La actividad se llevó adelante en el espacio cultural de la Sindicatura, y se incluye dentro de un ciclo que promueve la cultura a través de distintas jornadas organizadas conjuntamente con entidades como el INAMU, el Instituto Nacional del Teatro, y la Sociedad Argentina de Escritores.

La noche inició con las palabras de apertura del ex titular del organismo, Diego Boris, y del músico y presidente del INAMU, Bernabé Cantlon, quien agradeció a las autoridades de SIGEN por la organización del evento y añadió: “Estoy muy contento de inaugurar este convenio para poder utilizar este espacio y realizar charlas que tienen que ver con la actividad musical, los derechos intelectuales, los proyectos musicales”.

A continuación, Diego Boris resaltó la posibilidad de articular en espacios institucionales y señaló: “Cuando comenzamos en la gestión entendimos que el Instituto administra fondos asimilables a lo público y tenía que tener un control y una transparencia muy grande, por eso el primer convenio que hicimos fue con la SIGEN”.

En esta dirección, Boris agradeció especialmente a Carlos Montero y autoridades de SIGEN “por brindar este espacio y la articulación cotidiana”.

Rocambole, una figura icónica

Bajo el título “Arte, ilustración, imagen y diseño: un cruce significativo en la gráfica musical”, la charla giró en torno al debate acerca de la inteligencia visual en la música, con algunas consideraciones sobre el aporte de la educación gráfico-artística en la producción de un sentido más humano y solidario.

Siguiendo esta línea, Rocambole invitó a reflexionar sobre la aceleración tecnológica y el “bombardeo de imágenes” a la que estamos expuestos los seres humanos en estos tiempos.

“La aceleración tecnológica -explicó-, nos ha llevado de prepo a estar sumergidos en un mundo de pantallas y esas pantallas irradian imágenes. Recibimos esa información que viene de la pantalla en forma de imágenes de manera natural, intuitiva pero a través de ellas nos envían mensajes que sólo somos capaces de percibir en la superficialidad. Se nos dice qué cosas, comer, cómo vestirnos, qué auto comprar”.

Además, resaltó la deuda de la educación formal respecto de la enseñanza del lenguaje visual en contraposición a la prevalencia de la lectura y la escritura.

Y reforzó: “En estos tiempos de alta tecnología somos prácticamente analfabetos visuales. No sabemos que existe un lenguaje visual que se aprende en las escuelas especiales, las escuelas de artes pero no en la primaria. Si tuviéramos instrumental para decodificar esas imágenes sabríamos que nos están queriendo decir”.

Hacia el final de la charla, Rocambole, que en su larga trayectoria realizó diseños de portada para discos de Frank Zappa y trabajó con varios artistas como Skay Beilinson, Attaque 77, Miguel Cantilo, Claudio Gabis, Estelares, Che discos, entre otros, hizo un recorrido por la historia de la gráfica en la industria musical desde fines del siglo XIX con la aparición de las editoras musicales, que editaban las partituras que llevaban una carátula decorada según estilos de la época, hasta mediados de los 50 con la aparición de rock and roll, “cuando surgió una puerta abierta para diseñar todo tipo de tapas”.