, por eso nos sigue siempre”.

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