Presidencia de la Nación

Se inauguró una señalización en memoria de las víctimas de la Masacre de Floresta

Al cumplirse 20 años del emblemático caso de violencia institucional, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación recordó a los jóvenes asesinados con la colocación de un cartel por Memoria, Verdad y Justicia.


El acto tuvo lugar en el sitio donde Maximiliano Tasca, Cristian Gómez y Adrián Matassa fueron asesinados por el policía Juan de Dios Velaztiqui, en el hecho conocido como La Masacre de Floresta, ocurrido el 29 de diciembre del año 2001.

Participaron del homenaje el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti, la diputada nacional Paula Penacca y el legislador porteño Claudio Morresi, acompañados por las madres y familiares de Maxi, Cristian y Adrián.

“Venimos trabajando fuertemente en la problemática de la violencia institucional, de hecho, hemos señalizado casos de hace 30, 20, 10 o 5 años, pero es necesario dejar al costado las diferencias políticas. Esto tiene que ser un cambio transversal en el que todos los actores políticos tenemos que trabajar para que ningún miembro de las fuerzas de seguridad se sienta habilitado a usar el arma que le da el Estado para defendernos, gobierne quien gobierne, sostuvo el secretario Pietragalla Corti.

Como cierre de la ceremonia, se descubrió la señalización que forma parte de la campaña Argentina Unida contra la Violencia Institucional, que lleva adelante la Secretaría en todo el país para crear conciencia y evitar la repetición de hechos de violencia institucional, evidenciando el repudio del Estado a los delitos cometidos por las fuerzas de seguridad. Estuvieron presentes además integrantes de la Asamblea de Floresta, Comuna de la Memoria; socios, socias e hinchas del Club All Boys; y organizaciones de la Comuna 10, junto a vecinos y vecinas del barrio.

La Masacre de Floresta permanece hoy como un emblema de lucha y Memoria en el barrio, que todos los años recuerda y homenajea a Adrián, Maxi y Cristian.

El caso

La noche del 29 de diciembre de 2001, Adrián Matassa (de 23 años), Maximiliano Tasca y Cristian Gómez (ambos de 25), junto a otro amigo, Enrique Díaz, se encontraban en una estación de servicio festejando que Maxi se había recibido de Licenciado en Relaciones Internacionales.

La televisión del lugar transmitía los incidentes que habían sucedido en la Plaza de Mayo. Las imágenes mostraban el enfrentamiento entre manifestantes y la policía cuando Maxi hizo un comentario que hizo reaccionar a Juan de Dios Velaztiqui, suboficial auxiliar de la Policía Federal que prestaba servicio de seguridad en la estación de servicio. Velaztiqui se levantó y con su arma reglamentaria les disparó a los jóvenes.

Las balas alcanzaron a Cristian, Maxi y Adrián. Enrique Díaz, huyó y salvó su vida. Velaztiqui intentó fraguar la escena, simulando un intento de robo, pero el playero y la cajera lo desmintieron. El policía quedó detenido en la misma comisaría para la que prestaba servicio.

Esa noche, todo Floresta repudió el asesinato de sus jóvenes. Las movilizaciones exigiendo justicia se multiplicaron y se sostuvieron en el tiempo. La lucha de las familias, de los vecinos y vecinas del barrio, de la Asamblea de Floresta fue incesante.

Producto de esa lucha, Velaztiqui fue condenado a perpetua en el 2003. Por primera vez, un policía de la Federal recibió una pena perpetua por un caso de gatillo fácil. Tenía 62 años cuando cometió los asesinatos, por lo que diez años después del fallo recibió el beneficio de prisión domiciliaria. Velaztiqui murió el 24 de julio del año pasado.

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