En el marco del tercer Encuentro del Ciclo de Diálogos “Géneros y Corrupción en América Latina: urgencias y oportunidades para la articulación de agendas desde la sociedad civil” se realizó la presentación del informe Géneros y Corrupción en Argentina. En esta oportunidad, se compartieron testimonios y experiencias de personas expertas en temas de géneros y diversidad, y sobre los puentes que deben tenderse entre la agenda de géneros y diversidad y la de integridad.

En la apertura del evento, Karina Kalpschtrej, representante de la ONG Poder Ciudadano explicó que el informe es un punto de llegada “para un esfuerzo colaborativo, ya que se trata de una iniciativa regional que hemos trabajado y acompañado en Guatemala, Ecuador y Perú y que servirá también como punto de partida”.

A continuación, Natalia Gherardi, directora de Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), habló sobre la necesidad de “articular género con otras agendas”, porque “los temas de las mujeres son temas de la sociedad, de toda la diversidad que la atraviesan”. También se refirió a la barrera que existe en el acceso a la información en esta problemática, dada la falta de datos sobre género y corrupción.

Más adelante, Andrea Rivas, presidenta de la Asociación Familias Diversas de Argentina (AFDA) en su intervención hizo hincapié en el nuevo paradigma que está mutando sobre la diferencia sexual y sobre el cual “las epistemologías tienen necesariamente que reformularse y esto está presente en el Estado argentino a partir de que rompe con el patrón binario al reconocer a las identidades no binarias”. En este sentido, destacó que se trata de “una gran oportunidad porque ahora entiendo va a haber una revolución en los sistemas de datos y aquí tiene que empezar a ver la agenda corrupción qué es lo que pasa con nuestros datos”, cerró la representante de AFDA.

Natalia Torres, Directora Nacional de Ética Pública de la Oficina Anticorrupción (OA), explicó que los estudios y experiencias públicas en este tema son escasos y resaltó que “hace falta evidencia para orientar las políticas en estos temas; y pensar el género de modo más incluyente y menos estereotipado”. También agregó que se deben generar “más datos sobre corrupción y género y mejores políticas sobre corrupción y género. Eso nos va a llevar a mejores evaluaciones y nuevamente mejores políticas. Es una circularidad para mantener”.

En su intervención, Torres hizo foco en la relación entre derechos humanos, políticas anticorrupción y perspectiva de género. “La corrupción es un elemento que ayuda a expandir y sostener un orden social basado en situaciones desiguales entre distintos grupos. La corrupción funciona como un multiplicador. Los derechos humanos focalizan su atención en las relaciones desiguales de poder, y en las estrategias para promover un cambio para que los grupos oprimidos puedan ejercer sus derechos. Toda política de derechos humanos es una política anticorrupción”, sostuvo.

Luego detalló las distintas iniciativas de la OA relacionadas con esta temática. En primer lugar recordó que la Oficina está trabajando en un proyecto de nueva ley de Ética Pública que integrará estas agendas. Además, relató que en las capacitaciones de la alta dirección se agregó “un módulo de integridad con perspectiva de derechos humanos y de género, sobre todo en la interacción de los funcionarios y funcionarias con la ciudadanía”.

También destacó el trabajo de la OA para desarrollar política de integridad con perspectiva de género en el marco del trabajo conjunto con la Red Federal de Concejalas, las acciones dentro del diseño del Registro de Integridad y Transparencia para Empresas y entidades (RITE), y las distintas iniciativas de organismos públicos presentadas en la Estrategia Nacional de Integridad.