El 3 de junio del 2015 se realizó en diversas ciudades argentinas la primera marcha del Ni Una Menos por el femicidio de Chiara Páez. Se movilizaron miles de personas en todo el país, y año a año la convocatoria crece y el reclamo de los familiares de víctimas y de quienes padecen situaciones de violencia por razones de género se hace oír cada vez más fuerte.

En este sentido, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos diseñó e implementó distintas políticas públicas para prevenir y erradicar las violencias contra las mujeres; la comunidad LGTBIQ+; niños, niñas y adolescentes víctimas de abuso sexual y víctimas de violencia familiar y sexual:

-Implementamos el programa de dispositivos duales, una herramienta que garantiza la restricción de acercamiento de agresores.

-Creamos PatrocinAR, un programa de asistencia jurídica gratuita y acompañamiento interdisciplinario para niñas, niños y adolescentes víctimas de abuso sexual.

-Asistimos y acompañamos a víctimas de violencia familiar y sexual a través del Programa las Víctimas Contras las Violencias.

-Desarrollamos AyudAR, el primer mapa online para víctimas de violencias, con más de mil recursos en todo el país.

Desnaturalizar las violencias

El movimiento popular que se gestó en los espacios públicos fue el que empujó para que se comenzara a poner la lupa sobre situaciones cotidianas en las que se replican prácticas naturalizadas de tradiciones familiares.

Los imaginarios sociales empezaron a ser cuestionados, haciendo tambalear al orden establecido. Todos y todas empezaron a hablar de “deconstrucción”, término filosófico de Jaques Derrida.

Hay referentas que encabezan desde hace muchos años al movimiento feminista, y levantan sus banderas, pero fue a partir del Ni Una Menos que millones de mujeres salieron a las calles para replicar en cada esquina el “paren de matarnos”, haciendo posible visibilizar las dolorosas estadísticas en nuestro país de un femicidio cada 35 horas. En ese sentido, el movimiento logró poner en agenda el tratado de leyes que fueran ampliatorias y garantes de acceso a la justicia de las víctimas de violencia por razones de género.

A lo largo de estos 7 años también se fueron adhiriendo otras voces. Se sumaron las disidencias, que encontraron un espacio para poder hacer visible la deuda en materia de derechos con el colectivo LGTBIQ+.