“Los progresos sociales y cambios de época se operan en proporción al progreso de las mujeres hacia la libertad”, decía el socialista francés Charles Fourier. Las argentinas y los argentinos podemos dar fe de que es así.

En este Día Internacional de la Mujer quiero saludar a todas las argentinas de hoy y de siempre. A todas aquellas que como Lola Mora, Alfonsina Storni, Victoria Ocampo o Tita Merello construyen hoy nuestra cultura. A todas aquellas que como Cecilia Grierson son parte de nuestra salud. O a las que como Rosario Vera Peñaloza o Maria Elena Walsh, cada una desde su época y su lugar, hacen tanto para formar a nuestros chicos. A quienes como Juana Azurduy o Mariquita Sánchez de Thompson hacen de nuestra independencia y libertad una realidad de todos los días. O a aquellas que como Aimé Paine batallan a diario por los derechos de nuestros pueblos originarios.

También a las que como las Madres de Plaza de Mayo luchan por la Memoria, Verdad y Justicia. O a las que ocupan cargos negados en el pasado, como nuestras Ministras, las integrantes de la Corte Suprema o a la Presidenta del Banco Central. A las mujeres valientes como Alicia Moreau de Justo. O como nuestra querida Evita, que transformó su nombre en sinónimo de Justicia Social. O como hoy Cristina, que con su coraje, levanta y sostiene estas banderas, siempre defendiendo los derechos de las mujeres.

En este 8 de marzo, quiero saludar a todas las mujeres trabajadoras. Y a las argentinas, que desde cada lugar, cada tarea, y cada responsabilidad son parte fundamental de nuestro desarrollo económico y social.

Carlos Tomada