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Sandro: “La pasión del escenario no la cambiaría por nada”

A 15 años de su desaparición física, la Secretaría de Cultura de la Nación recuerda a una de las voces más representativas del cancionero popular argentino.

Roberto Sánchez, conocido artísticamente como Sandro, fue uno de los máximos ídolos de la canción popular argentina y latinoamericana. Hijo de Vicente Sánchez e Irma Nydia Ocampo, “El Gitano” nació el 19 de agosto de 1945 en la Ciudad de Buenos Aires pero vivió su infancia y adolescencia en Valentín Alsina, Lanús, provincia de Buenos Aires. Ya consagrado y hasta su fallecimiento vivió en una casona en Banfield, Lomas de Zamora, que se convirtió en un lugar icónico para los habitantes de la zona y un lugar de encuentro para sus seguidoras, conocidas como “las nenas”.

Su vocación por la música comenzó en la escuela primaria cuando hizo una imitación de Elvis Presley, a quien admiraba profundamente. Sandro era el nombre que le habían querido poner sus padres pero las autoridades no lo permitieron; de allí que recién lo pudiera adquirir a comienzos de la década del ‘60. Con éxitos como Rosa Rosa, Dame el fuego de tu amor, Tengo, Quiero llenarme de tí, Porque yo te amo, Penumbras, Trigal y Una muchacha y una guitarra, entre tantas otras, sobresalió como autor entre los artistas de su género y como intérprete.

En el plano musical supo asociarse con letristas como Oscar Anderle y arregladores como Jorge López Ruiz y Oscar Cardozo Ocampo, quienes le dieron un toque distintivo a sus baladas románticas. Publicó 52 álbumes originales que vendieron más de 20 millones de copias; 11 discos de oro; realizó 16 películas y fue el primer latinoamericano en cantar en el salón Felt Forum del Madison Square Garden.

En una entrevista en 1998, Sandro confesaba qué sentía por el escenario: “Mi vida, mi casa. La paso fenómeno. Ahí arriba afloran un montón de cosas que me divierten. Me puedo meter en un gran juego: subir, cantar, llorar, transpirar y sufrir una canción me parece estupendo”. Y agregó: En ese sentido, la pasión del escenario no la cambiaría por nada. Además, uno es un actor que cuenta historias y chistes. Es cumplir el sueño del pibe”.

“El Gitano” falleció el 4 de enero de 2010, a los 64 años, producto de una infección que contrajo en una internación tras haber sido sometido a un doble trasplante de corazón y pulmón como última alternativa a su padecimiento por un enfisema pulmonar. Más de 50 mil personas lo despidieron en el Congreso y más de 100 mil personas acompañaron su cortejo fúnebre desde la ciudad de Buenos Aires, a lo largo de la avenida Hipólito Yrigoyen, hasta el cementerio bonaerense de Longchamps.

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