Presidencia de la Nación

Salud planifica acciones de vigilancia y alerta preventiva contra fiebre amarilla

Con el enfoque de “Una Salud”, se realizó un taller en el Instituto Misionero de Biodiversidad (IMiIBioIO) donde se analizaron estrategias para la conservación
de los monos aulladores, que actúan como población centinela ante esta enfermedad.


Como parte de las estrategias y acciones de vigilancia y detección temprana de circulación de la fiebre amarilla, autoridades del Ministerio de Salud de la Nación participaron de un encuentro en Misiones con el objetivo de evaluar proyectos para la conservación de las poblaciones de los monos aulladores Alouatta Guariba en la provincia, una especie que actúa como centinelas de la salud pública, permitiendo emitir una alerta temprana de la llegada del virus.

“La vigilancia, el estudio del comportamiento y la salud de estos primates tienen un rol central para la salud de la población, ya que nos permiten identificar si existe circulación del virus que ocasiona la fiebre amarilla, antes que ingrese en una comunidad” afirmó la directora Nacional de Control de Enfermedades Transmisibles, Teresa Strella.

Los monos aulladores (Alouatta Guariba) son especialmente susceptibles al virus de la Fiebre Amarilla, ya que luego de infectarse mueren al cabo de unos días. En este sentido, actúan como centinelas de la salud pública, permitiendo emitir una alerta temprana de la llegada del virus a las distintas regiones y de esta manera desarrollar acciones de prevención y control de manera oportuna, como es la vacunación de las poblaciones humanas aledañas.

Actualmente es la especie más amenazada de Argentina y dada su importancia en el ciclo selvático de la Fiebre Amarilla, la cartera sanitaria nacional evaluó acciones y proyectos para el manejo de las poblaciones de estos primates en la provincia de Misiones.

En ese sentido, el principal objetivo del taller, realizado en el Instituto Misionero de Biodiversidad (IMiIBioIO), fue priorizar la conservación de esta especie, analizando estrategias para la recuperación a largo plazo de las poblaciones, bajo el enfoque de Una Salud.

"El enfoque de 'Una Salud' privilegia el equilibrio en todos los aspectos de la salud, destacando tanto la humana como la animal y también la salud ambiental. De aquí que asegurar la presencia de esos monos es central para el bienestar de todas las poblaciones", explicó Strella.

Durante el taller, que contó con la participación de especialistas de distintas unidades ejecutoras del CONICET y de instituciones científicas de Brasil, se realizó un análisis exhaustivo de la información científica existente y se evaluaron estrategias para el manejo poblacional de la especie.

Como resultado, se conformó un comité de gestión y se consensuaron medidas para restaurar las funciones ecológicas en los ecosistemas que habitan estos monos, así como también para recuperar su valor cultural entre las comunidades locales, destacando su rol como centinela de enfermedades o como dispersores de semillas.

La actividad fue desarrollada en el marco del Plan Nacional de Conservación de Primates, que establece una serie de medidas para evitar su desaparición. Dicho plan fue aprobado a través de la Resolución 430/2021 que establece una serie de medidas que apuntan a reducir el impacto de las amenazas sobre las especies que habitan en el país.

Se estima que en la provincia de Misiones sólo quedan entre 30 y 50 individuos del mono aullador rojo, por lo que la necesidad de acciones de protección y recuperación es urgente. Los recurrentes brotes de fiebre amarilla de las últimas décadas y la pérdida del hábitat por la desaparición de bosques nativos son algunas de las causas de esta crítica situación.

En distintas ecorregiones de Argentina habitan cinco especies de primates no humanos y todas se encuentran bajo alguna categoría de amenaza a nivel nacional, con poblaciones locales en declive. El mono aullador rojo (Alouatta guariba clamitans) es el más comprometido y se considera en peligro crítico, mientras que el carayá (Alouatta caraya), el mirikiná (Aotus azarae), el caí negro (Sapajus nigritus) y el caí de las yungas (Sapajus cay), se encuentran en estado vulnerable.

Participaron de esta actividad la investigadora del Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET - UNaM), Luciana Oklander; representantes del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, del Instituto Misionero de Biodiversidad (IMiIBioIO), y del Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables (MEyRNR) de Misiones.
Además, asistieron guardaparques, referentes de ONGs como la Fundación de Historia Natural Félix de Azara, el Refugio de Animales Silvestres Güirá Oga, la Fundación Temaikèn y fuerzas de seguridad, específicamente de la Dirección de Defensa del Medio Ambiente (DDMA) de la Policía de Misiones e investigadores del Instituto de Ecología, Genética y Evolución (IEGEBA-CONICET) y la Universidad de Buenos Aires.

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