El pasado 31 de mayo se llevó adelante el acto de promoción y cierre de la décima segunda camada de Residentes, de la Residencia Interdisciplinaria en Salud Mental. Programa de Formación de Posgrado en Salud Mental para médicos, psicólogos, trabajadores sociales, terapistas ocupaciones y enfermería de financiamiento nacional.
Las palabras de bienvenida y apertura del acto estuvieron a cargo de la Lic. Mónica Lacanna, jefa del Departamento de Docencia e Investigación y Coordinadora de la RISaM, cediendo la palabra a la Lic. Emilse Pérez Arías, Instructora de psicología, quien pronuncio el discurso de despedida en nombre del equipo de docente: “Algunos quisiéramos que la residencia dure toda la vida, pero lamentablemente todo lo bueno en esta vida tiene un inicio y un final. Si les preguntáramos qué fue lo más difícil en estos 3 años ¿qué nos dirían? Nos animamos a responder por ustedes: trabajar con otros. Alguien dijo en una hermosa película que todo en la vida puede cambiar, menos la pasión. Y en estos 3 años conocimos las pasiones de cada uno de ustedes, lo que nunca va a cambiar. Ningún lugar por el que pasaron es el mismo después de su paso. De este lado, nos toca la suerte de haber sido testigos de sus crecimientos profesionales, de acompañarlos en este inolvidable trayecto, pero sobre todo de llegar a conocer el valor humano de cada uno de ustedes, lo que los hace únicos, irrepetibles e inolvidables. Nos ponemos tristes y felices al mismo tiempo. Tristes porque hoy nos toca decirles adiós, pero felices de habernos cruzado con ustedes, de haber aprendido con ustedes y de ustedes, de compartir esta loca e inexplicable pasión por la salud mental. Para despedirnos les dedicamos unas palabras de Carlos Skliar: "No lo sé. A mí la gente que piensa de otro modo me hace bien; bien en el sentido de liberarme de mis consabidas ideas, de mis frases hechas de antemano, de mi propio pensamiento entumecido. Esa gente me ofrece algo que me es imposible rechazar: modos de ver el mundo y la vida de otra manera, que no podría pensar en soledad ni tampoco con mi única vida, siempre insuficiente e incapaz de tantas otras vidas, tantos otros mundos y tantos otros pensamientos.
Si lo sé. El pensamiento de este mundo está en crisis, es irresoluble en tanto transición hacia ninguna parte. Pensar se ha vuelto promiscuo o una virtud que algunos llamarían como jactancia. Pensar es rebelarse contra la estupidez naturalizada o no es pensar.
Sin embargo, no es tan sencillo: no se puede pensar cuando uno quiere, como si el pensamiento fuera cuestión de fuerza de voluntad, sino más bien cuando uno puede, junto a otras, a otros. … Sin embargo. Para pensar, hay que conversar."