Con mucha tristeza, pero también con la alegría de haber conocido tan valioso ser humano, se recuerda a Mabel Pelo, quien fue un ejemplo y dedicó su vida al trabajo en salud pública y derechos indígenas.

En su persona se reconoce una precursora y referente en salud intercultural desde los comienzos de las políticas públicas destinadas a este fin, a través del Programa Nacional de Salud para Pueblos Indígenas.

En el marco del mismo, coordinó a cientos de becarios en los últimos 15 años, mejorando la accesibilidad de los pueblos indígenas a los servicios sanitarios en la provincia de Jujuy.

Desde Nación se la recordará como una defensora incansable de la salud como derecho para los pueblos indígenas e inspiradora para todos los que trabajan en salud pública y cuidan a estas poblaciones.

Que la Pachamama la guarde y la guie por el camino que ha emprendido y que su espíritu nos siga acompañando.