Presidencia de la Nación

Preservar la salud pública demanda un compromiso de todos y todas

El Director de la Escuela del Cuerpo de Abogados de Estado, Guido Croxatto, explica los pasos a seguir por la institución ante el avance del nuevo coronavirus. “Entendemos que la gravedad de la situación demanda también reprogramar nuestros cursos presenciales y semi presenciales, como el PROFAE; mitigando cualquier riesgo para docentes y estudiantes, migrando los mismos, transitoriamente, a una modalidad virtual”.


Por Guido L. Croxatto*

La salud pública nos está mostrando que sin una adecuada planificación del Estado, muchos temas no pueden resolverse de modo individual o con ninguna "mano invisible“. Muchos espacios, usuales defensores doctrinarios de los arrestos individuales, apelan de repente a un lenguaje que parecía olvidado: "la responsabilidad colectiva” de cada uno de nosotros. Este nuevo lenguaje que apela a lo colectivo, nos deja una enseñanza, un aprendizaje gravitante: en momentos complejos, la solidaridad es lo único que salva a las sociedades. No la iniciativa aislada, el todos contra todos, la supuesta "lucha“ o competencia, sino la planificación pública y la responsabilidad colectiva, donde entran todos, donde no queda afuera nadie, el afecto y la colaboración mutua, tan necesarios también para afrontar otros desafíos, como la crisis migratoria que se cobra cientos de vidas en Europa. Este aprendizaje sobre la responsabilidad con lo colectivo no es menor. Nos define como seres humanos sin distinción de ningún tipo. No lo es tampoco para la Escuela del Cuerpo de Abogados del Estado, comprometida con la defensa de lo público y lo colectivo, en un país de puertas abiertas y con grandes recursos.

La situación declarada por la OMS nos obliga a alterar nuestros planes. Hemos debido suspender el acto de entrega de títulos, programado para este viernes 13 de marzo, momento en el cual esperábamos con ansias poder conocerlos y poder transmitir personalmente los lineamientos centrales de la nueva gestión de la ECAE, que estarán cimentados en la excelencia académica y el fuerte compromiso profesional en la defensa de los intereses del Estado. Esa oportunidad no se suspende, sino que será reprogramada para los próximos meses, cuando el Estado argentino pueda coordinar y evaluar a fondo los alcances de la emergencia sanitaria.

Por otro lado, entendemos que la gravedad de la situación demanda también reprogramar nuestros programas presenciales y semi presenciales, como el PROFAE; mitigando cualquier riesgo para docentes y estudiantes, migrando los mismos, transitoriamente, a una modalidad virtual, como alternativa más rápida para no perder la preparación, que es tan vital para los abogados del Estado. Creemos en la federalización y en el contacto humano directo, irreemplazables. Ninguna pantalla logra lo que logra el encuentro directo entre las personas. Pero el contexto de salud pública nos fuerza a tomar medidas rápidas y útiles para que nadie pierda tiempo de preparación. La ECAE está comprometida con la formación de las abogadas y los abogados que defienden al Estado. No con la pompa vana. Nos encontramos desarrollando alternativas, que serán dadas a conocer a la brevedad, en nuestras plataformas virtuales. Nuestro objetivo es que nadie pierda clases.

No es grato para nadie atravesar situaciones como la presente, pero como bien dijo el secretario general de la OMS, también esta crisis de salud pública sirve para aprender y de hecho ya estamos aprendiendo, no sólo los médicos, sino también como abogados y como ciudadanos en general. Una cosa que estamos aprendiendo, es que nada se arregla solo, ni librado al azar de ninguna “mano invisible” o privada. Ha sido la coordinación pública global, capaz de anteponer lo público a los intereses privados, todavía por mejorarse, la única que ha intentado dar una respuesta a un desafío global. No ha habido ninguna respuesta global eficiente de la tan mentada "gobernanza". Los foros globales se han mostrado frente a esta crisis tan incapaces como lo han estado en escenarios complejos pasados, o presentes, como el drama humanitario de la inmigración llamada ilegal en Europa. Esto es así porque falta y falla en ellos la mirada de lo público. El mero rejunte de los intereses privados agregados no constituye, mal que le pese a la fisiocracia y a muchos foros donde la preeminencia no es de lo público, una entidad colectiva. Quienes defendemos la intervención pública, quienes no creemos en un Estado pequeño sino firme y capaz de coordinar muchos aspectos de la vida civil, no un Estado diezmado sino con recursos, quienes creemos que no existen personas "legales" o "ilegales" sino siempre seres humanos con la misma dignidad, entendemos que esta crisis refleja la necesidad de repensar lo público, no como esfera que se regula sola o la cual se vuelve más “eficiente” por la mera acción y la sola acción de los mercados. Estas crisis nos fuerzan a ampliar la mirada acerca de la pretendida "eficiencia", (invertir la mal llamada "tragedia de los comunes") nos ayudan a madurar y a crecer.

Entendemos que lo público es un espacio a resguardar, y que es una responsabilidad de todos, además de un derecho, preservarlo. Preservar la salud pública demanda un compromiso de todos. Ese compromiso trasciende los discursos y normas del Derecho. Es una cuestión personal y ética. Una responsabilidad de cada uno, consigo mismo, y con la sociedad. La responsabilidad colectiva con lo público, y no solo con el interés individual y aislado, (cuyo mero rejunte daría forma al “mercado”, aunque lo público trasciende siempre lo individual, es mucho más que la suma de las partes, es una lógica diferente) es la base que le da sentido a una sociedad. Anteponer lo público, es defender a la sociedad. Esa es la tarea central del Estado: defender el bien común. Los intereses parciales, privados, corporativos en cualquier escenario, deben quedar siempre supeditados al bienestar general, encarnado en la legislación y administración pública. En salud pública no hay tiempo que perder. Y nada reemplaza –no hay norma jurídica que reemplace- en una sociedad a la responsabilidad colectiva y a la iniciativa desinteresada por el otro.

  • Director ECAE
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