El presidente de la Nación, Alberto Fernández, prorrogó a través de un decreto la Emergencia Ígnea en todo el territorio de la República Argentina hasta el 13 de enero de 2024, con el fin de continuar adoptando medidas urgentes ante la criticidad de la situación ambiental y convocar a los organismos involucrados y autoridades provinciales con el objetivo principal de frenar los incendios y comenzar inmediatamente con la restauración de las zonas afectadas.

La creciente cantidad de focos de incendios forestales, rurales, de pastizales y de interfase en nuestro país constituye un preocupante fenómeno multicausal que demanda la adopción de medidas inmediatas, a través de la máxima coordinación y cooperación entre las instituciones atravesadas por esta temática. Durante 2022 esta problemática continuó adquiriendo una dimensión alarmante y representa una grave amenaza tanto para los ecosistemas como para el patrimonio, la salud y la vida de las personas.

Esta situación, causada por actividades principalmente antrópicas y cuyas consecuencias se ven agravadas por el cambio climático, perjudica a diferentes ecorregiones del país afectando bosques nativos e implantados, áreas naturales protegidas, zonas agrícolas, praderas, pastizales, matorrales y humedales. Si bien desde el Estado Nacional y las distintas jurisdicciones se despliegan medidas oportunas en cada zona afectada a través de importantes esfuerzos locales y nacionales, las condiciones existentes traen asociado el riesgo de superación de la capacidad de respuesta y el peligro inminente de una catástrofe ambiental.

De esta manera, se apunta a agilizar y simplificar el trabajo conjunto y coordinado entre los organismos nacionales, provinciales y locales competentes para hacer frente a la emergencia y atender la presupresión y combate de incendios, la restauración de las zonas afectadas y la prevención de nuevos focos. Todo ello en el marco del compromiso con la prevención de incendios, la mitigación del impacto de los mismos sobre la salud y el ambiente, la minimización del daño que estos causan y la salvaguarda del derecho fundamental a gozar de un ambiente sano establecido por la Constitución Nacional.

El fuego en los Parques Nacionales

Desde la Administración de Parques Nacionales (APN) se recuerda la importancia del uso responsable que debe hacerse del fuego como herramienta.

En las áreas protegidas sólo puede utilizarse el fuego en zonas habilitadas para ese fin; es decir, espacios que fueron pensados y organizados para que residentes y visitantes puedan realizarlo en lugares seguros.

Las zonas habilitadas son aquellos sitios que ofrecen servicios de fogones preparados para el uso adecuado del fuego, como por ejemplo campamentos, así como también ciertas áreas libres donde existe cartelería que indica que está permitido hacer fuego. En todos los demás lugares no está permitido el uso del fuego.

Recomendaciones generales

En estas áreas es muy importante llevar carbón o leña desde el propio hogar o domicilio, realizarlo donde esté indicado y nunca dejar el fuego solo.

Para apagarlo hay que utilizar mucha agua ya que la tierra sólo sofoca el fuego y este puede volver a prenderse. Luego de echarle abundante agua se debe acercar la mano a la ceniza y asegurarse de que no se perciba calor. En caso de seguir percibiendo calor será necesaria más agua para asegurarse de que quedó totalmente apagado.

En las playas, senderos y montañas no está permitido hacer fuego de ninguna manera. En esos casos se recomienda llevar calentador, siendo seguro y fácilmente utilizable en cualquier lugar, ya que no deja brasas que puedan generar un incendio forestal. Por esta razón tampoco está permitido el uso de quemadores que utilizan leña y producen brasas.

Las colillas de los cigarrillos deben apagarse con agua, nunca deben dejarse tiradas en el suelo y tienen que regresar siempre con el resto de los residuos.

Ante el avistaje de una columna de humo, te pedimos llamar de manera urgente a los teléfonos de emergencia de cada localidad y Parque Nacional.