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Primer informe anual sobre la situación de los trabajadores de mayor edad en el Sistema de Riesgos del Trabajo

Trata de un informe especial realizado por el Departamento de Estudios Estadísticos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), que forma parte de los cuatro informes sobre los grupos considerados de mayor riesgo o mayor desigualdad: jóvenes, adultos mayores, migrantes y trabajadoras mujeres.


El reporte se elaboró en base a los datos registrados en 2018 para el universo de trabajadores mayores (55 años y más) y tiene como objetivo contribuir a la elaboración de políticas y planes de acción orientados al abordaje de algunos aspectos laborales que conciernen a los adultos de mayor edad, tema que cobró relevancia en los últimos años.

El documento presenta información contextual de población y mercado de trabajo. Para el año 2018 detalla las principales características de los casos con secuelas incapacitantes y las enfermedades profesionales y analiza la incidencia de la accidentabilidad y mortalidad por Accidente de Trabajo (AT) y Enfermedad Profesional (EP), según sexo y sector de actividad económica.

Es importante destacar que este grupo de trabajadores cuenta con estrategias y destrezas adquiridas a base de experiencia, con conocimientos técnicos acumulados a lo largo de su vida laboral, así como demuestra tener mejor criterio y alto grado de compromiso. Como contrapartida, comienza a experimentar cambios en sus capacidades funcionales, especialmente de carácter físico y sensorial.

Ante este escenario, conocer las características, tanto de su inserción como de la accidentabilidad laboral, resulta fundamental para contribuir a la implementación de medidas focalizadas, tendientes a garantizar a estos trabajadores una protección adecuada a sus circunstancias cambiantes.

A continuación, detallaremos algunos hallazgos que surgen del informe:

  • En 2018 la población estimada de mayores de 55 años alcanza el equivalente al 19% del total poblacional, y se conforma por un 45% de varones y un 55% de mujeres.

  • El 61% es inactivo -54% jubilado/pensionado y 6% ama de casa-, mientras que el 39% restante tiene o busca trabajo (Población Económicamente Activa).

  • De los que tienen trabajo, el 58,9% son asalariados –obreros o empleados- y, de éstos, el 67% son asalariados registrados. Comparados con el grupo de 16 a 54 años, los adultos de mayor edad tienen un porcentaje menor de trabajo en “relación de dependencia” y los mismos niveles de trabajo registrado que los trabajadores más jóvenes.

  • Como contrapartida, el 40,4% de los trabajadores de más de 55 años declara ser patrón o cuentapropista -categorías ocupacionales que no están alcanzadas por la cobertura del sistema de riesgos del trabajo–, mientras que en el grupo de los trabajadores de 16 a 54 años este porcentaje se reduce a la mitad: 21,8%.

  • Si se consideran las actividades económicas con mayor informalidad laboral, en ambos grupos de edad, las que tienen mayor cantidad de trabajadores asalariados no registrados son: casas particulares, seguidas de construcción; agricultura, caza, silvicultura y pesca; y comercio, restaurantes y hoteles.

  • Las mujeres que pertenecen a este grupo etario representan sólo un 13% del total de trabajadoras cubiertas por el sistema de riesgos del trabajo. Entre las actividades en que se desempeñan, se destacan las operaciones con inmuebles (27% del total de trabajadoras cubiertas), las casas particulares (22%), los servicios prestados por asociaciones profesionales, comerciales y laborales (20%), y las investigaciones y ciencias (17%).

  • Los varones mayores de 55 años, con un peso porcentual similar al de las mujeres en la cobertura del sistema, en su mayoría se desarrollan en actividades como el transporte de pasajeros en taxis y remises (33%), la actividad inmobiliaria (31%), los servicios prestados por asociaciones profesionales, comerciales y laborales (28%), las investigaciones y ciencias (24%), la enseñanza (20%) y la actividad bancaria (19%).

  • En 2018, el sistema de riesgos del trabajo registró 50.170 casos de trabajadores mayores de 55 años de ambos sexos: el 65% corresponde a AT, el 22% a accidentes in itinere y el 6% a EP. Éstas últimas alcanzan porcentajes cuatro veces más elevados en los varones mayores de 55 respecto de los más jóvenes (8% y 1,9%).

  • El 54% de los casos mortales se originó en un accidente de trabajo y el 46% restante en un accidente in itinere.

  • La proporción de casos que derivan en una secuela incapacitante es más alta en los trabajadores mayores de 55 en relación con aquellos que tienen entre 16 y 54 años (en las mujeres se ubica en 14,4% y 7,9%, respectivamente; en los varones en 17,7% y 14,8%).

  • La incidencia de la mortalidad por AT y EP es más alta en el grupo de mayores de 55 años: en las mujeres el índice alcanza las 3,9 trabajadoras fallecidas cada millón de trabajadoras cubiertas (2,3 en las trabajadoras de 16 a 54 años); en los varones, por el contrario, el índice se ubica en 60,6 para los trabajadores mayores de 55 años (54,4 para los trabajadores más jóvenes).

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