El miércoles 21 de septiembre tuvo lugar en Tecnópolis la inauguración del 11.º Encuentro Anual de Fileteadores, con presencia de autoridades del Ministerio de Cultura y artesanos representativos. Entre los presentes estuvieron Lucrecia Cardoso, secretaria de Desarrollo Cultural, Luis Sanjurjo, director Nacional de Industrias Culturales, Gustavo Romero, director de la Coordinación del Consejo Federal de Cultura, María Rosenfeld, directora de Tecnópolis, la Asociación de Fileteadores y Roxana Amarilla, representante del Mercado Nacional de Artesanías Tradicionales e Innovadoras Argentinas (MATRIA).

El 11.º Encuentro Anual de Fileteadores se realiza en Tecnópolis desde el jueves 22 hasta el domingo 25 de septiembre, de 10 a 18 h jueves y viernes, y de 12 a 19 h, sábado y domingo. El evento, del que participan más de 100 artistas fileteadores de todo el país, cuenta con variadas actividades para grandes y chicos como talleres, charlas, entrevistas a referentes, debates sobre técnicas. Entre la programación se destacan una muestra con más de 130 obras, la exhibición de vehículos fileteados, y la realización de un mural en vivo y homenajes a artistas del filete.

En "Descargas", se puede acceder a la programación completa del Encuentro. Con entrada libre y gratuita, está organizado por la Asociación de Fileteadores junto al Mercado Nacional de Artesanías Tradicionales e Innovadoras Argentina (MATRIA).

Breve historia del fileteado en nuestro país

El fileteado es un arte popular que se inició en las zonas portuarias de Buenos Aires, hoy con alcance federal e internacional. Si bien no hay datos exactos de su comienzo, los artistas que llevan adelante esta práctica lo sitúan a finales del siglo XIX o principios del XX, cuando se utilizaba esta técnica para decorar los carros que circulaban por la urbe porteña.

El fileteado es una técnica que trajeron consigo los inmigrantes italianos. Una anécdota que se repite entre sus cultores, asegura que la primera vez que se reprodujo fue en las manos de dos niños: Salvador Venturo y Vicente Brunetti, que realizaban tareas menores en una fábrica de carrocerías. Un día el dueño del taller les pidió que lo ayuden con la pintura de los carros que en ese entonces era gris -el color reglamentario-, y los pequeños, que eran de origen italiano, plasmaron un filete colorado sobre los chanfles del carro, diseño que comenzó a ser muy requerido por los clientes. Desde entonces, el filete representa a la clase trabajadora que decoraba sus vehículos con diseños influenciados por la inmigración.

Cuando los colectivos pasaron a tener el tamaño de camiones adaptados para transportar pasajeros, el fileteado se extendió a este soporte, costumbre que se interrumpió en 1975 cuando una ordenanza lo prohibió argumentando que sus colores impedían diferenciar las líneas y sus respectivos recorridos.

En 2011 se llevó a cabo el primer encuentro de fileteadores. Fue un 14 de septiembre, Día del Fileteado Porteño, que conmemora la primera exposición de esta técnica que se realizó en Buenos Aires en la Galería Wildenstein en 1970. Ese primer encuentro, convocó a 45 artistas de distintas partes del país a la reapertura del Cine Teatro El Plata, y allí surgió la iniciativa que crear una asociación que los nuclee con el objetivo de mantener viva esta tradición, rescatar la historia del filete, y proteger la documentación que se pudiera conseguir sobre los principios de este distintivo porteño.

La Unesco declaró en 2015 al filete porteño como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.