Presidencia de la Nación

Universidades desarrollan protocolos de respiradores

Universidades argentinas, entre ellas la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN), se encuentran desarrollando respiradores para pacientes con COVID- 19 positivo de baja y mediana complejidad.


Como parte de un trabajo conjunto con el sector sanitario, actores sociales y productivos, diversas universidades de la Argentina se encuentran desarrollando prototipos de equipos de asistencia mecánica respiratorio, frente a un posible brote de la pandemia del COVID-19. Estos respiradores se utilizarían para contagiados de Coronavirus de baja y mediana complejidad, y complementan a los tradicionales, permitiendo que estos últimos se reserven para casos críticos en el caso de escasez de equipos.

Una de las universidades que trabaja en esta iniciativa es la Universidad Nacional de Rosario (UNR), que está involucrada en dos proyectos de fabricación de respiradores artificiales de bajo costo para uso específico en casos de coronavirus, sin reemplazar a los respiradores convencionales, sino pensados para complementar la demanda.

Uno de estos proyectos es impulsado por un grupo de investigadores de la Facultad de Ingeniería de la UNR, en alianza con las empresas locales Update Ingeniería y Digilogic. El otro proviene de la empresa Inventu, compuesta por egresados y estudiantes de esa universidad. El rector Franco Bartolacci anunció un financiamiento por tres millones de pesos para la etapa inicial del desarrollo de los prototipos y estiman que estarían en condiciones de producir unos 1000 respiradores semanales.

El proyecto fue diseñado con código abierto, por lo que la planimetría y las especificaciones técnicas van a estar a disposición para que se puedan replicar y ensamblar en cualquier parte del país. Además, utiliza componentes de industria nacional que se encuentran en stock, un detalle no menor en épocas de escasez de insumos. “En pocos días, se han generado redes de solidaridad extraordinarias y un montón de empresas del país se han puesto a disposición aportando lo que tienen para poder empujar estos proyectos. Por eso diría que este desarrollo es, ante todo, el resultado de una idea colaborativa”, sostuvo Bartolacci.

Por su parte, un equipo de 14 ingenieros, graduados y estudiantes avanzados de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN), junto con empresas colaboradoras, diseñaron un prototipo de respirador artificial, el RAC1 (Respirador Argentino de Crisis), a partir del empleo de componentes netamente nacionales, que cumplen con las exigencias de normas de calidad para equipamiento médico y que ya superó un importante paso en el proceso de validación funcional y normativo, con miras a su producción en serie. Fue ideado para una construcción en tiempo récord y con costos por debajo de los que actualmente están disponibles en el mercado. En su etapa inicial contempla una línea de montaje mínima de 100 respiradores al mes.

De la misma manera, la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO), también en conjunto con algunas empresas privadas y con el Instituto de Bioingeniería de la Universidad de Mendoza, está testeando equipos electromecánicos de emergencia para los contagiados de baja y media complejidad que requieran asistencia mecánica para la respiración. Se trata de respiradores basados en en un sistema mecánico de aprisionamiento de un AMBU (Airway Mask Bag Unit​, también conocido como resucitador-manual o bolsa-autoinflable), con una capacidad de funcionamiento de manera autónoma por 24 horas, de bajo costo, rápida producción en serie y fácil mantenimiento y operación. Si bien el diseño y la producción son argentinos, se fabrica con lineamientos internacionales. Se estima producir 50 respiradores El aporte será para aquellos centros de salud de Mendoza, ante una posible crisis y necesidad del sistema sanitario local.

También, investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y CONICET testearon con éxito un ciclador automático capaz de ser producido en un corto plazo a partir de suministros que son, casi en su totalidad, de industria nacional. Es un dispositivo que puede suplir algunas de las prestaciones de un respirador artificial, una opción muy valorada cuando los respiradores no son suficientes. Con apoyo de la Universidad Nacional de Rafaela (UNRaF), este ciclador automático fue desarrollado por InBio, grupo de Rafaela que presentó la iniciativa al Ministerio de Salud de Santa Fe como una alternativa válida al uso de los respiradores comerciales autorizados, en caso de que la emergencia sanitaria generada por el COVID-19 derive en una situación crítica en la que no se cuenten con suficientes respiradores para cubrir la demanda de los pacientes.

A la vez, ingenieros tucumanos se unieron para dar forma a un proyecto para frente al coronavirus: fabricar respiradores artificiales con tecnología 3D. Egresados e investigadores de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y la de la UTN Facultad Regional Tucumán trabajan junto a médicos del Sistema Provincial de Salud y otras áreas en el desarrollo de dos líneas de respiradores para uso institucional que podrían ser implementados en el sistema sanitario de la provincia. Los profesionales trabajan a contrarreloj en el desarrollo del dispositivo, para cumplir con las distintas etapas de evaluación desde el punto de vista tecnológico y asistencial para lograr un dispositivo confiable en el caso de que se lo requiera

Otras instituciones públicas como el CONICET La Plata (en conjunto con la Universidad Nacional de La Plata), la Universidad del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (UNNOBA), la Universidad Nacional del Sur (UNS), la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ) y la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), entre otras, también están diseñando prototipos de ventiladores mecánicos de bajo costo para casos de mediana complejidad. Desde distintos puntos del país, las instituciones universitarias y sus investigadores aúnan voluntades y saberes para ponerse a disposición del Estado a la hora de enfrentar esta pandemia.

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