Con la presencia de autoridades nacionales, responsables provinciales y expertos internacionales, finalizó hoy el primer encuentro de referentes nacionales de VIH y tuberculosis (TB) organizado por la Secretaría de Gobierno de Salud junto a la Organización Panamericana de la Salud (OPS). El objetivo fue fomentar el abordaje integrado de estas problemáticas de salud y planificar estrategias conjuntas en el marco de la Cobertura Universal en Salud (CUS).

La apertura del encuentro que se llevó a cabo en la Ciudad de Buenos Aires, estuvo a cargo de la representante de ONUSIDA, Clarisa Brezzo; la directora de Sida, ETS, Hepatitis y TBC, Claudia Rodríguez y la coordinadora del Programa Nacional de Control de la Tuberculosis y Lepra (PNCTyL), Marcela Natiello, quienes coincidieron en valorar la importancia de un evento de tal magnitud donde poder compartir, poner en discusión y analizar las líneas estratégicas establecidas para la respuesta al VIH y la TB y su estado de implementación a lo largo del país.

“Las enfermedades infecciosas desarrollan cambios epidemiológicos que suelen ser muy rápidos y por esa razón tenemos que ser inteligentes para adaptarnos rápidamente a ellos desde la función pública y desde el lugar de cada uno”, sostuvo Rodríguez. En ese sentido, la funcionaria además subrayó que “estamos ante enfermedades que pasaron a ser de atención ambulatoria, en el primer nivel de atención, por eso este encuentro es clave en pos de alcanzar nuestra meta de la atención de calidad, centrada en la persona”, enfatizó.

Por su parte, Natiello expresó que “desde el Programa estamos muy felices de poder ser parte de esta primera jornada de integración VIH/TB, donde podremos encontrarnos con actores fundamentales con los cuales trabajamos en el día a día. Conocernos más, comunicarnos e intercambiar problemáticas se traducirá en poder trabajar mejor y mejorar la salud pública y la vida de las personas”.

Cabe señalar que la tuberculosis afecta de manera particular a las personas cuyo sistema inmunitario se encuentra debilitado, por eso, las personas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) tienen entre 20 y 30 veces más probabilidades de enfermar de TB. A nivel mundial, aproximadamente un tercio de las muertes de personas con VIH fueron causadas por esta infección, lo que evidencia la necesidad de trabajar ambas problemáticas de salud en forma integrada.

En tanto, para la representante de ONUSIDA: “hemos logrado muchos avances y logros en el último tiempo, pero sabemos que todavía nos queda mucho por hacer llegando al año 2020. Celebramos que se haya convocado a esta jornada de trabajo, como una oportunidad para discutir, pensar y definir las estrategias más efectivas para poder alcanzar los objetivos que tenemos trazados”, destacó Brezzo.

La actividad –organizada por la Dirección de Sida, ETS, Hepatitis y TBC– contó con dos jornadas de trabajo. La primera estuvo enfocada en la presentación y discusión sobre el estado de la cooperación VIH/TB en la Argentina, el debate de estrategias de abordaje integrado y la planificación de actividades en colaboración. Mientras que la segunda etapa fue dividida en un módulo de tuberculosis y otro de VIH, donde se abrieron espacios de intercambio directo entre las diferentes jurisdicciones respecto a la situación actual, buscando identificar las prioridades a trabajar y cómo abordarlas en forma estratégica.

VIH y tuberculosis en la Argentina

Según datos los últimos datos del Boletín sobre VIH, sida e ITS en la Argentina (2018), alrededor de 5.800 personas son diagnosticadas con VIH por año (el 35% de ellas en etapas avanzadas de la infección). Además, la tasa de transmisión perinatal fue del 4% y 1.500 personas murieron por causas relacionadas con el sida. En el país se estima que hay 129.000 personas viviendo con el virus, aunque el 20% desconoce su situación.

Respecto a la TB, el último Boletín sobre tuberculosis en la Argentina muestra que durante 2017 se notificaron 11.695 casos, confirmando una tasa de 26,5 cada 100 mil habitantes. El 50% de los casos nuevos se dan en la población en edad productiva (20 a 44 años) y el 59% de las notificaciones correspondieron a personas de entre 15 y 44 años. En relación a la mortalidad, 706 personas fallecieron en el año por esta enfermedad.