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Rara Felicidad la de los Tiempos, de Ariel Cusnir

Se trata de uno de los 60 proyectos ganadores de la edición 2020 de Activar Patrimonio, un programa de becas de la Secretaría de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura que busca fomentar el desarrollo de proyectos artísticos y de investigación a partir de los fondos y las colecciones de los museos e institutos nacionales. Se exhibe hasta el 30 de abril en el Cabildo Histórico.


El Cabildo Histórico exhibe la muestra Rara Felicidad la de los Tiempos, de Ariel Cusnir. Se trata de uno de los 60 proyectos ganadores de la edición 2020 de Activar Patrimonio. Podrá ser visitada, con entrada libre y gratuita, hasta el 30 de abril de 2022.

Fue con una cita del historiador romano Tácito que Mariano Moreno decidió encabezar La Gazeta de Buenos Ayres, fundada en mayo de 1810. "Rara felicidad de los Tiempos en lo que pensar lo que se quiere y decir lo que se piensa está permitido" es una de las traducciones posible de esa frase, que, usada para hablar de la práctica periodística y de la libertad de expresión, contiene en sí misma la idea de la diversidad de puntos de vista. Pero existe además en esta cita un énfasis en la rareza: rara felicidad, por inusitada; raros los tiempos , por excepcionales; rara la apertura a un espacio de confluencia entre un pensamiento libre y su forma de expresarse.

Esa rareza es el objeto y el método de Ariel Cusnir a la hora de incursionar en el hábitat del historiador e intervenir los circuitos del saber histórico. El rol de la prensa gráfica en torno a las Invasiones Inglesas y las luchas independentistas se convierte en un pretexto para pensar cómo se fraguan los discursos y las imágenes del pasado: los diarios, la imprenta, el retrato, el documento, el objeto del patrimonio.

Enrarecer no se trata aquí de contraponer otra historia, privilegiar fuentes alternativas o invertir los valores del relato conocido. Significa, por el contrario, desordenar la cronología para proponer una concepción más estratificada, menos homogénea en el tiempo, en el que coexistan objetos y sujetos de diversa índole. El rostro conocido, el rostro sin conocer, el objeto grandilocuente, el objeto que viene a reponer cuerpos e historias invisibles. Significa construir perspectivas improbables para la época. Significa focalizar en los pequeños rastros materiales, en los restos, en los fragmentos, en las variaciones y versiones para capturar esos intervalos entre los archivos y la narración, para pluralizar la historia y devolverla al flujo inestable y orgánico de lo imaginario.


La muestra podrá ser visitada hasta el 30 de abril de 2022.

El nacimiento de la prensa gráfica: querer, pensar, decir
A comienzos del siglo XIX y alrededor de las gestas de la independencia, el Río de la Plata se convirtió en un reducto en el que pocos lectores cruzaban argumentos, proclamas, odas. Abogados, militares y clérigos se disputaban la dirección de las relaciones comerciales y de poder, el sentido de los acontecimientos en curso, las estrategias para movilizar a la población. En el marco de esa sociabilidad letrada hubo grandes nombres y nombres sin rostro.
Samuel Auchmuty, su imprenta y el Southern Star, el primer periódico bilingüe montevideano. La llegada de John Whitelocke y la impresión de proclamas. El redactor y traductor Aniceto Padilla. La Gazeta, el Telégrafo Mercantil y la publicación de la "Oda al majestuoso río Paraná", de Manuel Lavardén.

El resultado de esa incipiente cultura de imprenteros fue la fundación, de paso, de uno de nuestros mitos: la opinión pública. Tras ella se dejó ver todo un anecdotario privado, los entremeses de las prácticas de la prensa (la lectura a viva voz, la traducción, la corrección) y la centralidad del río, al mismo tiempo recurso poético y económico.

Los tiempos raros: Las Invasiones Inglesas
Las denominadas Invasiones Inglesas formaron parte de un momento liminar de la historia rioplatense. Designaron ese umbral entre ser el objeto de disputa de potencias extranjeras y tener una soberanía incompleta. Se trataba de tiempos excepcionales. Con el conflicto abierto y militarizado de la Reconquista y la Defensa, pero también con la guerra informativa con sus intermediarios, emisores, confidentes y conspiradores, se complejizaron las redes por las que circulaban los discursos oficiales y extraoficiales. Se imbricaban las esferas pública y privada, se duplicaban las lenguas de la información, se multiplicaban las versiones.

Algunos objetos traen informaciones de un futuro no tan lejano: un fragmento de cerámica que formaba parte de un caño de alta tecnología traído de Europa a partir de la segunda mitad del siglo XIX, en reemplazo de los viejos albañiles, trasladaba líquidos a diferentes tipos de pozos. Se lee parcialmente "Old Kent Road/ London".

La felicidad de los tiempos: los encuentros
La escritura de la historia es solo una de las maneras de componer el mundo: jerarquiza, selecciona y excluye parte del universo de los existentes. ¿Cómo interpelar la historia de los historiadores a partir de la inadecuación y los equívocos de una historicidad imaginada como flujo, como influencia, como intermitencia, en negativo?
La forma curva de una teja muslera trae al cuerpo del trabajador que la hizo. Un llamador de puerta con forma de mano femenina o una campanilla para llamar esclavos conservan su sonido en el presente. Un fragmento de estribo retoma la relación del hombre con el animal.
¿Qué sucede cuando os objetos son capaces de soportar un punto de vista?
¿Qué agencias producen las formas de vida no humanas?
¿Qué sucede cuando se simetrizan los roles del espectador y lo visto?
¿Cómo se articulan los pequeños objetos y su presencia con las grandes acciones?
¿En qué mundo y en qué tiempo se encuentran - y conectan - el prócer y el fetiche?
Queda seguir escribiendo y leyendo en movimiento.

Bárbara Golubicki, curadora de la muestra, expresó: "Rara felicidad fue una muestra que se fue construyendo en diálogo permanente con los equipos del museo, a partir de la beca de Activar Patrimonio que ganó Cusnir.
La propuesta consistió en entender cómo generar un discurso con la obra de Ariel que entre en una conversación afectiva con los objetos del patrimonio del museo.
Entonces pensamos esos puntos de vista que cristalizan los discursos históricos, pero también los puntos de vista que se materializan en las imágenes.
Y los puntos de vista que inevitablemente tienen y tuvieron los objetos, que de alguna forma también fueron testigos de la historia.
Estas reflexiones son excusas para volver a pensar las voces que no están presentes, a las qué hay que darles un lugar.
Aparecen lo que serían “personajes menores” en la historia de las invasiones y de la revolución, pero también objetos “menores” que traen esas voces: fragmentos arqueológicos de materiales que portan historia. Las rastros de las manos que fabricaron vasijas y tejas, el pelo de una mujer dentro de un relicario. La historia que contamos se emparenta a la de un río que sigue fluyendo. Se sigue transformando".

Curaduría: Bárbara Golubicki
Coordinación general y diseño expositivo: María Laura Pérez Veronesi
Producción general: Florencia Baliña
Asesoría de contenidos: Néstor Zubeldía, Marcelo Pizarro, Julieta Arado
Conservación: María Sol Balcarde
Montaje: Fernando Brizuela, Romina Cabrera, Sergio Penkaliuk, Celia Delgado, Ariel Torrilla, Guadalupe Soresina

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